Why Oil Companies Are Walking Back From Green Energy
Elliot, Rebecca [2024], "Why Oil Companies Are Walking Back From Green Energy", The New York Times, New York, 18 de noviembre, https://www.nytimes.com/2024/11/18/business/energy-environment/cop-oil-g...
Rebecca F. Elliott, es una periodista que cubre temas de energía para The New York Times.
En 2020, las empresas de petróleo y gas asumieron compromisos para reducir emisiones y transicionar a energías renovables, mientras sus negocios enfrentaban una crisis. La pandemia redujo la demanda de combustibles, los precios cayeron y las grandes petroleras occidentales registraron pérdidas significativas (superiores a 100 000 millones de dólares). En ese momento, muchos vieron la energía renovable como un negocio más rentable y sostenible que los combustibles fósiles.
Exxon Mobil resistió la presión de invertir en energía eólica y solar, optando por alternativas como el hidrógeno y la extracción de litio. Esta estrategia fue recompensada por Wall Street, con un aumento notable en el valor de sus acciones desde finales de 2019, alcanzando un récord en su valoración de mercado (Su acción subió más de 70 % desde finales de 2019, alcanzando una valoración récord de 560 000 millones de dólares en octubre (actualmente en 524 000 millones)). En contraste, la petrolera BP apostó por las energías renovables convencionales y vio caer el valor de sus acciones; mientras, su homóloga Shell, bajo la misma estrategia, experimentó un aumento moderado. BP vio caer su acción 19 %, mientras Shell subió 15 %
Esto muestra que el mercado ha vuelto a favorecer a los combustibles fósiles, lo que subraya un desafío clave en la lucha contra el cambio climático. Los riesgos climáticos se acumulan a largo plazo, pero los inversores buscan ganancias a corto plazo. El rendimiento de las grandes petroleras ha mejorado significativamente en los últimos años, mientras que el de las empresas renovables se ha mantenido bajo (dato crucial 1 y 2). Expertos destacan la necesidad de alinear los intereses económicos con las alternativas bajas en carbono para combatir el cambio climático. Además, la elección de Donald Trump, quien niega el calentamiento global, ha impulsado el optimismo en el sector petrolero (dato crucial 3).
En tanto, el mercado ha señalado que las empresas energéticas deben centrarse en sus competencias principales. Shell ha ajustado sus objetivos de reducción de emisiones y sus expectativas de crecimiento en energía renovable, considerando que no tiene ventaja en ese sector para generar retornos significativos. En esa misma línea, en Estados Unidos, los inversores han cambiado su enfoque con una transición hacia proyectos energéticos con beneficios a corto plazo (dato crucial 4).
El negocio del petróleo y el gas está sujeto a fuertes oscilaciones de precios. Antes de la pandemia de los Covid-19, los inversores se alejaron de los productores nacionales tras sufrir pérdidas mientras las empresas perseguían el crecimiento de la producción. En tal sentido, las energías renovables suelen ser un negocio mucho más estable. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, el mundo invierte casi el doble de dinero en energías limpias que en combustibles fósiles.
1.- El rendimiento medio sobre el capital de las grandes petroleras aumentó de -8 % en 2020 a 11 % en 2023, mientras que el de las empresas renovables se mantuvo en torno a 2 %.
2.-La gráfica 1 explica cómo ha cambiado el rendimiento de las inversiones en compañías de petróleo y gas en comparación con las empresas de energías renovables a lo largo de los años, específicamente desde 2010 hasta 2023.
3.- BP, que había prometido reducir su producción de petróleo y gas en un 40% para 2030, revirtió su decisión en menos de tres años, aumentando su inversión en combustibles fósiles. En 2023, amortizó 1.100 millones de dólares en energía eólica marina y anunció la posible venta de otros activos eólicos, aunque sigue invirtiendo en renovables.
4.- En 2024, las petroleras enfrentarán desafíos financieros, ya que el crudo estadounidense ha caído por debajo de 70 dólares por barril, de 78 dólares en 2023. En 2025, la Agencia Internacional de Energía una producción mundial superior a 1 millón de barriles diarios.
Las políticas corporativas están influenciadas por la presión del mercado, la competencia por el capital y la búsqueda de rendimientos a corto plazo. Mientras, las expectativas para una transición hacia energías más limpias, se ven opacadas por la búsqueda de beneficios inmediatos.