Saudi Arabia Is a 'Wrecking Ball' in Global Climate Talks
Friedman, Lisa [2024], "Saudi Arabia Is a 'Wrecking Ball' in Global Climate Talks", The New York Times, New York, 18 de noviembre, https://www.nytimes.com/2024/11/18/climate/saudi-arabia-obstruction-foss...
Lisa Friedman, es una periodista que cubre políticas climáticas y políticas en The New York Times.
Arabia Saudita, el mayor exportador de petróleo, busca bloquear acuerdos que impulsen la transición de combustibles fósiles en las negociaciones climáticas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Azerbaiyán y en la reunión del G20 en Brasil (según negociadores, esta oposición es parte de una campaña de un año para revertir el compromiso firmado en 2023 por 200 países).
Cinco diplomáticos anónimos señalaron que Arabia Saudita ha obstaculizado el lenguaje de transición en al menos cinco resoluciones de la ONU este año, incluyendo eventos como una conferencia nuclear, una cumbre de islas pequeñas, un foro de biodiversidad y una reunión de ministros del G20 en Washington en octubre.
El triunfo de Donald Trump, quien ha prometido retirar a Estados Unidos de la lucha climática y aumentar la producción de combustibles fósiles, podría estar fortaleciendo la postura saudí en la COP29 (conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, desarrollada entre el 11 y el 22 de noviembre de 2024, en la ciudad de Bakú, capital de Azerbaiyán). Su influencia se evidenció cuando el sábado Yasir O. Al-Rumayyan, presidente de la petrolera Saudi Aramco, fue visto con Trump en un evento de la Ultimate Fighting Championship (UFC) en Nueva York.
Las reglas de la ONU exigen el respaldo de 198 naciones participantes para cualquier acuerdo, lo que permite que Arabia Saudita u otro país puedan bloquear decisiones globales sobre el clima.
Arabia Saudita no es el único país que se opone a la transición global lejos de los combustibles fósiles, pero su postura en Bakú ha sido especialmente obstruccionista. Diplomáticos señalaron que ha bloqueado casi todas las conversaciones con objeciones procesales, impidiendo el avance de textos de negociación que llevaban años en desarrollo e incluso negándose a participar en algunas reuniones.
Durante la COP28, Arabia Saudita utilizó tácticas como discursos largos y términos inaceptables en los acuerdos. Bajo presión, recibió un llamado a una transición energética "justa, ordenada y equitativa", pero días después minimizó el compromiso.
Desde entonces, Arabia Saudita ha trabajado para eliminar el lenguaje de transición energética en otros foros. Ejemplos que destacan son en marzo de 2024 cuando el país árabe intentó bloquear referencias a este tema en la primera cumbre nuclear de la Agencia Internacional de Energía Atómica en Bruselas, según dos fuentes cercanas a las discusiones, afirmando que era una "fantasía" eliminar el petróleo y el gas. Más adelante, en mayo de 2024, la delegación saudí influyó en la cuarta Conferencia Internacional sobre los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo, logrando que la declaración final mencionara energías renovables sin referirse a la transición lejos de los combustibles fósiles.
Arabia Saudita, a través de su influencia en negociaciones climáticas, obstaculiza acuerdos que buscan combatir y adaptarse a la crisis ambiental. Su oposición a la transición energética contribuye a la destrucción del ambiente y refleja el papel de las empresas transnacionales (CTN), como Saudi Aramco, en el colapso sistémico y la crisis energética.
Además, la gobernanza mundial se ve afectada por las fronteras del capital, ya que intereses petroleros interfieren en acuerdos multilaterales. Las relaciones entre empresas, Estados y sociedad son clave, pues Arabia Saudita usa su poder económico y diplomático para bloquear compromisos ambientales. Finalmente, estos bloqueos aumentan los riesgos existenciales al retrasar medidas urgentes contra el cambio climático, poniendo en peligro a las poblaciones vulnerables y la estabilidad global.