How air pollution impacts brain health
Putol, Rodielon [2024], "How air pollution impacts brain health", eart.com, 30 de octubre, https://www.earth.com/news/how-air-pollution-impacts-brain-health/
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Rodielon Putol es un escritor experimentado de la tecnología con un ferviente interés en explorar la intersección de la innovación y la sociedad.
Cómo afecta la contaminación del aire a la salud cerebral
Actualmente, la contaminación atmosférica influye en la calidad del aire que se respira, el cual contiene partículas finas (2.5 partes por millón) que deterioran la salud pulmonar y las capacidades cognitivas (acciones relacionadas con el aprendizaje y el conocimiento).
Partículas finas y salud cerebral
Investigadores de la Universidad de Luxemburgo comprobaron que la exposición, incluso a bajos niveles de partículas finas, afecta el deterioro cognitivo en adultos mayores. Además, la exposición crónica podría impactar a adultos más jóvenes, al observarse inflamación en el cuerpo, según los datos analizados de más de 66 mil participantes en el estudio The Dutch Lifelines Cohort (https://doi.org/10.1111/apa.17239).
El papel de los glóbulos blancos
Otro indicador que respalda la relación entre la inflamación y la exposición a partículas es el aumento significativo en el número de glóbulos blancos, como respuesta del organismo ante el deterioro de la función cognitiva.
Inflamación: ¿la amenaza invisible?
La inflamación causada por la contaminación del aire inhalado interfiere con las funciones inmunitarias del cerebro, lo que puede propiciar el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas (muerte de neuronas por daños al sistema nervioso) que afectan funciones relacionadas con el aprendizaje.
La contaminación del aire y la salud cerebral
Ante el rápido proceso de urbanización y el envejecimiento poblacional, es necesario fomentar investigaciones que analicen qué contaminantes y mecanismos celulares interactúan en nuestro organismo.
Limitar la exposición a la contaminación del aire
Se requieren medidas como la filtración del aire en zonas urbanas, el desarrollo de proyectos verdes, e inversiones en energías renovables, junto con regulaciones más estrictas que protejan a la población de los efectos nocivos de estas partículas.
Si bien las medidas para limitar la exposición a la contaminación del aire resultan necesarias y urgentes, atender este problema solo resuelve una cuestión emergente. No basta con mitigar los efectos inmediatos en la salud cerebral si no se abordan las causas estructurales de fondo, como la falta de regulaciones efectivas y sanciones hacia las empresas transnacionales que, durante décadas, han contribuido de forma sistemática a la degradación ambiental. Sin voluntad política y cambios en el modelo de producción y consumo, los esfuerzos seguirán siendo paliativos frente a un problema que exige transformaciones de mayor alcance.