The new atomic age. Peter Thiel doubles down on patriotism in the Trump era
The Economist [2025], "The new atomic age. Peter Thiel doubles down on patriotism in the Trump era", The Economist, London, 26 de abril https://www.economist.com/business/2025/04/20/peter-thiel-doubles-down-o...
Peter Thiel sostiene que el Proyecto Manhattan demuestra cómo el gobierno de Estados Unidos solía concretar iniciativas titánicas y propone recuperar ese impulso mediante una nueva era atómica basada en energía nuclear.
Su firma de capital de riesgo, Founders Fund, aportó la mayor parte de una inversión inicial de 50 millones de dólares para General Matter, una de las 70 empresas incluidas por el Departamento de Energía en el consorcio de combustible de alto ensayo y bajo enriquecimiento (enriquecido entre 5% y 20%).
Instalada cerca de Manhattan Beach en Los Ángeles, la compañía busca producir uranio hasta cuatro veces más concentrado que la oferta comercial vigente y abastecer a futuros pequeños reactores modulares, con la promesa de eliminar la dependencia del uranio ruso, reforzar la seguridad energética nacional y otorgar ventaja a Estados Unidos en la competencia tecnológica y de inteligencia artificial frente a China.
Fundada por Scott Nolan, antiguo ingeniero de SpaceX, la empresa recibe atención prioritaria tanto de Founders Fund como de Washington, aunque aún reserva detalles sobre la técnica de enriquecimiento y la ubicación exacta de su planta.
A serious matter
Peter Thiel, con una fortuna de 16 500 millones de dólares, fue la primera figura destacada de Silicon Valley en respaldar a Donald Trump en 2016 y financió la carrera política inicial de J. D. Vance (hoy vicepresidente de Estados Unidos). Su firma de capital de riesgo, Founders Fund, incubó compañías cruciales para la seguridad nacional: Palantir (valorada en 180 000 millones de dólares) y Anduril (valoración de 14 000 millones).
Stephens, socio de Founders Fund, presenta a General Matter como la tercera pieza de esta trilogía, pues busca asegurar la producción de High-Assay Low-Enriched Uranium (HALEU, por su sigla en inglés) para alimentar la creciente demanda energética de la carrera de inteligencia artificial frente a China y reubicar otras cadenas de suministro sensibles, como las máquinas de litografía ultravioleta extrema, necesarias para fabricar los semiconductores más avanzados.
La empresa enfrenta tres grandes obstáculos. Primero, sin una cadena de suministro doméstica estable de HALEU resulta incierto construir reactores nucleares avanzados y garantizar la viabilidad de toda la industria estadounidense del uranio.
Segundo, la competencia es intensa: en el mismo programa del Departamento de Energía participan Urenco (consorcio británico-neerlandés-alemán), Orano (francesa) y Centrus Energy (estadounidense), que en 2023 produjo 20 kilos de HALEU, la primera producción nacional en 70 años.
Tercero, General Matter todavía no solicitó la licencia correspondiente ante la Comisión Reguladora Nuclear, un proceso que podría prolongarse varios años.
1) El uranio de bajo enriquecimiento usado en las centrales actuales está por debajo de 5%. Rusia provee actualmente a Estados Unidos de 35% de su combustible nuclear, incluido casi todo su uranio, gracias a una exención de sanciones que expira en 2028. De ahí la búsqueda de fuentes alternativas.
2) A finales de 2024, General Matter fue una de las cuatro empresas seleccionadas para competir por un contrato de 2 700 millones de dólares para suministrar su uranio al gobierno estadounidense, además de una de las seis que compiten por un contrato de uranio de bajo enriquecimiento por hasta 3 400 millones. Este acuerdo se otorgó al final de la administración Biden.
El ciclo completo del uranio (desde la mina hasta el enriquecimiento) entraña riesgos ambientales sustanciales que rara vez aparecen en el discurso público. En conjunto, deja tres aspectos críticos: restos radiactivos que liberan polvo con radio y radón que pueden contaminar acuíferos; residuos con metales tóxicos que persisten siglos; fugas de hexafluoruro de uranio que, al contactar con la humedad, generan ácido corrosivo para personas, suelos y cuerpos de agua.

