This Ohio Farm Community Is a Mecca for the 'MAHA Mom
Kitchener, Caroline [2025], "This Ohio Farm Community Is a Mecca for the 'MAHA Mom'", The New York Times, New York, 11 de agosto, https://www.nytimes.com/2025/08/11/us/politics/ohio-maha-moms-farms.html
Caroline Kitchener es reportera de The New York Times enfocada en familia y cambios culturales en la era Trump. Ganó el Premio Pulitzer 2023 por su cobertura del aborto y es autora de “Post Grad”. Creció en Hong Kong, Alemania y el Reino Unido, y vive en Washington.
Aberlin Springs es una comunidad agrícola en Ohio donde familias de altos recursos económicos, tanto de derecha como de izquierda, buscan un estilo de vida natural. En su granja central se cultivan alimentos sin pesticidas y se organizan actividades como el “Día de Granja para Niños”, donde Leah Lauchlan enseña a valorar la salud del suelo como base de la alimentación y el bienestar.
Los niños crecen sin celulares ni comida ultraprocesada, mientras las viviendas personalizadas, rodeadas de huertos y espacios de recreo, fomentan la vida familiar. El movimiento Hacer a América Saludable de Nuevo (MAHA, por su sigla en inglés), impulsado por Robert F. Kennedy Jr., anima a muchas madres a criar a sus hijos sin aditivos, preparar alimentos frescos y priorizar la maternidad en casa.
Aunque se prohíben carteles políticos, surgen tensiones cuando se cuestionan las vacunas o se contrasta la maternidad de tiempo completo con las carreras profesionales, mostrando los límites de una armonía que pretende ir más allá de la ideología.
Un chalet bávaro libre de pesticidas
La inspiración para Aberlin Springs vino de un sueño en el que el padre de Leslie Aberlin le recordó que la finca familiar de 57 hectáreas siempre había estado libre de pesticidas. Con esa idea creó una comunidad agrícola que combina casas de alto nivel, jardines cuidados y una granja en producción.
Tras superar una enfermedad autoinmune mediante una dieta de carne de pastoreo y frutas y verduras crudas, adoptó los principios de Hacer a América Saludable de Nuevo (MAHA) y comenzó a desconfiar de la agricultura industrial, convencida de que fuerzas oscuras introdujeron pesticidas en Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial.
Durante las visitas, anima a los compradores a evitar químicos, muestra cultivos como microbrotes y promueve una vida familiar tradicional, alentando a las madres a priorizar la crianza. Reconoce que el proyecto depende de altos recursos económicos y del sistema monetario, insistiendo en que “siempre hay que seguir el dinero”, y por eso sostiene un modelo que combina producción agrícola con venta de viviendas y cuotas comunitarias.
Para mantener la convivencia entre residentes de derecha e izquierda organiza eventos como la conferencia Rogue Food, pero evita debates sobre vacunas, a pesar de su oposición personal, y declara que su postura política es simplemente estar “del lado de la madre naturaleza”.
Es difícil saber qué es real
Rachel Pitman, madre de cinco hijos y seguidora del movimiento MAHA, es vista como el centro de los pocos conflictos políticos que han surgido en Aberlin Springs. Tras abandonar su negocio de casas diminutas cuando nació su tercer hijo, decidió educar en casa a sus hijos varios días por semana y promueve que las mujeres rechacen las vacunas, den a luz sin hospital, prescindan de bloqueador solar y antepongan la crianza a las carreras.
Desde su cocina, donde elabora alimentos sin conservadores, impulsa a otras madres a adoptar su estilo de vida y difunde mensajes en redes para que no confíen en médicos ni autoridades sanitarias. La comunidad la apoyó cuando su esposo cumplió una condena por fraude, lo que reforzó su fe y su determinación de advertir sobre supuestos riesgos de las vacunas, incluso cuando Leslie Aberlin le pidió evitar polémicas.
Su influencia ha generado dudas en vecinas como Jackie Borchers, quien, pese a su confianza en los médicos, vaciló en vacunar a su bebé, mostrando cómo las ideas de Pitman alimentan la incertidumbre y tensiones dentro de la comunidad.
Buscando vecinos afines
Las celebraciones y proyectos comunitarios marcan el ritmo de Aberlin Springs: desde la colecta para un huerto frutal hasta los fuegos artificiales del 4 de julio que reúnen a más de cien personas. En ese ambiente, Barbara Rose, atraída por la “vibra de tierra” del vecindario, prefiere cultivar afinidades discretas antes que discutir política.
Cuando su esposo participó en un ensayo de la vacuna contra el coronavirus, ambos evitaron comentarlo, convencidos de que no debían intentar cambiar opiniones. Leah Lauchlan, impulsora de varias actividades, también fomenta la convivencia entre vecinos de ideologías distintas, pero mantiene su propio grupo cercano. Con frecuencia se sienta junto a Rachel Pitman en la piscina, donde conversan sobre la maternidad a tiempo completo y su visión de una vida familiar más sencilla.
1) Aberlin Springs se fundó en 2018 en el condado de Warren, Ohio, con casi 100 viviendas que cuestan entre 520 mil y 1.5 millones de dólares.
Aberlin Springs se presenta como un modelo de vida natural y comunitaria, pero en el fondo es un enclave de élite blanca que vuelve a dictar lo que considera la “calidad de vida ideal”. Con viviendas costosas y cuotas de mantenimiento altas, excluye a quienes carecen de privilegios y convierte el acceso a una alimentación libre de pesticidas en un lujo.
Sus residentes hablan desde una posición de comodidad: pueden abandonar carreras para dedicarse a la crianza, mientras muchas mujeres fuera de ese entorno deben sostener solas a sus familias con largas jornadas de trabajo. Respaldan ideas políticas solo cuando favorecen sus intereses y sostienen un estilo de vida exclusivo que excluye a quienes más necesitan oportunidades, perpetuando así las desigualdades estructurales que sostienen su propio privilegio.

