Shrinking without sinking. A contracting population need not be a catastrophe

Cita: 

The Economist [2025], "Shrinking without sinking. A contracting population need not be a catastrophe", The Economist, 13 de septiembre, https://www.economist.com/briefing/2025/09/11/a-contracting-population-n...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Diciembre 13, 2025
Tema: 
Implicaciones económicas y sociales de la contracción poblacional
Idea principal: 

    La contracción demográfica mundial no debe considerarse una catástrofe en sí misma, sino un fenómeno con implicaciones profundas y multifacéticas que pueden gestionarse mediante políticas adecuadas. Lejos de un escenario apocalíptico, se trata de un proceso de transformación social y económica que reconfigura las bases del capitalismo contemporáneo.

    Los críticos del decrecimiento poblacional identifican tres riesgos principales: primero, a medida que la población se reduce, los gastos que el gobierno debe cubrir, como la deuda pública, se vuelvan más costosos por individuo; segundo, el gasto en cuidados para los mayores se vuelva insostenible al recaer en una fuerza laboral cada vez más pequeña; y tercero, que poblaciones más reducidas generen menos ideas y, por ende, menor productividad.

    Parte de estos argumentos se desmontan al señalar que la sostenibilidad fiscal no depende únicamente del tamaño de la economía, sino también de las tasas de interés. En sociedades envejecidas, el mayor ahorro de los hogares y la escasez de oportunidades de inversión tienden a reducir los rendimientos, lo que abarata el financiamiento público y facilita el servicio de la deuda.

    En el mercado laboral, la preocupación no es tanto la reducción de la población en edad de trabajar como la cantidad de personas efectivamente ocupadas. Aquí la solución pasa por elevar la tasa de participación (incorporando a mujeres, jóvenes y adultos mayores), retrasar la jubilación e incrementar la productividad de los trabajadores de mayor edad. Sugiriendo que, con mayor integración laboral, la contracción poblacional puede manejarse (datos cruciales 1-3).

    Los jóvenes también representan un gasto elevado para los gobiernos, ya que prolongan su dependencia por lo largos periodos de educación. Así, la contracción poblacional no implica necesariamente un aumento neto de cargas fiscales, puede equilibrar gastos intergeneracionales (dato crucial 4).

    En cuanto a inversión y bienestar, una población más pequeña reduce la necesidad de nuevo capital y por tanto la inversión agregada, pero al mismo tiempo genera capital profundo (más capital por trabajador) que impulsa la productividad. Estudios muestran que el consumo per cápita varía poco entre escenarios de crecimiento o decrecimiento, lo que indica que los niveles de vida pueden mantenerse en ambos casos.

    El tema de la innovación, sin embargo, plantea un reto de mayor alcance. Con poblaciones más pequeñas se crean menos empresas y proyectos de investigación, lo que limita la productividad futura. Esto se debe a que la generación de ideas está correlacionada con el tamaño de la fuerza laboral disponible y la cantidad de emprendedores potenciales. Aún así, la capacidad innovadora depende tanto del sistema educativo y el entorno institucional como del número de personas (dato crucial 5, dato crucial 6).

    Otra cuestión importante a considerar es la inteligencia artificial (IA). Antes limitada a tareas rutinarias, podría convertirse en una herramienta clave para acelerar la generación de ideas innovadoras.

    Ante el estancamiento en el ritmo de descubrimientos científicos, expertos como Charles Jones ven en la IA un potencial motor de frontera. Algunas empresas incluso proyectan que, para 2028, los modelos podrían autodesarrollarse. En este contexto, el futuro de la innovación podría depender más de la evolución de la IA que de la cantidad de académicos.

    La amenaza de la gerontocracia

    Se advierte del riesgo de que sociedades envejecidas orienten políticas, recursos y espacios urbanos exclusivamente hacia los mayores, dejando de lado las necesidades de los jóvenes y familias; escuelas cerradas, ciudades hostiles para la niñez y falta de apoyo estatal podrían generar un círculo vicioso de baja fecundidad, en el que menos parejas decidan tener hijos por ausencia de condiciones favorables. Así, el verdadero peligro de la contracción poblacional no radica en el colapso económico, sino en el deterioro de los entornos sociales y políticos para la reproducción de nuevas generaciones.

Datos cruciales: 

    1) En 2024, aproximadamente 9 millones de los 43 millones de adultos en edad laboral en Reino Unido no estaban ni trabajando ni estudiando a tiempo completo.

    2) Entre 1990 y 2024, la población inactiva en Reino Unido aumentó 15%. En contraste, la Oficina Nacional de Estadísticas estima que, para 2100, la población en edad laboral se habrá reducido solo 7% desde su punto máximo.

    3) Un estudio reciente de Goldman Sachs mostró que el trabajador típico en un país rico trabaja ahora cuatro años más que en 2000. Los mayores, sorprendentemente, también se están volviendo más productivos: en 2022, una persona de 70 años tenía las mismas capacidades cognitivas que una de 53 en 2000.

    4) El Estado británico gasta cada año más en el ciudadano promedio menor de 25 años (principalmente en educación y salud) que en la atención médica y las pensiones de un adulto mayor típico.

    5) La gráfica 1 muestra la relación entre el Índice de Desarrollo Humano (IDH) y la tasa de fertilidad (número de nacimientos por mujer) en 2023. A mayor desarrollo de los países, menor número de hijos por mujer.

    6) Israel, el país con mayor proporción de su fuerza laboral en investigación y desarrollo, destina solo 1% de sus trabajadores a esta área

Nexo con el tema que estudiamos: 

    El articulo pone en evidencia cómo los cambios demográficos alteran de manera estructural las dinámicas económicas y sociales del sistema capitalista. La disminución de la población obliga a replantear el funcionamiento de los mercados, las finanzas públicas y la innovación tecnológica, lo cual conecta directamente con el análisis de los límites materiales del capitalismo y con las tensiones que generan sus propias dinámicas expansivas.