U.S. Is Losing Race to Return to Moon, Critics Say, Pointing at SpaceX
Lipton, Eric [2025], "U.S. Is Losing Race to Return to Moon, Critics Say, Pointing at SpaceX", The New York Times, New York, 20 de septiembre, https://www.nytimes.com/2025/09/20/us/politics/spacex-us-moon-race.html
Eric Lipton es un periodista de investigación tres veces ganador del Premio Pulitzer que trabaja para The New York Times, donde se especializa en descubrir la influencia del dinero y los grupos de presión en la política estadounidense. Su trabajo a menudo expone las relaciones entre corporaciones, cabilderos y funcionarios gubernamentales, detallando cómo las agendas corporativas dan forma a la legislación y las regulaciones. Lipton ha escrito extensamente sobre temas que van desde la seguridad nacional y la política medioambiental hasta las operaciones comerciales de la administración Trump.
Surgen crecientes dudas sobre la capacidad de Estados Unidos para regresar a la Luna antes que China, ante los significativos retrasos en la misión Artemisa III. La principal fuente de incertidumbre radica en la fuerte dependencia de la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio), la agencia espacial estadounidense, del cohete Starship desarrollado por SpaceX. Según expertos, los problemas técnicos de este vehículo podrían aplazar el alunizaje hasta 2032, lo que daría ventaja a China, cuyo objetivo es llegar al satélite en 2030.
El origen del riesgo se encuentra en el “enfoque comercial” adoptado por la NASA durante la administración Trump. En lugar de supervisar directamente el desarrollo, la agencia contrató a SpaceX para que proveyera el servicio de alunizaje a un precio fijo, buscando evitar los sobrecostos típicos de los proyectos federales. Esta colaboración, aunque económicamente atractiva, delegó la responsabilidad del componente más crítico, el módulo lunar Starship, a un proyecto con una tecnología radicalmente nueva y no aprobada (dato crucial 1).
Las dudas sobre el cumplimiento de SpaceX se justifican por los enormes desafíos técnicos que enfrenta Starship. El plan de la misión depende de una compleja maniobra de reabastecimiento en órbita nunca antes intentada, que requiere múltiples lanzamientos consecutivos. Además, el cohete ha fallado en la mayoría de sus vuelos de prueba, registrando explosiones, y su gran tamaño aumenta el riesgo de que se vuelque al aterrizar en la luna. Estos obstáculos refuerzan el patrón histórico de su directivo, Elon Musk, de prometer avances que sufren importantes retrasos (dato crucial 2).
Frente a esta situación, exfuncionarios de la NASA han propuesto públicamente la creación de un "Plan B" que debe comenzar de inmediato para evitar que Estados Unidos pierda la carrera lunar. Esta alternativa consistiría en desarrollar un módulo de alunizaje más simple, basado en tecnología ya probada y que no requiera reabastecimiento orbital, el cual podría construirse en aproximadamente cinco años.
Finalmente, la dirección actual de la NASA, si bien reconoce la dificultad, mantiene su respaldo al plan con SpaceX, confiando en el historial de éxito previo de la compañía.
1) SpaceX ha recibido alrededor de 3 000 millones de dólares por el contrato del módulo lunar para la NASA.
2) El módulo lunar Starship medirá unos 50 metros de altura, frente a los 7 metros del módulo Apolo.
El caso refleja cómo la innovación tecnológica, cuando está dominada por corporaciones como SpaceX, reproduce la lógica de promesas disruptivas que no siempre se corresponden con tiempos políticos y estratégicos. Se observa la tensión entre la búsqueda de beneficios e innovación y la necesidad de respuestas fiables y sostenibles para fines colectivos. La dependencia estatal de un actor privado genera vulnerabilidades: el éxito o fracaso de SpaceX afecta no solo a Estados Unidos, sino también al equilibrio geopolítico global frente a China. Este vacío abre una línea de investigación sobre cómo la concentración corporativa en proyectos de gran escala condiciona la capacidad de los estados para planificar estratégicamente, reforzando dinámicas de riesgo similares a las que se observan en la gestión global de recursos.

