The climate solution both the right and the left can get behind
McKibben, Ben [2025] "The climate solution both the right and the left can get behind", The Guardian, London, 8 de septiembre, https://www.theguardian.com/us-news/ng-interactive/2025/sep/07/solar-pow...
Bill McKibben es profesor distinguido Schumann en el Middlebury College. Es fundador de Third Act, una organización que reúne a personas mayores de 60 años para promover un cambio progresista. Su libro más reciente es Falter: Has the Human Game Begun to Play Itself Out? (¿Ha comenzado el juego humano a agotarse?).
En medio de la polarización política en Estados Unidos, McKibben propone una transición energética que desafía las divisiones ideológicas. La electrificación distribuida —paneles solares, baterías domésticas y vehículos eléctricos— no solo reduce la dependencia del petróleo, sino que ofrece autonomía energética.
Esta autonomía reconfigura la relación entre identidad política y tecnológica: sectores conservadores, históricamente ligados a los combustibles fósiles, comienzan a adoptar soluciones renovables por razones de autosuficiencia y seguridad individual. La energía solar deja de ser símbolo exclusivo del ambientalismo progresista y se convierte en una herramienta para defender el hogar, la propiedad y la libertad personal.
Aunque esta transición se impulsa por intereses económicos y de autonomía, no puede desvincularse por completo de los marcos ecológicos al reducir emisiones, simplificar sistemas energéticos y descentralizar el consumo.
Sin embargo, el modelo energético estadounidense enfrenta obstáculos. Gobiernos locales y empresas eléctricas mantienen esquemas que elevan artificialmente los costos de instalación solar. La nota alude a la existencia de estructuras de poder que protegen intereses corporativos y frenan la adopción de tecnologías limpias:burocracia.
Así, la electrificación, aunque viable, se ve limitada por trabas burocráticas que benefician a las compañías tradicionales.
La reinterpretación de la energía solar como símbolo de libertad económica transforma los discursos conservadores. Ya no se trata de rechazar lo “verde”, sino de apropiarse de lo renovable como garantía de independencia. McKibben lo resume con: “solo eres tú y el sol, que seguirá brillando durante 5 000 millones de años”. Esta narrativa desplaza el miedo apocalíptico de la película distópica Mad Max y propone un futuro de abundancia energética accesible.
Frente a este panorama, McKibben plantea el Sun Day, una jornada nacional para celebrar la energía solar y presionar por su adopción. La propuesta no es solo tecnológica, sino cultural. Busca articular múltiples gestos ideológicos —económicos, ecológicos, comunitarios— sin reducirlos a una narrativa única.
En un país fragmentado, la electrificación aparece como terreno común donde convergen todos los estratos de la población. La energía solar, más que una solución técnica, se convierte en una posibilidad política para imaginar otro futuro.
La electrificación propuesta por McKibben, como una solución a la crisis relacionada con la energía fósil, se hace desde una lógica individualista que reproduce los mismos imaginarios de autosuficiencia y propiedad privada que sostienen el orden fósil. Convertir cada hogar en un “castillo energético” puede parecer emancipador, pero también refuerza la fragmentación social y el abandono de respuestas colectivas ante la crisis.
Esta adopción no cuestiona las causas materiales de la destrucción ambiental ni las relaciones de poder que la sostienen. El artículo reconoce que las compañías eléctricas y gobiernos locales bloquean el despliegue solar, pero no profundiza en cómo estas resistencias están ligadas a la defensa de rentas monopólicas y al control territorial de la energía.
La electrificación distribuida tiene potencial para enfrentar la crisis energética, pero solo si se articula con formas de organización comunitaria, justicia redistributiva y ruptura con las lógicas extractivistas.

