Turns Out Air Pollution Was Good for Something
Hausfather,Zeke y David Keith [2025], "Turns Out Air Pollution Was Good for Something", The New York Times, New York, 21 de septiembre, https://www.nytimes.com/2025/09/21/opinion/geoengineering-planet-cooling...
Zeke Hausfather es director de investigación climática en Stripe y científico investigador en Berkeley Earth.
David Keith es profesor de ciencias geofísicas y director fundador de la Iniciativa de Ingeniería de Sistemas Climáticos de la Universidad de Chicago.
Derivado de las consecuencias negativas de la quema de carbón y petróleo en la salud de las personas, desde hace muchos años países adoptan medidas estrictas contra la contaminación atmosférica. La acumulación de azufre en el aire, que se aceleró exponencialmente desde la Revolución Industrial, recientemente comenzó a mostrar tendencia negativa (dato crucial 1).
Sin embargo, existe un problema con lo que sucede actualmente. Resulta que las partículas de azufre acumuladas en lo alto de la atmósfera reflejan la luz solar de vuelta al espacio. De esta manera, las diminutas partículas de azufre protegían a la Tierra de los efectos de los gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono (dato crucial 2).
Ahora que la acumulación de estas partículas se reduce y el calentamiento global aumenta, es lógico cuestionarse si no resulta menos perjudicial mantener altas concentraciones de gases refrigerantes a cambio de que la Tierra se “asfixie”. Para los geoingenieros la cuestión clave es: ¿se pueden sustituir los efectos refrigerantes del azufre por una opción equivalente pero más limpia?
Por ahora, la solución más practica es utilizar flotas de aviones que esparzan gotas de ácido sulfúrico en lo alto de la atmósfera, a fin de mantener y aumentar las capacidades reflectantes de la Tierra. Las erupciones volcánicas masivas son ejemplo de que escenarios como estos pueden funcionar.
Además de que sus capacidades reflectivas son más eficaces, al introducir partículas de azufre en la atmósfera superior, las repercusiones en la salud son menores (dato crucial 3). Sin embargo, resulta que no todo es miel sobre hojuelas. Generar tal escenario provocará la degradación de la capa de ozono. Aunque las muertes por calor se reduzcan, los patrones climáticos y de precipitación pueden alterarse severamente.
Asimismo, cabe señalar la solución provisoria y deficitaria que este escenario representa. Al fin y al cabo, no se ataca la raíz de la enfermedad, sino simplemente se anestesia al paciente. El calentamiento que se genera hoy por los gases de efecto invernadero perdurará por miles de años.
En consecuencia, las disyuntivas dentro de la geoingeniería se reducen a hallar una forma barata de retrasar los efectos del cambio climático. Dentro del discurso académico esto implica comprometer la relevancia que se le asigna a reducir las emisiones de carbono.
En este sentido, se sugiere una aplicación más modesta de los planes de refrigeración de la tierra por medio de azufre, a fin de únicamente preservar la seguridad climática en el corto plazo. Mientras tanto, es importante continuar con los esfuerzos de descarbonización del planeta.
Cualquier prueba de esta tecnología debe comprometerse a no enfriar la Tierra más allá del efecto de enfriamiento actual generado por las emisiones de azufre. Más importante aún, esta práctica debe ser estrictamente temporal, sirviendo solo como un "colchón modesto" mientras se alcanzan las emisiones netas cero y se escalan las tecnologías de eliminación de carbono.
Una vez que la descarbonización global sea efectiva, el programa de reflexión solar debe eliminarse por completo para no traicionar a las generaciones futuras con nuevos riesgos climáticos. El objetivo final debe ser la reducción drástica de emisiones mientras se utiliza la reflexión solar de manera limitada y temporal.
1) Desde 2006, las emisiones globales de azufre disminuyeron 40%. En China la cifra alcanza 70%.
2) Las diminutas partículas de azufre protegían a la Tierra aproximadamente 30% del calentamiento causado por las emisiones humanas de dióxido de carbono.
3) En contraste con las partículas que se acumulan de forma involuntaria en la baja atmósfera, aquellas dispersadas en la estratósfera presentan un efecto sobre la salud hasta cien veces menor.
La solución proveniente de la geoingeniera actual al problema del calentamiento global es un ejemplo de caso acerca de las pretensiones de la ciencia en el capitalismo. Políticos y empresarios seleccionan entre un conjunto de sucedáneos con el objetivo de aplicar aquel que resulte más efectivo para las dolencias causadas por la enfermedad terminal que aqueja al planeta.
Las consecuencias catastróficas son inevitables. Y este tipo de “soluciones”, en vez de empeñarse por demostrar lo contrario, de alguna manera lo reafirman. Tales procedimientos científicos acarrean de manera implícita la idea de que, si el fin de la humanidad es inevitable, es menester realizar los esfuerzos necesarios para al menos extender lo más posible la vida del capitalismo en detrimento de la vida que lo sustenta.

