El proyecto Stargate en Argentina de un megacentro de datos llamado "el mayor proyecto de infraestructura de inteligencia artificial de la historia". Estados Unidos planea mantener o recuperar su dominio tecnológico con esta red de centros de datos que estará bajo el régimen de incentivos a grandes inversiones (RIGI) (dato crucial 1).

El proyecto Stargate Argentina

La poca información señala que este proyecto consumirá tanta electricidad como una provincia mediana de Argentina (datos cruciales 2 y 3).

El RIGI ofrece 30 años de beneficios fiscales ya aduaneros al capital extranjero en sectores estratégicos. Argentina ofrece a las empresas tecnológicas multinacionales tierra, agua, energía y exenciones por su "mega-inversión".

Elegir a Argentina es tanto por motivos económicos y geopolíticos, ya que ven al gobierno de Milei como aliado de Trump. Stargate es una estrategia de Estados Unidos para asegurar recursos y presencia en Sudamérica. La presencia del proyecto da dominio estratégico, acceso a minerales y activos energéticos argentinos.

Un gigante hambriento de energía y agua, ¿desarrollo para quién?

Los centros de datos de alto rendimiento consumen cantidades masivas de electricidad y agua para alimentar y enfriar los equipos. Las ventajas naturales de los lugres donde se instalan son bienes comunales. Además, estos sistemas no son cerrados, porque requieren reponer agua por evaporización y purga de minerales y usualmente combinan torres de enfriamiento evaporativas que consumen agua dulce continuamente (datos cruciales 4 y 5).

El acuerdo con OpenAI no está disponible al público, se desconocen los compromisos que tendrá con la gestión hídrica y el monitoreo de su consumo de agua.

En Utah, el centro de datos de la NSA tiene un tamaño comparable al proyecto Stargate (dato crucial 6). Su ejemplo hace dudosa la promesa de alimentar con fuentes renovables el centro de datos, porque su demanda energética equivale a la mitad de la represa del Río Negro o a instalar cientos de generadores eólicos. A su vez, es probable que garanticen su suministro energético a costa de los usuarios.

Otro punto crítico es la huella de carbono y emisiones de calor (dato crucial 7).

Zonas de sacrificio digital

Las zonas de sacrificio digital son lugares donde los beneficios del avance tecnológico son pocos respecto a los costos locales como estrés hídrico, cortes de agua, contaminación o agotamiento de acuíferos. Ejemplos en otros lugares apuntan a lo que le podría suceder a la Patagonia.

Un caso es el de The Dalles, Oregon, Estados Unidos, donde Google opera tres centros de datos en una ciudad que atraviesa sequías (datos cruciales 8 y 9).

Otro caso es el de ByteDance en Brasil, donde se anunció la construcción de un centro de datos en una región que experimenta falta de agua ya hace casi dos décadas (dato crucial 10). La comunidad indígena Anacé presentó una demanda para frenar las obras por la ubicación en tierras ancestrales y sin consulta previa. En Chile se detuvo un centro de Google durante una sequía (dato crucial 11).

Estas situaciones muestran que las comunidades empiezan a exigir injerencia en la instalación de estos centros.

La Patagonia corre riesgo de convertirse en zona de sacrificio digital, la resistencia desde abajo parece ser la nueva lucha antiimperialista en la región.

Se sabe que Sur Energy liderará la construcción y provisión energética y OpenAI será su cliente. No hay información oficial, pero los documentos disponibles esperan tenerlo operativo en 5 años (dato crucial 12).

Los inversionistas extranjeros buscan garantías excepcionales para maximizar sus ganancias y el gobierno argentino aprovecha la Ley Bases hipotecando la soberanía nacional en sectores estratégicos.

OpenAI utilizará grandes cantidades de electricidad, agua y otros bienes comunales para entrenar y exportar un software. Argentina aporta los bienes comunes y OpenAI se lleva el producto final (datos cruciales 13 y 14). OpenAI obtendría energía barata, bajas regulaciones e infraestructura. Mientras Argentina otorga soberanía energética e hídrica por empleos técnicos y "vanguardia" tecnológica sin obtener dinero ni beneficios de las ganancias de estos modelos entrenados.

Fetichismo tecnológico y despilfarro en la era del Big Data

Una enorme proporción de la infraestructura tecnológica se destina a usos triviales o perjudiciales. Existe un fetichismo del dato que impulsa una competencia por potencia computacional (dato crucial 15) sin enfocarse en las necesidades humanas.

La especulación financiera como el trading de grandes cantidades en segundos consume más energía que países como Argentina. Estas necesidades energéticas no existirían si se planificara para el bien común.

La búsqueda de poner la inteligencia artificial al alcance de la gente sirve para ofrecer más datos a las grandes corporaciones y pocos de estos recursos se destinan a fines útiles.

Tecnología sí, capitalismo e imperialismo no
La entrada de este mega centro de datos sería un nuevo modo de extractivismo para Argentina, donde se explotan recursos del lugar, se llevan las ganancias y para el país anfitrión se dejan residuos. El país cuenta con instituciones para liderar proyectos similares para su beneficio que son financiadas. Por ello, se debe estudiar el impacto ambiental, uso de recursos y el uso de la tecnología.

Es un "nuevo pacto colonial" con la idea de modernidad poniendo a Argentina como zona de sacrificio.