Para alcanzar con los Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) y las metas establecidas en el Acuerdo de París, es necesaria una restructuración en los sistemas alimentarios, pues estos impactan directamente tanto a la población como a los ecosistemas. Este propósito ha generado que se implemente la Cuenta regresiva de los sistemas alimentarios (CRSA, Food Systems Countdown Initiative), que da seguimiento a cinco indicadores principales: Dieta, nutrición y salud; Medio ambiente, recursos naturales y producción; Medios de vida, pobreza y equidad; Gobernanza; y Resiliencia.

Las interacciones entre estos indicadores permiten identificar las áreas de oportunidad para fortalecer las políticas públicas que rigen el funcionamiento de los sistemas alimentarios. Esta evaluación también permite una toma de decisión informada, pues considera las consecuencias que cada acción puede tener sobre los diversos indicadores y ámbitos. Sin embargo, las acciones orientadas para mejorar un indicador pueden afectar otro indicador de manera negativa. Por ejemplo, al querer incrementar la disponibilidad de alimentos mediante la producción agrícola y ganadera, ha provocado degradación el medio ambiente y el aumento de la desigualdad entre los agricultores locales y los grandes agricultores.

Para que la transformación de los sistemas alimentarios sea efectiva, se requiere una gobernanza que integre la participación del sector empresarial y un buen manejo de las políticas públicas por parte de los funcionarios. No obstante, la rotación constante derivada por los procesos electorales dificulta la formulación de políticas públicas a largo plazo. Además, en países con instituciones débiles, factores como crisis económicas o los efectos del cambio climático, pueden ser un impedimento para lograr una transformación del sistema alimentario.

Asimismo, los conflictos civiles o geopolíticos afectan el funcionamiento de los sistemas alimentarios. Las interacciones entre el medio ambiente, el agua, la salud, los sistemas socio-ecológicos, políticos y económicos, generan una red que requiere ser analizada. Esta tarea enfrenta limitaciones derivadas de las insuficiencias de los datos, la falta de interoperabilidad y las brechas entre dominios, geografías y escalas.

En ese contexto, la gobernanza es relevante para la gestión de las interacciones en cada país, ya que un análisis correcto permite identificar los posibles cambios que puedan ocurrir en el sistema alimentario correspondiente.

Resultados

En cuanto a la evolución temporal de las tendencias globales de la CRSA, los indicadores del sistema alimentario han registrado cambios entre el 2000 y 2022. De los 42 indicadores analizados, 20 muestran avances en la dirección deseada: 15 de ellos con aumentos positivos, como el acceso a la información y al agua potable, y los 5 restantes muestran una disminución, la intensidad de emisiones y la prevalencia de la desnutrición como algunos ejemplos.

Por otro lado, siete indicadores muestran tendencias negativas, entre ellos, el aumento del costo de la dieta saludable, la inseguridad alimentaria y el uso de plaguicidas, mientras que otros 12 permanecen sin cambios (dato crucial 1).

Mediante un análisis de regresión lineal, se identificaron los efectos marginales por año y región. Se observó que los indicadores como el acceso al agua potable, la producción de fruta, cereales y leche o el acceso a la información, mantienen tendencias uniformes entre regiones. Sin embargo, la desnutrición prevalece en regiones como Asia, África y Oceanía; indicadores como la eficiencia en el uso de nitrógeno o los rendimientos de carne vacuna tienen tendencias negativas. Asimismo, la eficacia gubernamental, la conservación de los recursos y el capital social muestran comportamientos poco favorables para la mayoría de las regiones.

La toma de decisiones con respecto a los sistemas alimentarios ha llevado a que los países adopten de distintas estrategias. Algunos generan impuestos a los alimentos poco saludables o aplican instrumentos regulatorios. En el caso de México, se estableció el uso de etiquetas de advertencia con productos que superan el límite de azucares y densidad energética y se comprobó que esta acción redujo el consumo de alimentos perjudiciales para la salud. Esto evidencia que una gobernanza inadecuada repercute directamente en la salud de la población (datos cruciales 2 y 3).

El estudio de las interacciones entre indicadores muestra cómo el cambio en uno puede influir en los demás. Se establecieron relaciones causales directas entre pares de indicadores para identificar qué acciones pueden suscitar transformaciones positivas. En esta red, la gobernanza se destaca como el ámbito que contiene 3 de los 5 indicadores con mayor conectividad: la participación de la sociedad, el reconocimiento jurídico del derecho a la alimentación y la eficacia gubernamental, los cuales resultan fundamentales para impulsar el cambio (dato crucial 4).

A partir de una extensa revisión de literatura de todas las interacciones del sistema alimentario, se evidenció que la gobernanza es uno de los aspectos que no recibe suficiente análisis. Por ello se consultó a expertos de México, Etiopía y Países Bajos con el fin de contextualizar las interacciones a nivel nacional, a partir de las diferencias de cada sistema alimentario (dato crucial 5)

Los resultados mostraron que los cambios en los sistemas alimentarios dependen directamente de la calidad de gobernanza en cada país y sus innovaciones. En el caso de Países Bajos la participación social influye en mejorar las políticas públicas relacionadas con el medio ambiente y protección social, sin embargo, los expertos de advierten que la globalización afecta en el control gubernamental sobre los sistemas alimentarios (datos cruciales 6 y 7)

Discusión

El estudio tiene como propósito analizar las tendencias de los indicadores del sistema alimentario con el fin de obtener resultados que cumplan con los objetivos establecidos para 2030. A partir de las interacciones de mayor relevancia identificadas en la matriz se proponen buenas prácticas para fortalecer aquellas cuya tendencia sea positiva, así como mecanismos de vigilancia para las que muestran tendencia desfavorable.

El aumento de la inflación afecta directamente en el costo de una dieta saludable y la inseguridad alimentaria, dos indicadores que actualmente tienen tendencias negativas. La transformación del sistema alimentario requiere de múltiples acciones en diversos ámbitos. En la revisión bibliográfica se observó que los indicadores de gobernanza cuentan con respaldo de estudios previos.

El análisis es un punto de partida para futuras investigaciones sobre la dinámica y las interacciones de los indicadores, poniendo atención en el indicador de dieta saludable por su reciente incorporación.

Las políticas públicas impactan en los sistemas alimentarios y su efectividad aumenta cuando existe una participación de la sociedad civil, ya que la colaboración social impulsa transformaciones más sostenibles.

Finalmente, los datos de las interacciones se van mejorando y actualizando anualmente, lo que permite comprender con mayor precisión el papel que desempeñan los indicadores de gobernanza en la transformación del sistema alimentario, así como su conexión con los demás indicadores.