Cada vez hay más actividad en el Ártico: buques cisterna y de carga, cruceros, yates privados, etc. Se espera que habrá más actividad cuando el hielo se rompa en la primavera de 2026.

El Ártico conecta con Eurasia y América y los océanos Atlántico y Pacífico, además de contener petróleo, gas, minerales y peces en gran cantidad. Esta nueva vía acorta las rutas de comercio que cruzan por los canales de Suez y Panamá, afectados por conflictos y sequías respectivamente.

La velocidad de apertura de la ruta depende del cambio climático y factores económicos pero principalmente geopolíticos. La tasa de derretimiento se ha alentado pero solo se detendrá con paro total del calentamiento global (dato crucial 1). El deshielo trae complicaciones para las embarcaciones como elevación del nivel del mar, daño a líneas costeras y la pérdida de carreteras de hielo disponibles.

La rivalidad entre países determinará el desarrollo del área. Si termina la guerra de Ucrania y retiran sanciones a Rusia en 2026, la inversión occidental en el ártico ruso retornaría, los presidentes de Rusia y Estados Unidos están en pláticas sobre el Ártico. Si las sanciones continúan, las exportaciones rusas de petróleo y gas por el Ártico se detendrán, y avanzará la explotación de energéticos y otras riquezas en lugares como Alaska donde se redujeron regulaciones.

El canal de Suez es una ruta riesgosa por los ataques de hutíes de Yemen, esto acrecienta el interés en la ruta estacional marítima del norte (NSR por su sigla en inglés), pero si los hutíes se detienen la ruta perderá interés. La NSR ahora es usada para transportar petróleo, gas y otras materias primas rusas a China. China ya comienza a utilizar la ruta y Corea del Sur mencionó que hará una prueba en 2026.

Aun con menos hielo, operar en el Ártico es difícil. Los proyectos son afectados por los precios, el apoyo gubernamental y la inexistencia de infraestructura. La ambición del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por doblar la exportación de petróleo es poco factible por los altos costos de perforación y extracción desde North Slope, Alaska y por las 800 millas del oleoducto Trans-Alaska.

La restricción china de exportaciones de tierras raras aumentará la búsqueda de depósitos en el Ártico. Lo que explica el interés de Trump por Groenlandia, aunque las condiciones son más pobres que en Alaska. En 2026 se expandirá el puerto de Nome, lo que atraerá embarcaciones del Estrecho de Bering y prospectos del proyecto Graphite One de minería para baterías de litio. La ruta del Ártico abre grandes posibilidades de negocios.