The way forward. Second-best solutions. If the best method for tackling climate change is not on offer, try something else

Cita: 

The Economist [2015], “The way forward. Second-best solutions. If the best method for tackling climate change is not on offer, try something else”, The Economist, London, 28 de noviembre, http://www.economist.com/news/special-report/21678959-if-best-method-tac...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Noviembre 28, 2015
Tema: 
Las opciones que se ven actualmente para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y hacer frente al cambio climático.
Idea principal: 

Algunas de las más grandes discusiones se refiere a cuál es la tasa de interés que calcula el valor presente de los gastos de prevención del cambio climático y cómo se le fija precio a eventos catastróficos, pero el problema más grande de todos es lograr un acuerdo entre todos. Hay una opinión casi general de que la mejor manera de combatir el cambio climático es mediante el impuesto global a las emisiones de carbono.

Los políticos tienden a creer que el subsidio a las energías limpias tiene el mismo efecto como el impuesto las emisiones de carbono, pero no es así según Ottmar Edenhofer, un economista en el instituto Potsdam para la investigación del Impacto Climático, los subsidios para la energía eólica, solar y nuclear incrementa la oferta de energía eólica, solar y nuclear, pero no elimina los contaminantes que ya se han emitido.

El impuesto al carbono tiene sus problemas comenzando por la palabra “impuesto”, las nuevas recaudaciones no son populares. Igual si los gobiernos prometieran disminuir otros impuestos, el impuesto al carbono sería fiscalmente neutral, los gobiernos no podrían garantizar que las emisiones de dióxido de carbono caerían en una cantidad específica.

Muchos países han adoptado el esquema “cap-and-trade”. Esto especifica la cantidad de carbono que será emitido y permitido, o subastado, lo que permite contaminar a ese límite, los contaminadores pueden comprar y vender permisos, los cual en teoría permite que los métodos más baratos para reducir emisiones sean desarrollados primero. Esta opción no resulta mejor que colocar un impuesto. Bajo presión de la industria pesada los gobiernos tienden a permitir muchos créditos contaminantes, así que el precio es invariablemente más bajo que alterar su conducta. El carbono fue comerciado en Europa por menos de 10 euros por tonelada y los esquemas “cap-and-trade” pueden alentar un control casi gratuito.

El gran problema es que no todos quieren ser parte del club de impuestos al carbono o esquemas “cap-and-trade”, el carbono tiene mejores precios globalmente, en parte porque el apoyo popular se reducirá si los trabajos se mueven de países virtuosos a los menos virtuosos, y en parte porque tales esquemas trabajan mucho mejor en gran escala. La manera obvia para conseguir que los países se unan al club del cambio climático es amenazando sus exportaciones, poniendo un impuesto a sus importaciones en el límite acordado a su capacidad de carbono, aunque esto tendría grandes dificultades para implementarse.

Cuenta hasta tres

Un impuesto global al carbono (que involucre a muchos países) es probable que permanezca a largo plazo en la teoría económica (aunque nada sea seriamente discutido en París), aún así hay tres cosas perfectamente buenas que todos podrían poner manos a la obra inmediatamente.

1. Los países deberían promover los incentivos para reducir emisiones, lo dicho en la conferencia de París se ha vuelto un lío de demandas sobre la mesa. Algunos países dicen que es bastante sencillo, pues reducen sus emisiones de gases en tal o cual porcentaje comparado con un año en particular siendo que estos mismo países eligen diferentes años base y hacen ver sus promesas se vean bien, otros países siquiera proponen mantener las emisiones a un nivel especifico, algunos ajustan sus estadísticas argumentando que sus esfuerzos para prevenir la deforestación deberían tener más peso.

2. Abandonar la obsesión por el carbono, el gas de efecto invernadero más importante, es esencial, los efectos de las emisiones persisten en la atmósfera por tanto tiempo que una reducción drástica tendría solamente un ligero efecto en el cambio climático a corto plazo. El dióxido de carbono no es el único gas contaminante existen el Metano, el dióxido de carbono y los hidroflurocarburos que también dañan el planeta en buena medida.

3. El asunto más importante de todos es innovar. Bill Gates, el filántropo, lamenta que en todas las discusiones sobre el cambio climático casi nadie hable sobre la investigación, ya que existe una necesidad de desarrollar tecnologías más baratas y más confiables que los paneles solares y las turbinas de viento de hoy. Gates ha invertido en nuevos tipos de reactor nuclear, también mantiene la esperanza en la fotosíntesis artificial (que usa la energía del sol y el hidrógeno del agua). Las empresas de energía no hacen investigación ya que la energía no es un producto diferenciable (los electrones son electrones) y no motiva a vender sino hasta que caen los precios de la tecnología existente para producirla.

La naturaleza de la investigación y desarrollo es que algunos proyectos no se desarrollarán exitosamente, sólo unos pocos podrán evitar las calamidades del cambio climático, y los fondos que están destinando los gobiernos en turbinas de viento y granjas solares no estan surtiendo los mejores efectos según Bjorn Lomborg del Copenhagen Consensus Centre, señala que las gente hace cosas que la hacen "sentir bien" respecto al cambio climático, más que aquellas cosas que se "hacen bien".

Datos cruciales: 

William Nordhouse, un economista ambiental de la Universidad de Yale, calcula que si cada país tuviera un impuesto al carbono, la temperatura podría mantenerse a 2°C sobre niveles preindustriales a un costo de 1-2% del ingreso mundial por año.

Se ha estimado que si los gases de efecto invernadero fueran suprimidos el mundo podría ser 0.6°C mas frío para 2050 que si no se erradicaran.

Bill Gates señala que el gasto anual de investigación en energía es solamente de 6 mil millones de dólares, comparado con los 30 mil millones en investigación médica.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El conflicto de intereses que genera el tema del cambio climático entre sectores industriales de diversos países evita avanzar en su disminución. Dentro de las pocas posibilidades y propuestas que existen, predominan las soluciones económicas, mismas que podemos traducir en poner un precio a la contaminación. Este tipo de soluciones dan la posibilidad de seguir contaminando, pero sólo a aquellos que “puedan pagar”, se entrecomilla ya que los que más emisiones lanzan al medio ambiente buscan formas para no enfrentarse a la sanción económica y continuar contaminando, sin incurrir en costos adicionales.