China es uno de los mercados más grandes del mundo al igual que su consumo. El artículo se centra en las dificultades que enfrenta la nación asiática en el consumo de agua embotellada que, aunque no se compara con el consumo de México u otros grandes consumidores de agua embotellada, se ha incrementado 13 veces desde 1998. En la actualidad encontrar suministros limpios en China es verdaderamente difícil por los graves problemas de contaminación, lo que ha motivado a que grandes corrientes de inversión en infraestructura estén siendo trasladadas a las ciudades costeras para la extracción de agua.

En los glaciares del Tibet, la concesión de licencias para la extracción y embotellamiento de agua ha ido aumentando y el gobierno tibetano planea incrementar su capacidad unas 50 veces para el 2020. De esta zona de gigantes ríos que tienen su origen en la cordillera del Himalaya depende el consumo de mucha gente en las naciones colindantes.

Otra problemática es su alto impacto en materia ambiental, ya que la industria del agua embotellada consume tres veces más agua que la que termina por ser vendida. En lo particular al desarrollo de la industria en el Tibet, aunque se prevé que su expansión sea sólo una pequeña fracción de la región, no existen estudios sobre su impacto ambiental.

Al parecer la política del gobierno tibetano está a favor de la inversión privada en esta zona, impulsándola mediante recortes de impuestos, exenciones fiscales, préstamos baratos, etc. No obstante, hay diferencias con el gobierno federal (Beijing), el cual tiene toda la intención de establecer cuotas para el uso del agua en toda la nación, con temor de sufrir una pronta escasez del recurso.