Peabody Energy, la mayor compañía privada de carbón del mundo está al borde de la bancarrota. La firma estadounidense, con deudas de más de 6 mil millones de dólares, acaba de recurrir al capítulo 11 de protección de quiebra en Estados Unidos el pasado 11 de abril. La empresa realmente está en el hoyo: acosada por problemas de precios y de contaminación, además de las presiones de los acreedores e inversionistas exigiendo su dinero. Los problemas también devinieron de una mala inversión en 2011 al adquirir por 5.2 mil millones de dólares una empresa australiana, Macarthur Coal, con el objetivo de impulsar las ventas de carbón metalúrgico para China, pero poco tiempo después la industria siderúrgica china entró en crisis, reduciendo la demanda de carbón esperada.

Desde el inicio de 2015, cinco grandes mineros de carbón estadounidenses se han declarado en quiebra, como Arco del Carbón y Alpha Natural Resources. La recuperación del carbón no parece que esté pronta. La revolución de esquisto en Estados Unidos significó que el año pasado, por primera vez, el gas natural sustituyó al carbón como combustible principal del país para la generación de electricidad.

Otros países ya han decidido cerrar todas sus centrales eléctricas de carbón en los próximos años –Inglaterra–, otros todavía fuertemente dependientes del mineral planean disminuir su consumo –India y China–. Al mismo tiempo, otros están en camino de sustituirlo por la energía solar –Inglaterra y China–.

The Economist no espera un porvenir prospero para Peabody Energy.