La nueva división internacional del trabajo. Sus orígenes, sus manifestaciones, sus consecuencias

Cita: 

Fröbel, Folker, Heinrich, Jurgüen y Kreye, Otto [1978], “La nueva división internacional del trabajo. Sus orígenes, sus manifestaciones, sus consecuencias”, Comercio exterior, México, 28(7):831-836, julio. http://revistas.bancomext.gob.mx/rce/magazines/463/4/RCE6.pdf

Fuente: 
Artículo científico
Fecha de publicación: 
Julio, 1978
Tema: 
Se analizan las implicaciones de la nueva división internacional del trabajo y de la redistribución mundial de emplazamientos industriales en países en desarrollo.
Idea principal: 

El artículo está escrito por colaboradores del Max Planck Institut en Starnberg, República Federal de Alemania.

Se trata de un referente bibliográfico en los estudios de la internacionalización del capital y la instauración de la nueva división internacional del trabajo. El texto fue escrito en 1978, en un contexto de crisis mundial.

El texto inicia con dos valiosas apreciaciones respecto a la nueva división internacional del trabajo que muestran las contradicciones de la economía capitalista. La primera, sobre el creciente desempleo en los países tradicionalmente industrializados y el paralelo traslado de una proporción de la producción industrial a países en desarrollo. La segunda, establecida a partir de la relación entre: la descomposición de la producción, el uso intensivo de la tecnología, la reducción de costos de producción y la utilización de mano de obra abundante en los países en desarrollo (p. 831).

El objetivo del artículo es analizar en términos generales los orígenes, manifestaciones y consecuencias de la nueva división internacional del trabajo. Se señala la interconexión y la interacción de la racionalización, el desempleo y la disminución de las exigencias de capacitación de la fuerza de trabajo en países desarrollados y el traslado de la producción a nuevas zonas.
El trabajo se conforma por tres apartados: i) el mercado mundial del trabajo y el de emplazamientos industriales, ii) el estado actual de la nueva división internacional del trabajo, y iii) las consecuencias.

El mercado mundial del trabajo y el de emplazamientos industriales

Esta sección inicia con la idea de que en la economía mundial capitalista la producción industrial se ha desarrollado en los lugares que se garantiza la rentabilidad del capital. Por ello, históricamente el desarrollo industrial ha implicado el surgimiento del trabajo asalariado, la progresiva división del trabajo en las fábricas, y el desarrollo creciente de una división regional e internacional del trabajo.
Se advierte que en la clásica división internacional de trabajo los países del tercer mundo fungían como consumidores de los productos manufactureros de los países industrializados, y como proveedores de materias primas, agrícolas y minerales; siendo así hasta el momento en que varios de estos países iniciaron un proceso de industrialización (p. 832).

Se toma como punto clave el emplazamiento de empresas industriales en los países en desarrollo para responder a la pregunta ¿Qué cambios ocurrieron en las condiciones “dadas” para la expansión y acumulación mundiales del capital? Para responder, los autores señalan tres condiciones que en conjunto han sido determinantes en el proceso de internacionalización.

La existencia de una reserva mundial de mano de obra, creada mediante la destrucción de la pequeña agricultura de subsistencia y, por tanto, de la base tradicional de sobrevivencia de grandes segmentos de la población rural. Según los autores, de esta manera el capital se aseguró una reserva, prácticamente inagotable, de cientos de miles de trabajadores potenciales en África, Asia y América Latina.

Avances tecnológicos en transportes y comunicaciones, la inserción de la tecnología permitió que la localización de las plantas industriales y la dirección y control de la propia producción dependiera menos de la ubicación y distancias geográficas. Se redujeron costos de transporte y la organización entre empresa matriz y filiales fue más fluida.

Gran desarrollo y considerable refinamiento de la tecnología y de la organización del trabajo, gracias a este desarrollo se pudo descomponer procesos de producción complejos.

Estas tres condiciones permitieron el emplazamiento de varias empresas y la creación de un mercado mundial del trabajo involucrando a países industrializados y a naciones en desarrollo.

Marco analítico de la nueva división internacional del trabajo

La nueva división internacional del trabajo debe entenderse como un proceso en marcha y no como un resultado alcanzado. Además de que es parte de una creciente subdivisión del proceso de producción en varios procesos parciales, separados y localizados en distintos lugares de todo el mundo (p. 833).

El núcleo analítico que postulan los autores respecto a las manifestaciones e implicaciones de la llamada nueva división internacional del trabajo incluye aspectos sobre la competencia entre los trabajadores y los países industrializados y en desarrollo. Además se hacen notar cambios en la estrategia de sobrevivencia de las empresas a partir de la reorganización de la producción determinada, a su vez, por las condiciones de expansión y acumulación del capital. Se subraya que la reubicación de la producción en todo el mundo y la racionalización en conjunto hacen posible la explotación de la fuerza de trabajo barata.

Finalmente, como producto de la nueva división internacional del trabajo los autores predicen un notable incremento de la movilidad del trabajo tanto en capacitación de los trabajadores como en el lugar de trabajo.

El estado actual de la nueva división internacional del trabajo

En este apartado se presentan datos cuantitativos de la República Federal de Alemania (RFA) derivados de investigaciones empíricas que sustentan una creciente división internacional del trabajo. Se presentan cuadros sobre el empleo interno y en el exterior de empresas manufacturas para los años: 1961,1966, 1971 y 1975, también se muestran datos de las filiales y el empleo generado en los países en desarrollo por ramas productivas, además se analizan las importaciones textiles, y finalmente se incluye una tabla con información de la ocupación en zonas de producción libre y en fábricas para el mercado mundial localizadas en otros emplazamientos (p. 834).

Respecto a la producción, en la industria de la transformación resultó que las subsidiarias en el exterior de Alemania occidental alcanzaron la misma importancia relativa que las filiales estadounidenses de 1961 a 1975.
En cuanto a la estructura de la producción y el empleo en el exterior, el sector que tenía más empresas germano-occidentales era el de la ingeniería mecánica, la rama industrial con más subsidiarias era la industria química, y el sector que generaba mayor empleo en el exterior era el de electrotécnica.

Los autores señalan, que la cambiante distribución de los emplazamientos productivos de las empresas de la RFA en todo el mundo era en ese momento una manifestación de la tendencia hacia una nueva división internacional del trabajo. Mientras que en los países subdesarrollados este proceso se vinculaba con el surgimiento de un nuevo tipo de localidad industrial: la zona de producción libre y el establecimiento de una nueva clase de fábricas, las fabricas para el mercado mundial (p. 835).

Para los autores, las zonas de producción libre eran enclaves industriales que se establecían en lugares con abundante mano de obra barata, con la intención de producir para el mercado mundial.

Respecto a los procesos productivos se señala una integración vertical de las operaciones productivas, en la que las tareas realizadas en las filiales emplazadas en los países en desarrollo eran básicamente procesos parciales como: la fabricación de componentes y/o el montaje del producto final a partir de componentes importados.

Las consecuencias
En este apartado los autores cierran con una serie de reflexiones acordes a la época en la que se escribió el artículo. A continuación se enlistan las más relevantes.

a) Los principales efectos del proceso de la nueva internacionalización del capital seguirán siendo el desempleo alto y constante en los países industrializados, fundamentalmente atribuible a la reubicación de la producción, a las posibilidades de reorganizarla y a las presiones que empujan hacia ello.

b) La reubicación de la producción será en todas las ramas de la industria de transformación.

c) Los amplios cambios estructurales, desmantelamiento del campo, en la producción agrícola de los países en desarrollo aumentarán la reserva de trabajadores potenciales.

d) Se incrementará la intensidad de la jornada laboral y caerán los salarios reales. Además de que cada vez habrá mayores exigencias de capacitación para los trabajadores.

e) Un mayor nivel de competencia entre los países industrializados para poder expandir la producción en su territorio o para estimular a las empresas a establecer nuevas plantas en él.

Datos cruciales: 

• Los salarios que paga el capital en los países en desarrollo son aproximadamente entre 10 y 20 por mayores de los vigentes en los países industrializados tradicionales.

• Las jornadas laborales son más largas en los países en desarrollo que en los industrializados. Por ejemplo, las "horas productivas" de trabajo por empleado y por año en Corea del Sur era de 2,800, mientras que en la RFA era 1,900 (p. 832).

• En 1975 había 79 zonas de producción libre en 25 países subdesarrollados, de los cuales 11 eran asiáticos, 5 africanos y 9 latinoamericanos (p. 833).

• Durante 1975, estaban en construcción 39 zonas libres en 21 países.

• En 1975 habían 725,000 trabajadores empleados en fábricas para el mercado mundial, de los cuales 500,000 estaban en zonas de producción libre (p. 835).

Nexo con el tema que estudiamos: 

La internacionalización del capital y la nueva división internacional del trabajo son parte del marco teórico que nos ayuda a comprender el emplazamiento de las empresas transnacionales en el mundo. Este texto sirve de referente en el estudio de la internacionalización.