El artículo señala la importancia de la regulación en China como una forma de apoyar a las empresas locales mientras las grandes corporaciones norteamericanas como Google, Faceboook, Amazon y recientemente Uber, no logran progresar en China. Las empresas locales aprovechan la protección ante la competencia externa para no innovar, ya que pueden crecer copiando modelos de negocio de empresas occidentales gracias a dicha protección y a que sus capacidades sirven para que otras empresas las imiten.

A manera de ejemplo, Uber cedió parcialmente ante Didi Chuxing, un competidor chino, por las regulaciones expedidas a finales de julio que dan lugar a subsidios ilegales no solo para esta empresa, sino para todas las empresas tecnológicas chinas. (Ver datos cruciales 1).

Recibiendo el mensaje

Se cree que China es un mercado aislado del resto del mundo y que las empresas extranjeras están impedidas o limitadas por las regulaciones chinas. En efecto, el gobierno chino restringe algunas áreas (como su estrategia Great Firewall que impide la consulta libre de Internet), sin embargo, eso no hace de China un país impenetrable. Por ejemplo, WhatsApp se encuentra disponible de manera gratuita aun cuando sea pequeña su participación respecto a la líder china WeChat. Otro ejemplo es el de Apple, que tiene en China el mayor mercado de iPhone. Uber, por su parte, hizo un gran esfuerzo para posicionarse en el mercado consiguiendo una participación del 17.7%. La estrategia no consiste en proteger a las empresas o blindarse contra el resto del mundo, sino que las empresas chinas invierten en start-ups estadounidenses como Snaptchat y Lyft o en la compra de empresas de videojuegos como Supercell de Finlandia y Playtika de Israel.

Es decir, el mercado chino tiene ciertas condiciones para que las empresas extranjeras se desempeñen, pero también para bloquear su acceso, ello depende de que la empresa pueda proveer el conocimiento necesario para que las empresas locales desarrollen su propia infraestructura y con ello su propio mercado.

Siguiendo con el ejemplo de Didi y Uber, la primera nace de la fusión de dos empresas locales y creció gracias a que entendió la cultura local al integrarla mejor con una plataforma social-media con taxistas incorporados en su app desde el principio, mientras que la segunda se vio desplazada del negocio 5 años después de iniciar operaciones (Ver datos cruciales 2). Otro ejemplo es el de WeChat y su combinación de funciones (mensajes, llamadas de voz, explorador, juegos y sistemas de pagos), con cerca de 700 millones de usuarios mensuales, esta empresa no solo es una app sino un sistema entero de operación móvil, al que los usuarios móviles destinan un tercio de todo el tiempo que pasan en línea. Esta empresa es la prueba de que las empresas en Internet en China no son simples imitadoras de las empresas estadounidenses, sino que también pueden innovar por sí mismas. (Ver datos cruciales 3).

Otro ejemplo es la empresa Alibaba: el gran gigante del comercio en línea ha implementado el pago en depósitos, ayudando a establecer confianza entre vendedores y compradores. Ahora ofrece servicios que explotan sus grandes bases de datos de consumidores como calificación crediticia, marketing digital e investigación detallada de aspirantes visas y usuarios de sitios de citas por internet.

Didi incluye características innovadoras: servicio de pedido de autobús a domicilio y la opción de solicitar una prueba de manejo de un auto nuevo. Otra empresa con propuestas innovadoras es Sina Weibo (empresa equivalente a Twitter) que ha implementado un sistema de pagos y financiamiento de contenido Premium. Con realización de pagos, bienes virtuales y videojuegos, las empresas de internet en China son mucho menos dependientes de los anuncios en línea que sus rivales occidentales.

Como resultado de este flujo de ideas entre China y Occidente, ahora se invierten los papeles. Por ejemplo, Facebook intenta incorporar sistema de pagos y comercio en línea a través de su app de mensajes inspirándose en WeChat, la expansión de Snaptchat de una app de mensajería a un portal media, y el súbito entusiasmo de Google, Facebook y Microsoft por los robots. Dado que el consumidor occidental cada vez más se inclina a los productos de internet en China, las empresas occidentales deberían considerar el futuro del comercio móvil no solo desde Sillicon Valley sino también de las empresas de internet con sede en China.

Dragones Digitales

Los políticos deberían estudiar más a China, nada les ilustraría mejor el mercado digital. Así como algunas empresas han mostrado ser muy convenientes a los consumidores, también sería necesario fijarse en el monopolio que van creando: es importante hacer caso al balance entre conveniencia y dominación para crear mejores leyes que regulen la era digital. La lección es clara: comparadas con Renren y Baidu, Didi y WeChat se fortalecieron por la fiereza de sus rivales. Si los vanguardistas tecnológicos de China apuntan a ser los verdaderos campeones globales, entonces la competencia es su amiga.