General Electric es un ejemplo destacado de la pervivencia de las empresas innovadoras. Nace de una alianza entre el inventor Thomas Edison y el banquero J. P. Morgan. A pesar de que las patentes de Edison han expirado y que la electricidad es ya una mercancía banal, General Electric ha logrado mantener su imperio comercial: es la única empresa sobreviviente de las que formaron el Indice Dow Jones original. Tiene 330 mil empleados en 180 países, 493 mil millones de dólares en activos e ingresos de 117 mmd en 2015. Se considera que su permanencia entre las empresas líderes se debe a su “total dominio del arte de la gestión”.

El artículo propone varios rasgos distintivos de las “great companies”:

* Obsesión por el talento: descubrirlo y mantenerlo dentro de la corporación. Esto se realiza a través del elitismo: se distingue al personal excepcional y se le hace ascender rápidamente por encima del resto. También se practica la supervisión y conocimiento del personal “de altura”.

* Invertir en sus capacidades centrales (core skills). Apropiarse de los elementos centrales de la producción e invertir en investigación y desarrollo.

* Para resistir las presiones del “cortoplacismo” las empresas implementan estructuras duales de voto, que dan mayor poder y control a los dueños por encima del resto de los accionistas; así se obtienen fondos para financiar los proyectos de largo plazo. El desafío es lograr un equilibrio entre los objetivos de largo plazo y la necesidad de rendir resultados en el corto plazo.

* Las “metas extravagantes” forman parte de la cultura de las grandes empresas.

* Poner atención sin fin a los detalles. Se busca establecer un equilibrio entre la visión estratégica y las operaciones diarias.

* Estar abiertos a la retroalimentación de compradores y usuarios.

* Revaluación constante de las inversiones

* Mantener la agilidad de la empresa, combatiendo la burocracia y los excesos de la organización interna.

* Crear locaciones en los distritos productivos donde se genera la innovación y establecer relaciones con las empresas que inician operaciones.

* Balancear la proyección global con la implantación local: devenir cosmopolitas con raíces.

* Mantener abierta la posibilidad de aplicar cambios radicales que permitan permanecer en la competencia. En ello es importante abandonar actividades y segmentos que no producen suficientes ganancias.

Todas estas características hacen que las grandes empresas tengan menos activos y empleados.