Espionage. Shaken and stirred. Intelligence services on both sides of the Atlantic have struggled to come to terms with new technology and a new mission. They are not done yet, writes Edward Carr

Cita: 

The Economist [2016], "Espionage. Shaken and stirred. Intelligence services on both sides of the Atlantic have struggled to come to terms with new technology and a new mission. They are not done yet, writes Edward Carr", The Economist, London, 12 de noviembre, http://www.economist.com/news/special-report/21709778-intelligence-servi...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Noviembre 12, 2016
Tema: 
Los sistemas de vigilancia de la seguridad nacional contra la privacidad individual
Idea principal: 

Se ha venido generando una revolución de la inteligencia en parte como resultado de nuevas tecnologías que han surgido. Esta revolución ha traído las acciones de espionaje cada vez más cerca de la gente común.

Después de los ataques del 11 de septiembre de 2001, la lucha contra el terrorismo y la insurgencia se convirtió en el foco de las agencias de inteligencia de Estados Unidos, según John Parachini, quien dirige la política de inteligencia para RAND, un think-tank. Casi dos tercios del personal de inteligencia de la actualidad han sido contratados desde el 9/11.

Anteriormente los espías enviaban mensajes codificados utilizando radios de onda corta y dead letter boxes (un método que permitía el intercambio de información sin que remitente y destinatario se encontraran en persona). Ahora, con el avance tecnológico y el desarrollo de los sistemas de comunicación, las transmisiones de los espías se mezclan con las de todos los demás, en un vaivén de información entre computadoras y teléfonos celulares comunes y corrientes, por lo que los servicios de seguridad han tenido empezar a actuar como “cazadores” de conspiraciones en vez de como recolectores de pruebas.

Los espías sostienen que es difícil mantener el seguimiento de terroristas y criminales a causa del cifrado, la red oscura y el hecho de que, mientras el mundo construye la infraestructura de internet, una proporción menor del tráfico se mantiene en las redes occidentales accesibles.

El conflicto central es que el objetivo de la inteligencia moderna, según Sir David Omand, ex jefe de la inteligencia británica, es que los ciudadanos confíen en el Estado para gestionar las amenazas a la vida cotidiana. Para ello, los servicios de inteligencia deben ser capaces de emplear fuentes secretas y métodos que inevitablemente implican intrusión, aunque para obtener confianza deben ser siempre transparentes y acatar las reglas que protegen la privacidad individual.

La contradicción no puede hacerse a un lado. La privacidad es una condición previa para la intimidad, la confianza y la individualidad, dice David Anderson. El conocimiento de que un Estado lo está viendo todo tiene efectos negativos incluso en la gente que no está haciendo nada malo.

Una sociedad que favorece la privacidad sobre la seguridad podría permitir incluso que el desorden y la injusticia impidan la intimidad misma y la libertad que se supone la privacidad debe promover. Además, algunas técnicas de espionaje reducen su eficacia si se conocen por toda la sociedad.

La idea de que se esté conspirando para llevar a cabo vigilancia masiva es un mito. Tal crítica es más injusta si viene de fuera de la alianza de inteligencia de habla inglesa, conformada por Estados Unidos, Australia, Gran Bretaña, Canadá y Nueva Zelanda, conocidos como los cinco ojos. Después de estar en las sombras hasta la década de 1990, Gran Bretaña ha puesto sus servicios de inteligencia bajo un sistema de supervisión modelo.

Estados Unidos se muestra más abierto que cualquier otro país sobre sus servicios de inteligencia.

El contraste se encuentra con países como China y Rusia, donde los servicios de seguridad responden únicamente a los más altos funcionarios. En estos países los ciudadanos son objeto de una vigilancia sin trabas llevada a cabo por sus propios líderes.

Datos cruciales: 

Una gráfica muestra el comercio de bienes, servicios y finanzas de 1995 a 2014. Los datos están en escala logarítmica y se muestra también el aumento de los datos en bits por segundo, los que han crecido constantemente a partir de 1995, mientras que el comercio se ha mantenido constante todo el periodo, con una ligera disminución entre los años 2007-2010.

Otra gráfica muestra las opiniones de encuestados sobre la privacidad en línea de las compañías privadas de datos, el robo de información privada, vigilancia de gobiernos extranjeros y la vigilancia del gobierno local.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El desarrollo tecnológico se ha comenzado a utilizar para mantener vigiladas y controladas a muchas sociedades en el mundo, con el pretexto de buscar garantizar la seguridad y la justicia. Actualmente, los sistemas de inteligencia más avanzados del mundo son capaces de monitorear prácticamente cualquier actividad que cualquier persona esté realizando, sea mediante un dispositivo móvil, una computadora, cámaras de seguridad, etc.

El principal problema es considerar si esto tiene su único fundamento en la búsqueda de seguridad y bienestar para los integrantes de una sociedad determinada o si más bien se busca mantener el control de dicha sociedad con el fin de estar siempre un paso delante de la misma, sobre todo en el contexto actual en el que la explotación, el malestar social, la desigualdad, etc. impulsan cada vez más la organización social encaminada a buscar un cambio en las condiciones históricas que prevalecen hoy día.

Este es otro campo de uso y fertilización de las nuevas tecnologías, en el cual las grandes empresas y las firmas innovadoras crean grandes fortunas al amparo de los poderes públicos. El control social reforzado y en constante densificación es uno de los pilares del capitalismo del Siglo XXI: la vertiente autoritaria.