Globalización y desarrollo desigual

Cita: 

Arrighi, Giovani [2008], "Globalización y desarrollo desigual", Mundo Siglo XXI, México, IPN, IV(13):5-17, verano.

Fuente: 
Artículo científico
Fecha de publicación: 
2008
Tema: 
Consecuencias de la globalización en los países desarrollados, subdesarrollados y de China e India
Idea principal: 

La obra más importante de Giovanni Arrighi es El largo siglo XX (Akal, 1999). Fue Profesor de la John Hopkins University.

La lectura nos explica que para promover la globalización en todo el mundo se tuvo que eliminar programas sociales como el Estado de Bienestar en los países desarrollados y el Estado desarrollista en los países subdesarrollados, y se implementaron políticas tanto en los desarrollados como en los subdesarrollados para que obtuvieran los beneficios de la globalización. En este texto Arrighi menciona que debido a que tanto China como India aprovecharon los cambios que acontecían en el mundo, aplicaron políticas pensando en lo que era mejor para ellos y obtuvieron cambios importantes en sus respectivas economías, porque no se dejaron influenciar por las recomendaciones de los países desarrollados.

El texto está dividido en cinco partes. La primera aborda la globalización como proceso histórico e ideología; la segunda, convergencia y la persistencia de la división del ingreso norte-sur; la tercera es globalización y políticas mundiales; la cuarta es globalización y desarrollo desigual y termina abordando el tema, implicaciones para futuras investigaciones.

La globalización como proceso histórico e ideología

El autor de la lectura menciona que en los inicios de la última década del siglo pasado se puso en boga el concepto de globalización. Este concepto lo divide en globalización estructural y en globalización ideológica. La globalización estructural la explica como “descripción de un proceso histórico de crecimiento mundial de la integración económica y social”. La globalización ideológica “como prescripción de políticas supuestamente dictadas por ese proceso” (p. 5).

Se señala que después de la Segunda Guerra Mundial la globalización estructural ayudó a aumentar la producción y el comercio mundial en los años cincuenta y sesenta. En los años setenta se incrementó la competencia entre las empresas y los gobiernos, y perjudicó a los países del Norte, en especial a Estados Unidos, por que existían más países que producían y comerciaban sus productos en otras regiones del mundo; los países subdesarrollados se beneficiaron por los altos precios del petróleo y por los créditos bajos e inversión de gran utilidad.

Con las recomendaciones de la globalización ideológica acontecieron sucesos paradójicos que supuestamente lograrían a que Estados Unidos y el resto del mundo mejoraran en sus respectivas economías, que a continuación se mencionan:

a) En el año de 1980 la recomendación fue “liquidación del legado del New Deal en Estados Unidos y del Estado de Bienestar en Europa Occidental; y la prescripción internacional, que propugnaba la liquidación del Estado desarrollista en el Tercer y (también en el Segundo Mundo(s)” (p. 6).

b) Se disminuyó la oferta monetaria, aumentaron la tasa de interés, los impuestos disminuyeron y a las empresas privadas se les otorgo mayor libertad. Como consecuencia se produjo una gran recesión en Estados Unidos.

c) En los países subdesarrollados disminuyo la demanda de sus recursos naturales, de crédito e inversión.

d) Se promovió el proyecto “neoliberal de la globalización bajo el Consenso de Washington de los ochenta y los noventa (Mc Michael 2000)…retiró el apoyo a las estrategias estatales y de desarrollo “hacia adentro” (como la industrialización por sustitución de importaciones)…y comenzó a promover estrategias “hacia afuera” favorables al capital, específicamente con políticas de estabilidad macroeconómica, privatización y liberación de comercio y los movimiento de capital”.

El economista del Banco Mundial William Easterly reconoció que las políticas que se implementaron perjudicaron en su crecimiento a los países con ingresos bajos y medios. Easterly agregó que el incremento de la tasa de interés, elevada deuda, disminución de la industria en el mundo y las innovaciones tecnológicas deterioraron el crecimiento de los países subdesarrollados.

Convergencia industrial y la persistencia de la división del ingreso norte-sur

Arrighi menciona en esta parte del texto que los países subdesarrollados fomentaron la industrialización de sus economías para lograr el mismo ingreso per cápita que los países desarrollados. Los datos presentados demuestran que no coincidió que al industrializar a las economías de los países subdesarrollados, sus ingresos se equipararan con los ingresos de los países desarrollados.

En lo que se refiere al grado de industrialización de los países subdesarrollados “en 1960, el grado de industrialización del Tercer Mundo equivalía al 74.6% del Primer Mundo, en 1980 era virtualmente el mismo (99.4%), y en el año 2000 ya era 17.1% mayor”, esto medido por la proporción del PIB producido en la manufactura. Con esta información, Arrighi subraya que ya no se puede catalogar a los países del norte como industrializados y a los países del sur como no-industrializados (p. 10)

Por lo que respecta al ingreso entre los países subdesarrollados y desarrollados las evoluciones han sido similares: “el producto interno bruto [PIB] per cápita de los países del Tercer Mundo como proporción del PIB percapita de los países del Primer Mundo fue de 4.5% en 1960, 4.3% en 1980 y 4.6% en el año 2000” Con estos datos se demuestra que a los países subdesarrollados no les ha servido de mucho la industrialización de sus economías para incrementar sus ingresos.

Globalización y políticas mundiales

Arrighi explica en este tercer punto por qué no se ha podido igualar los ingresos de los países subdesarrollados con los de los países desarrollados. Menciona que una de las causas puede ser “que la reproducción de la brecha de ingresos Norte-Sur en condiciones de una industrialización del Sur poco tiene que ver con la globalización, tanto estructural como ideológica” (p. 11).

Para Arrighi esto último carece de toda verdad. En los años cincuenta y sesenta del siglo veinte se llevó acabo la globalización estructural y gracias a ello se implementó la industrialización por sustitución de importaciones (ISI), con gran éxito. El modelo de los países desarrollados fue la industrialización orientada a las exportaciones (IOE) y con esto lo que buscaban era obtener recursos para aumentar sus importaciones, no les interesaba sustituir sus importaciones. Al observar que no podían desplazar sus productos instauraron el modelo IOE para incentivar la dependencia entre distintos países.

Junto a la implementación de la IOE apareció lo que llama Arrighi la financialización en los años setenta en la economía de Estados Unidos y en los países desarrollados. Debido a la competencia internacional en actividades como el comercio y en la manufactura, disminuyeron sus utilidades y como consecuencia, las inversiones de los grandes capitalistas se destinaron al mercado de dinero.

En Estados Unidos la tasa de interés a largo plazo era negativa. Los grandes capitales se destinaron a los países subdesarrollados obteniendo mejores rendimientos. Esto ayudó a que las actividades industriales se dirigieran hacia los países subdesarrollados. Señala Arrighi que si la industrialización en los países subdesarrollados se hubiera mantenido las cosas habrían sido muy distintas al modelo neoliberal que se implementó en los inicios de los años ochenta del siglo pasado, y agrega que el neoliberalismo se llevó a cabo para evitar que creciera el poder y la independencia de los países subdesarrollados. Uno de los efectos del modelo neoliberal fue que los recursos se dirigieron nuevamente hacia Estados Unidos provocando escasez de capitales y crisis económica en los países subdesarrollados.

Globalización y desarrollo desigual

Con las políticas neoliberales que se implementaron, China e India se beneficiaron de la demanda de productos baratos por parte de Estados Unidos. Por el contrario los países de América Latina y África Subsahariana tuvieron dificultades por la salida de capitales; y al intentar adquirir financiamiento, las empresas y gobierno de Estados Unidos tenían preferencia.

Los grandes organismos financieros internacionales y revistas de Estados Unidos que recomendaron la globalización ideológica mencionan que algunos países subdesarrollados se encuentran mejor porque si ejecutaron la recomendación. Sin embargo, Arrighi y Galbraith contradicen esa opinión. Éste último “se pregunta si deberíamos seguir considerando los noventa como la era de oro del capitalismo en vez de algo cercano a la edad de oro del socialismo reformado en dos países (China e India), al lado de una era de desastres para aquellos que siguen las prescripciones alentadas por The Economist” (p. 13). Se menciona que tanto China como India esquivaron la crisis de la deuda de los setenta porque su financiamiento no lo adquirieron en los países occidentales además de aplicar controles a la fuga de capitales, el estado controla algunos sectores de la industria de ambos países y a China la gobierna el Partido Comunista que es considerado el partido que menos está a favor del libre mercado.

Para Arrighi el buen desempeño de China e India se debe a que se integraron a la globalización estructural aprovechando los beneficios y bajo las condiciones de los intereses nacionales; adquirieron menos dependencia del capital extranjero; y a eso se le agrega que cuentan con un territorio muy extenso, y gran cantidad de habitantes y sus economías están diversificadas. El último punto que señala Arrighi, es que China tiene ventaja porque están sustituyendo a “administradores y maquinaria cara por fuerza de trabajo educada barata” (p. 14)

Implicaciones para futuras investigaciones

En esta última parte menciona Arrighi que el análisis que realizó tiene tres consecuencias fundamentales para la investigación futura. La primera consiste en que se tiene que hacer un estudio de los países que adoptaron la globalización estructural y que también aplicaron las prescripciones de la globalización ideológica para conocer su desempeño económico. La segunda es saber si el crecimiento demográfico perjudica o beneficia el desempeño económico. La tercera es conocer si las políticas aplicadas que favorecieron a los grandes capitales y que se antepusieron a la salud, educación y al bienestar de la población ayudaron en la economía de los países subdesarrollados.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Lo que se ha impulsado desde hace treinta años es la integración de los países con el objeto de que existan mejores bienes y servicios para los habitantes de un país. Después de la crisis financiera del 2008 algunos países de Europa empezaron a dudar de los beneficios de esa integración. El argumento de Arrighi ofrece una visión crítica sobre la globalización que pone el acento en las dinámicas productivas y financieras.

Frente a la crisis civilizatoria, debemos preguntarnos si es pertinente seguir hablando de la globalización, interpretación hoy en bancarrota.