La mayoría de los países tienen agencias de espionaje que comúnmente actúan en contra de su propio pueblo. En la actualidad muchos de estos servicios de inteligencia trabajan con grandes agencias como la CIA o la Direction Générale de la Sécurité Extérieure de Francia, obteniendo ayuda en forma de inteligencia de señales (SIGINT) o imágenes de satélite (IMINT).

Existe una marcada rivalidad entre Rusia y China con Occidente. En 2015, James Clapper, director de inteligencia nacional de Estados Unidos, dijo al Congreso que Rusia representaba la mayor amenaza cibernética para Estados Unidos.

Acciones como intentar humillar a la NSA, piratear el historial clínico de Simon Biles (una gimnasta estadounidense que ganó cuatro medallas de oro en los juegos olímpicos de Río) y socavar la campaña presidencial de Hillary Clinton le han dado puntos a Rusia. Estas medidas se remontan a la época de los zares. Lo que es nuevo, según Fiona Hill, una experta en Rusia del Instituto Brookings, es la falta de moderación. Ahora que Rusia puede decir que Estados Unidos está a la altura de los mismos trucos ya no hay necesidad de mantener el secreto.

Un informe del Centro de Análisis de política Europea en Washinton y el Instituto Legatum de Londres, escrito por Edward Lucas y Peter Pomerantsev, acusa a Rusia de sembrar el miedo en las instituciones y alianzas occidentales, fomentar la insurrección, denigrar la reputación internacional de Letonia y apoyar los movimientos de extrema derecha y ultra nacionalistas.

Si los gobiernos dejan de responder a la información errónea que Rusia propaga, corren el riesgo de que la expansión de esas ideas sea potencialmente dañina. Si, por el contrario, consideran que las acciones de Rusia son una grave amenaza, estarían haciendo crecer el poder ruso y harían apuntalarían el trabajo de Putin.

China ha surgido recientemente como una gran potencia de los servicios de inteligencia. China ha utilizado la revolución de las comunicaciones para convertirse en una potencia mundial de SIGINT.

Durante muchos años, la especialidad de los chinos fue el espionaje industrial. China fue sospechoso de robar los planos de la nueva sede de inteligencia de Australia. Incluso ahora, los planes de China dentro de cinco años dicen qué tecnologías tratará de conseguir el país a través de la investigación, acuerdos o, de ser necesario, el robo.

Estados Unidos amenazó con presentar demandas en contra de compañías chinas, incluyendo Chinalco, Boasteel y el State Nuclear Power Technology Corporation. Estas amenazas parecieron funcionar. Obama y Xi Jinping acordaron frenar el ciberespionaje en septiembre del 2015, lo que ocasionó cada vez se detectaran menos hackers chinos.

El espionaje chino es una expresión importante de su ascenso como una gran potencia y su creciente rivalidad con Estados Unidos. Tanto China como Rusia sospechan que Estados unidos utiliza el internet para tratar de transmitir valores occidentales en sus países.

China ha propuesto un nuevo concepto de seguridad en la que el derecho internacional está subordinado a los intereses nacionales.

La inteligencia definirá en gran parte la relación entre China y Estados Unidos. Al ayudar a cada uno a entender mejor al otro, el espionaje no siempre debe llevar a la hostilidad. Se pueden reducir las tensiones, pero el riesgo de que genere confrontaciones es alto.