Heading for the twilight. When oil is no longer in demand. A glimpse of a post-oil era

Cita: 

The Economist [2016], "Heading for the twilight. When oil is no longer in demand. A glimpse of a post-oil era", The Economist, London, 26 de noviembre, http://www.economist.com/news/special-report/21710634-glimpse-post-oil-e...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Noviembre 26, 2016
Tema: 
¿Fin de la era del petróleo? Alternativas y retos para la industria petrolera
Idea principal: 

En el contexto de una ligera recuperación de los precios del petróleo The Economist presenta un balance sobre la industria petrolera. Quiénes han sido los más afectados, los ganadores y los retos que enfrentan, así como las trayectorias que están surgiendo como alternativas.

Aberdeen, una ciudad ubicada al nordeste de Escocia (Reino Unido), es también conocida como la Capital Petrolera de Europa, después de la crisis de petróleo iniciada en 2014 muchos de los campos litorales se hicieron altamente costosos para ser explotados, el número de empleos se derrumbó y algunos productores de petróleo están al borde de la bancarrota.

La revista cita el argumento de muchos de los veteranos de la industria petrolera que sostiene que si bien es cierto las regiones petroleras de altos costos podrían estar en serios aprietos –Mar del Norte de Escocia, arenas canadienses y el ártico ruso– se espera al menos un auge petrolero más. Esto debido a que en los últimos dos años ha habido muy pocas inversiones destinadas a expandir las fuentes de suministro. Los mayores beneficiarios se espera que sean los productores de los lugares con bajos costos y con petróleo abundante –Medio Oriente, la cuenca de Permiano de América, Brasil y algunas partes del oeste de África. Pero incluso esas regiones probablemente tengan un crecimiento de inversión de vida muy corta, debido a que la demanda de petróleo a largo plazo está cayendo y el mercado fácilmente podría llegar a la sobreoferta.

Después de la oscuridad

Menores ingresos petroleros provocarían una mayor agitación en las naciones en vías de desarrollo dependientes del petróleo. Las tensiones sociales pueden aumentar en los petro-estados –como en Venezuela y Nigeria. Por su parte los países del Golfo acelerarán sus esfuerzos para diversificar sus economías –como Arabia Saudita. Estados Unidos podría replantear sus negocios geopolíticos del petróleo en el mundo. La inestabilidad también podría incrementarse en países como Irak.

Las empresas petroleras tendrán que explorar en nuevas líneas de negocios. Cerca de Aberdeen, firmas como Royal Dutch Shell están desmantelando partes de sus redes de bases y tuberías.

Mirar hacia Noruega

La revista pone como ejemplo las acciones que está llevando a cabo Statoil, la empresa petrolera estatal de Noruega. A principios del 2016 adquirió un contrato de arrendamiento (concesión) para construir el parque eólico flotante más grande del mundo a 15 millas de la costa de Peterhead, norte de Aberdeen. Cada una de sus cinco turbinas de 6MW (megavatios) estarán atadas al lecho marino sobre una base de acero flotante, lo que le permitirá operar en aguas más profundas que una turbina convencional incrustada en el fondo marino. Podrá acceder a vientos más fuertes ubicados más lejos del litoral, produciendo electricidad de manera más barata. Al mismo tiempo Statoil opera otros dos proyectos de captura y almacenamiento de carbón (carbón capture and storage), uno de los intentos más avanzados en los que la tecnología busca remover los gases de efecto invernadero de la atmósfera mediante el almacenamiento de dióxido de carbono en las profundidades del mar (Ver Dato Crucial 1). Esto es muy costoso y se encuentra en una fase muy inicial.

Otra forma de diversificación son los biocombustibles. Neste, una empresa petrolera que opera en el Mar Norte de Rotterdam (Holanda) envía los desechos de grasa de los mataderos del mundo y los convierte en biodiesel para la industria del transporte y la aviación. El 19% de las utilidades de la compañía provinieron del refinamiento de combustibles fósiles mientras que de los renovables sumaron 40% en 2012.

Algunas otras compañías petroleras planean seguir extrayendo gas natural (es una mezcla de hidrocarburos gaseosos ligeros que se extrae, bien sea de yacimientos independientes o junto a yacimientos petrolíferos o de carbón), insistiendo en que la demanda mundial del petróleo como materia prima para los petroquímicos los mantendrá en el negocio incluso si la demanda proveniente de los automóviles disminuye (Ver Dato Crucial 2). También están presionando a los gobiernos para imponer impuestos al uso del carbón con la creencia de que ello impulsará el negocio del gas natural (Ver Dato Crucial 3). The Economist señala que los impuestos a los combustibles del transporte son los más extendidos, pero a tasas ampliamente diferentes –altas en Europa, bajas en Estados Unidos y China.

Para The Economist el futuro próximo del petróleo dependerá de la decisión final de los consumidores, junto con la de los productores y los gobiernos. Para la revista no basta con cambiar un combustible por otro, sino que el verdadero final de la era del petróleo se producirá cuando los empresarios puedan captar la imaginación del público con nuevos vehículos que transformen completamente la experiencia de viajar. Hasta entonces se espera que existan más guerras petroleras, auges y crisis del petróleo.

Datos cruciales: 

1. En 2015 una cantidad de 28 millones de toneladas de CO2 fue almacenada debajo del mar.

2. La Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés) predice que los petroquímicos aumentarán la demanda de petróleo por casi 6 millones de barriles diarios en los próximos 25 años.

3. La IEA calcula que los mercados de carbono cubren únicamente 11% de las emisiones globales de energía en 2014. En contraste, 13% de las emisiones estuvieron vinculadas al uso de combustibles fósiles apoyados por subsidios al consumo.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El petróleo ha sido por excelencia la mercancía del capitalismo del siglo XX, su importancia para la presente civilización material va mucho más allá del automóvil.

La búsqueda insaciable de las ganancias por las industrias petroleras incentiva las guerras por los lugares estratégicos dónde el recurso abunda, o por nuevas tecnologías que sean capaces de extraerlo de lugares nunca antes imaginables (fracking).

La disputa por este recurso estratégico es vital para el despliegue de la hegemonía. Y más aún extenderse sobre las alternativas existentes.

Es notable que los pronósticos de The Economist van desde un próximo "pico del petróleo" hasta la posibilidad de "sobreoferta" en el corto o mediano plazo.