Governance. Standard operating procedure. How the war on terror turned into a fight about intelligence

Cita: 

The Economist [2016], "Governance. Standard operating procedure. How the war on terror turned into a fight about intelligence", The Economist, London, 12 de noviembre, http://www.economist.com/news/special-report/21709776-how-war-terror-tur...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Noviembre 12, 2016
Tema: 
El impacto del terrorismo en las agencias de inteligencia y sobre las libertades y privacidad de los ciudadanos
Idea principal: 

Después de la caída de la Unión Soviética, el Apartheid llegó a su fin, la Organización para la Liberación de Palestina dijo que abandonaría el terrorismo, y las economías de todo el mundo aceptaron el consenso de Washington.

Todo cambió el 11 de septiembre de 2001. La NSA (National Security Agency) interceptó comunicaciones internacionales que se sospechaban tenían relación con Al Qaeda, incluso si alguna de las personas involucradas se encontraba en territorio estadounidense y por tanto estaba protegida por la Cuarta Enmienda en contra de registros sin una orden judicial. Como comandante en jefe, George W. Bush tenía poderes de guerra que anulaban otras leyes y que utilizó para poder llevar a cabo las acciones mencionadas anteriormente.

La CIA empleó un duro trato a sus prisioneros. En los centros de detención secretos fuera de los Estados Unidos se practicaban métodos violentos de interrogatorio: bofetadas, torturas, desnudez, etc. con el objetivo de hacer a los prisioneros cooperar “libremente”. El tratamiento de los presos en manos de la CIA llegó a la tortura, lo cual es ilegal.

La agencia también ha estado recogiendo “metadatos” de llamadas hacia, desde y dentro de Estados Unidos, actuando fuera de la ley. James Clapper, director de la Inteligencia Nacional, había engañado al Congreso. Se le preguntó si la NSA recogía “cualquier tipo de dato sobre los millones de estadounidenses” y él respondió bajo juramento que “no señor”.

A finales de 2013, un panel de revisión presidencial y en principios de 2014 una agencia gubernamental, el Consejo de Supervisión de la Privacidad y las Libertades Civiles, emitieron críticas mordaces acerca de la colección de metadatos. Aunque la ley dice que el gobierno puede aprovechar los metadatos si son relevantes para una investigación, no se permite que la NSA aproveche toda la información antes de que se haya comenzado una investigación.

Un mes después de la Ley de Libertad de Estados Unidos, se dio a la NSA un plazo de seis meses para dejar de almacenar metadatos.

Aunque el Consejo de Supervisión de la Privacidad y las Libertades Civiles condenó el programa de metadatos, se hizo evidente que “las cuestiones de cumplimiento no implicaban un uso indebido intencional significativo del sistema, y el Consejo no ha visto ninguna evidencias de mala fe o mala conducta”.

Existe también la idea de que el uso de la inteligencia no es eficaz en contra de los terroristas, por lo que su verdadero propósito debe ser espiar a la gente común. Esto surgió gracias a la conclusión de la junta de supervisión de que el programa de metadatos no ayuda en nada a la NSA para la comprender el terrorismo.

En Gran Bretaña, el MI5 (Security Service), MI6 (British Secret Intelligence Service) y el GCHQ (Government Communications Headquarters), convencieron a David Anderson, un revisor independiente designado por el gobierno, de que los datos de las comunicaciones habían jugado un papel significativo en todas las operaciones contra el terrorismo en la década hasta 2015.

Cuando la amenaza terrorista cedió un poco, la gente dio un paso atrás y la privacidad y libertades civiles salieron a la luz, lo cual se observa en el clamor por la acción inmediata después del 9/11 y la condena de los servicios de inteligencia más tarde, cuando el mundo ya no parecía tan peligroso.

La lucha contra el terrorismo ha dejado su huella en los servicios de inteligencia. Las agencias de espionaje de Rusia y China han aprovechado la distracción terrorista para piratear las redes estadounidenses, lo cual, según Seth Jones de RAND, un think tank estadounidense que forma a las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, es donde se está centrando la atención en la actualidad.

Datos cruciales: 

Una imagen muestra la organización de la Inteligencia en Estados Unidos. Ésta se divide en 6 agencias, 5 ramas y 5 alas de inteligencia de servicios armados.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Bajo el pretexto de mantener la seguridad dentro de un territorio, varios Estados del mundo han fortalecido una forma de dominación fundamentada en el espionaje y monitoreo de las actividades de sus ciudadanos. Para lo cual se ha valido del desarrollo tecnológico que permite conocer cualquier actividad, ubicación y comunicación de los ciudadanos, bloqueando de forma importante la libertad y privacidad que tanto presume el sistema en el que vivimos actualmente. De esta manera, el control social por parte de Estados y empresas es cada vez más sólido, disfrazando de bienestar una forma de mantener controlados posibles estallidos sociales en el contexto de descomposición política y económica que vive el mundo.