Silicon Valley’s criticism of Donald Trump. Tech firms are at last departing from their see-no-evil stance on society and politics

Cita: 

The Economist [2017], "Silicon Valley’s criticism of Donald Trump. Tech firms are at last departing from their see-no-evil stance on society and politics", The Economist, London, 4 de febrero, http://www.economist.com/news/business/21716020-tech-firms-are-last-depa...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Febrero 4, 2017
Tema: 
El rechazo de las grandes empresas tecnológicas a la orden ejecutiva de Donald Trump contra los migrantes de países con mayoría musulmana y las consecuencias de la aparición de estas empresas en la escena política
Idea principal: 

Tras mucho tiempo de sostener que era irrelevante quién ocupara la Casa Blanca, las empresas de alta tecnología ubicadas en Silicon Valley fueron de las primeras en atacar la orden ejecutiva de Donald Trump del 27 de enero, la cual impide el acceso a los Estados Unidos a personas de siete países de Medio Oriente con población mayormente musulmana. Las condenas ante esta orden ejecutiva vinieron –entre otras– de Apple, Facebook y Google.

Sólo un mes antes los líderes de estas empresas tecnológicas y de muchas otras mostraban su apoyo al entonces presidente electo en la Torre Trump. Sin embargo, “la luna de miel llegó abruptamente a su fin debido a la enorme importancia de los inmigrantes para la industria de la tecnología”, en cuyo corazón está atraer a personas brillantes de todo el mundo (como Sergey Brin, co-fundador de Google, nacido en Moscú, o Satya Nadella, CEO de Microsoft, quien nació en India).

Esta industria no ha acostumbrado tomar posición en cuestiones políticas pues se ha considerado que, para su negocio, “la política es irrelevante”. Ahora, tras entrar en la arena política, su doble discurso y sus hipocresías serán visibles. Los líderes de las empresas tecnológicas se enorgullecen de sus deslumbrantes productos y de las merecidas fortunas que estos traen consigo pero nada dicen de los efectos económicos y sociales negativos de sus productos –que pasan por el desempleo, la especulación y la transferencia de recursos al exterior, entre otros, todos estos puntos duramente atacados por Trump durante su campaña presidencial, ni de su propia responsabilidad al respecto.

Al tomar posición públicamente sobre un tema tan importante como la migración los líderes de la industria de la tecnología han “salido del clóset como unos de los más importantes actores en la sociedad estadunidense”. Este posicionamiento en la escena pública, que es “intelectualmente honesto”, los exhibe también en sus incongruencias: Tim Cook, el director ejecutivo de Apple, calificó la demanda de la Unión Europea de pagar más impuestos como “basura política”; por su parte, Mark Zuckerberg, quien sostiene que desea desprenderse del 99% de su fortuna y que cree en la libertad de expresión, no dice nada de que su empresa sólo ha pagado una tasa impositiva de 6% durante los últimos cinco años ni sobre su actitud sumamente complaciente con los censores chinos. “Oligopólico, arrogante y despiadado hasta el corazón, Silicon Valley no es un modelo de liderazgo moral”.

Datos cruciales: 

La mitad de las empresas emergentes (startups) estadunidenses que tienen un valor superior a los mil millones de dólares fueron fundadas por migrantes.

Por cada dólar que la industria de la tecnología recibe, sólo reinvierte 24 centavos; otros sectores no financieros reinvierten 50 centavos de cada dólar que ingresan.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Las grandes corporaciones trasnacionales y los estados son los agentes centrales de la dominación en el capitalismo contemporáneo. Estudiar las complejas y contradictorias relaciones que se establecen entre ambos es crucial para comprender las tendencias del desarrollo capitalista, de la hegemonía y de la geopolítica mundial. Esto es aún más importante cuando los agentes en cuestión –con sus afinidades y contradicciones– son la industria de la informática (que ha sido la base de la revolución tecnológica en curso y que es una de las industrias donde la innovación tecnológica avanza a pasos más acelerados) y Estados Unidos, que aún ejercen la hegemonía en el sistema mundial capitalista.

El posicionamiento de los gigantes tecnológicos es relevante porque marca un límite a las políticas "radicales" de Trump, que como miembro del status quo, no podrá imponer todos sus puntos de visa, sino que deberá negociar con otros focos de poder, particularmente el poder corporativo.