Agroimperialismo y globalización: formas de dominio a través de los regímenes alimentarios

Cita: 

Maya Ambía, Carlos Javier [2014], "Agroimperialismo y globalización: formas de dominio a través de los regímenes alimentarios", Ciencia Económica, México, UNAM, 3(5):3-15, julio-diciembre

Fuente: 
Artículo científico
Fecha de publicación: 
Viernes, Agosto 15, 2014
Tema: 
El agroimperialismo y el imperialismo, luchas hegemónicas por el control del régimen alimenticio
Idea principal: 

Doctor Carlos Javier Maya Ambía, Cuerpo académico: México y la Cuenca del Pacífico. Pertenece a la División de Estudios de Estado y Sociedad. Departamento de Estudios del Pacífico y Doctorado en Ciencias Sociales, Universidad de Guadalajara.

INTRODUCCIÓN

Los alimentos son un factor muy importante para los países imperialistas y las corporaciones, ya que se emplean como un mecanismo de dominio hacia los países subdesarrollados. Es por medio del estudio del dominio de los regímenes alimentarios que podemos comprender la dinámica global de la reproducción del sistema capitalista, la división internacional del trabajo y sus causas, así como las condiciones de la hegemonía económica y política mundial y el paso de un centro hegemónico a otro.

“A pesar de las promesas hechas a los países subdesarrollados de que, siguiendo el sendero histórico de los países altamente industrializados, algún día superarían las condiciones de atraso, […] en su mayoría los países otrora coloniales siguen subordinados a las economías de las potencias imperialistas” (p. 4).

A partir de los "regímenes alimentarios" se analizan las formas de reproducción de las relaciones imperialistas de dominio.

Hegemonía imperialista a través de los regímenes alimentarios

El autor parte de la siguiente definición del imperialismo: "la perpetuación y expansión de las relaciones capitalistas en el exterior por medio de la fuerza o sin el consentimiento voluntario de los pueblos afectados" (Samir Amin, citado por Amsden, 1998, p. 728).

El vínculo que existe entre en el imperialismo y la alimentación es muy estrecho ya que engloba muchos factores como la acumulación de los capitales, la lucha imperialista y hegemónica entre los países dominantes y los dominados. Estos países dominados son necesarios debido a que son mercados para los países imperialistas y proveedores de la materia prima que es la base para la acumulación de capital.

La relación entre imperialismo y producción de alimentos se expresa en los sistemas agroalimentarios, que incluyen: los insumos de la agricultura, procesamiento, transporte y distribución de los productos alimentarios, cadenas internacionales que vinculan países desarrollados y subdesarrollados. Para analizar esta relación, el autor retoma la teoría de los regímenes alimentarios de McMichael (2009), mismos que son definidos como "ciertos periodos de relaciones estables de poder, producción y consumo en la economía alimentaria mundial (Friedmann, 1993, pp. 220 y 214)" (p. 6).

El autor identifica tres regímenes alimentarios:

* De 1870-1914 bajo la hegemonía de Gran Bretaña, fundado en los productos agrícolas y las materias primas.

* De 1945-1980 bajo la hegemonía de Estados Unidos. Se crea un vínculo entre la agricultura y el desarrollo nacional que tuvo su base en el proteccionismo, de igual forma genera un mecanismo de intercambio y ayuda hacia el exterior, estimulando mediante subsidios las exportaciones estadounidenses. Como consecuencia, la dependencia alimentaria crece en la mayoría de los países, afectando a los agricultores por la competencia de precios; se instala una dinámica en que los precios de los insumos crecen y los de los productos caen ("pinza técnica"): los productores “se ven forzados a endeudarse cada vez más, creándose de esta manera un desequilibrio entre su existencia como agricultores y los criterios comerciales de una empresa agrícola” (p. 7). Es estimulado por la acción del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional mediante la ayuda al desarrollo que abre camino a la agricultura industrial, así como por las reglas de comercio de la Organización Mundial de Comercio y los programas de ajuste estructural. La “Revolución Verde” jugó un papel fundamental en las hegemonías (Estados Unidos) y en los países latinoamericanos, ya que con esta revolución lo que buscaban era detener el socialismo en América Latina y prevenir la expansión de los movimientos guerrilleros. Esta revolución no iba dirigida directamente hacia los alimentos o el hambre, puesto que tenía un interés político de fondo para no perder el control de América Latina.

* A partir de 1980, el régimen alimentario es conducido por los agronegocios corporativos encargados de las decisiones respecto al sistema de producción para los cultivos y los animales, teniendo como eje la producción de frutas y verduras frescas para su consumo en los países desarrollados.

Potencias centrales hegemónicas en los regímenes alimentarios y movimientos sociales contrahegemónicos.

Ante las relaciones hegemónicas y las afectaciones a los sectores alimentarios, han surgido movimientos sociales que buscan combatir estos abusos: “Así, durante más de un siglo, la economía alimentaria mundial ha presentado una tensión entre la expansión del sistema de mercado autorregulado y la autoprotección de la sociedad” (p. 9).
Estos movimientos que se oponen a la hegemonía, son movimientos contrahegemónicos y antisistémicos pero no han alcanzado el nivel de enfrentamiento, sino que se han presentado como “formas de protesta o propuesta alternativas ante situaciones coyunturales ya insostenibles” (p. 9).

Esta explotación por parte de los países imperialistas y las corporaciones hacia los países subdesarrollados, ha ocasionado un incremento en los precios de los alimentos, escasez y una quiebra masiva de producción agrícola campesina, provocando un enfrentamiento entre el imperialismo y el antiimperialismo en cada régimen alimentario.

Características del agroimperialismo y sus contramovimientos en los regímenes alimentarios

En el primer régimen alimentario, el desarrollo en la producción capitalista en el sector agrícola e industrial generó un crecimiento en la clase trabajadora, pero fue "La pobreza, junto con las oportunidades ofrecidas por los florecientes mercados de alimentos, sentaron las bases para un mercado mundial de alimentos". (p.9).

Se dio un flujo de migración de europeos hacia Estados Unidos, Argentina y Australia, y fue a base de despojo y sometimiento que se logran establecer en estos países, y los habitantes se ven forzados a ser granjeros comerciantes y a integrarse a los mercados mundiales viéndose afectados. Este primer régimen controlado por Gran Bretaña se termina con "las luchas por la independencia y la soberanía nacional de las antiguas colonias" (p. 10).

La autoprotección y la inestabilidad política y económica del primer régimen fueron base para el segundo régimen, favoreciendo al crecimiento de las empresas apoyadas por la regulación estatal y el crecimiento del sistema de mercado autorregulado.

Estados Unidos utilizó una política de ayuda alimentaria, pero no precisamente para ayudar a los países necesitados o dominados en este caso, sino que fue empleada como un mecanismo para poder frenar la influencia soviética hacia los países de Tercer Mundo. Estos países subdesarrollados se incorporan a los mercados mundiales aprovechando las condiciones creadas por la crisis monetaria y petrolera de los años setenta del siglo XX. Sin embargo, estos países caen en una espiral de endeudamiento y tras la crisis, se dan las políticas de ajuste estructural del FMI, así como las reglas de libre comercio que fueron factores para que los países subdesarrollados comenzaran a endeudarse y al final verse obligados a exportar sus productos, lo que generó el cambio hacia el tercer régimen.

En la década de 1970 y 1980, se da el tercer régimen alimentario y lo más relevante de este régimen fue, "la concentración del poder corporativo en manos de los agronegocios transnacionales y la creciente relevancia de las frutas y verduras frescas en los flujos de comercio global" (p.11)

El control del tercer régimen está en manos de las grandes corporaciones y del gobierno de Estados Unidos. "Usualmente los gobiernos de las naciones, tanto hegemónicas como subordinadas, actúan al servicio y en beneficio de estas corporaciones" (p.11). Esta "alianza" entre corporaciones y gobiernos proporciona mayor poder a las empresas para poder controlar el sector de semillas y el mercado de agroquímicos. Pero no siempre los intereses de las corporaciones coinciden con los intereses del los estados.

El control que poseen las corporaciones no solamente va enfocado a un solo sector, ya que son estas corporaciones las que dictan que es lo que se va a producir, "principalmente en países subdesarrollados agroexportadores" (p. 11). Esto con la finalidad de cubrir las demandas y necesidades de las naciones desarrolladas, el control de estas corporaciones es tal que influyen en las formas de consumo a nivel mundial, pero sobre todo, tienen mucha influencia en los países pobres.

Los productos de mayor consumo son: la comida rápida, los alimentos con altos contenidos de grasas y azúcares. Por medio de la publicidad han influenciado en el consumo, y esto ha llegado a afectar la dieta de las personas tanto de países desarrollados como subdesarrollados; esto tiene un efecto negativo en la sociedad llevándola a la sobrealimentación, desnutrición y obesidad.

Ante esto surge el movimiento "slow food", que promueve y ayuda al consumo de productos locales, y varias organizaciones se unen y crean iniciativas antiimperialistas. Afectando a los intereses del gobierno estadounidense, se ve obligado a buscar nuevas formas de guardar y cuidar sus intereses.

"Los alimentos pueden ser tratados como mercancías, pero su total mercantilización es un completo sinsentido y un trágico error, puesto que los alimentos son ante todo un derecho humano" (p.12).

Conclusiones

Se necesita una nueva organización en el sistema económico, político como en el sistema agroalimentario y preocuparse más por la sociedad y por los países subdesarrollados que son los que sufren más este impacto. Luchar por un objetivo en común, por la democracia de la tierra y lograr una política que garantice el derecho al alimento.

Trabajo de Fuentes: 

Amsden, A.H., [1998], "Imperialism". J. Eatwell, M. Milgate y P. Newman. The New Palgrave. A Dictionary of Economics . Londres y Nueva York: Macmillan Press, (2), pp. 728-733.

McMichael, P., [2009], "A Food Regime Genealogy". Journal of Peasant Studies, 36(1), pp. 139-169, enero.

Friedmann, H., [1993], "After Midas ́s Feast: Alternative food regimes for the future", P. Allen (ed.).Food for the Future. Conditions of Sustainability [pp. 213-233]. Nueva York: John Wiley.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Es indispensable una reflexión acerca de cómo se articula y evoluciona la competencia por los mercados alimentarios en el mundo. Desde la economía política el autor desarrolla la idea de regímenes alimentarios que explican cómo se organiza la producción de alimentos y cómo se relaciona con la sociedad.

La trayectoria del capitalismo decadente implica una revalorización de la producción de alimentos: conforme se desarticule el sistema, los alimentos pasarán a ser cada vez más importantes no sólo para la reproducción social sino también como valores refugio.