Para Joshua Johnson, que gestiona una serie de concesiones de petróleo en la zona del oeste de Texas, la energía renovable será un complemento vital para el petróleo ya que la demanda mundial de energía está aumentando.

En lo que va del año, Wall Street ha proporcionado fondos de más de 20 mil millones de dólares a las compañías petroleras estadounidenses, sobre todo para adquirir activos para realizar fractura hidráulica en la cuenca del Golfo Pérsico, un territorio que se calcula puede tener tanto petróleo como el campo de Ghawar en Arabia Saudita, la fuente de más de la mitad de la riqueza petrolera de ese país.

En su nuevo libro, “Market Madness: A Century of Oil Panics, Crises and Crashes”, Blake Clayton enlista cuatro épocas en las que el mundo entró en pánico sobre el “pico petrolero”. La primera fue la aparición del automóvil, cuando los precios del recurso comenzaron a elevarse. La segunda coincide con la Segunda Guerra Mundial. La tercera fue en la década de 1970, cuando la OPEP hizo subir el precio del petróleo. La cuarta comenzó a mediados de la década del 2000, cuando el petróleo comenzó su ascenso a $140 por barril.

Los expertos dicen que para que exista una posibilidad del 50% de mantener el calentamiento global por debajo de 2ºC, sólo 35% de las reservas probadas de combustibles fósiles pueden ser utilizadas. Si el límite es de 1.5ºC sólo 10% de las reservas se puede explotar, por lo que el petróleo pasará de moda mucho antes de que los pozos del mundo se agoten.

Las compañías petroleras más grandes, especialmente europeas, están cambiando sus apuestas sobre el petróleo debido sobre todo a la reciente caída de los precios. Por ejemplo, Royal Dutch Shell, la enorme compañía anglo-holandesa, se retiró del Ártico debido a que la perforación en ese lugar sería demasiado costosa. En cambio, están invirtiendo en la explotación de reservas que supongan un menor costo que se pueda recuperar en un periodo de 5 a 15 años.

Algunas compañías están recurriendo al gas como complemento del petróleo debido a que las reservas más grandes están en manos de la OPEP, por lo que es más difícil para las empresas occidentales conseguirlas. Este año Shell completó una adquisición de 54 mil millones de dólares de BG, un productor británico de gas natural y petróleo. Incluso, se sugieren mejores perspectivas de crecimiento para el gas que para el petróleo en el futuro.

Total ha comenzado a hacer negocios en el campo de la energía solar, aunque su jefe, Patrick Pouyanné, insiste en que sin los beneficios del petróleo y el gas no habría sido capaz de hacerlo.

La británica BP, que fue pionera en el concepto de “más allá del petróleo”, se arrepintió después debido a que sus inversiones en energía solar no han logrado generar ganancias, considerando la inversión en generación eólica como una alternativa por primera vez en cinco años.

Es complicado saber si las energías renovables son suficientes para convertirse en una parte importante del negocio de las principales compañías petroleras.

Una vez que una empresa ha cubierto los costos de desarrollo de un campo, se puede generar dinero durante décadas con un costo muy bajo. El gobierno saudí espera llevar a cabo una estrategia de diversificación similar a través de una oferta pública inicial de parte de Saudi Aramco. Parte de las ganancias, estimadas en 150 mil millones de dólares, se pondrán en un fondo de riqueza soberana masiva que va a invertir en tecnologías diferentes al petróleo. Algunos consideran que esta medida es para llevar la producción de petróleo a niveles récord, ya que se espera un próximo fin de la era del petróleo.

En Estados Unidos se argumenta que las fuerzas de mercado son mejores para reducir emisiones que la acción coordinada de los gobiernos. Se señala que el desplazamiento del carbón por el gas de esquisto ha reducido las emisiones a un mínimo similar al ocurrido diez años atrás.