Taken to task. How to deal with worries about stranded assets. Oil companies need to heed investors’ concerns

Cita: 

The Economist [2016], "Taken to task. How to deal with worries about stranded assets. Oil companies need to heed investors’ concerns", The Economist, London, 26 de noviembre, http://www.economist.com/news/special-report/21710632-oil-companies-need...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Noviembre 26, 2016
Tema: 
La posible transición del sector energético hacia fuentes renovables
Idea principal: 

En septiembre de 2015, Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra, se dirigió a la industria de seguros hablando sobre el cambio climático. Su mensaje era doble.

En primer lugar, si el mundo quiere seriamente limitar el calentamiento global a 2ºC por año, la mayor parte de las reservas de carbón, petróleo y gas en el suelo deberían quedarse sin explotar, lo que podría poner en riesgo la estabilidad financiera.

En segundo lugar, se invitaría a las empresas a revelar cómo planearon su gestión de los riesgos y cómo se prepararon para un mundo que cuide el calentamiento a 2ºC, similar a lo que ocurrió cuando se divulgó el riesgo de los bancos después de la crisis financiera.

Las compañías petroleras se han indignado desde que ocurrió este discurso. Ben van Beurden, presidente ejecutivo de Royal Dutch Shell, piensa que los reguladores financieros están “tratando de armar los mercados financieros en contra del petróleo y el gas”. Patrick Pouyanné, el jefe de Total, ha dicho a Carney que cuide la libra, no la industria petrolera.

Algunos activistas han tenido un apoyo sin precedentes de grandes inversionistas en sus esfuerzos para obligar a las compañías petroleras a explicar cómo cambiarían sus negocios cuando el uso de fuentes de energía alternativas a los combustibles fósiles ocurra a gran escala.

Empresas estadounidenses argumentan que las fuerzas del mercado son la mejor manera de reducir emisiones, contrario a lo que ocurre con los acuerdos internacionales o las iniciativas de gobierno.

BlackRock, un gestor de activos, estima que más de 500 empresas de inversión, con activos de 3.4 billones de dólares bajo su administración, se han comprometido a retirar sus inversiones de compañías de combustibles fósiles. Los gobiernos locales también se están empezando a deshacer de sus inversiones en petróleo y gas.

Países como Arabia Saudita pueden tener reservas estimadas para durar 70 años, pero las reservas probadas de las empresas petroleras son mucho menores: de 10 a 15 años.

Mark Lewis, de Barclays, dice que si las medidas para detener el calentamiento global se aplican plenamente, los ingresos de las compañías petroleras podrían caer en más de 22 billones de dólares en los próximos 25 años. Acciones gubernamentales han penalizado el uso del carbón y la energía nuclear, por lo que se ha sufrido un colapso devastador en los precios de las acciones, y en los últimos años, algunas de las compañías más grandes, incluyendo la alemana E.ON, se han visto obligadas a dividir sus negocios de combustibles fósiles.

Datos cruciales: 

Gracias a la revolución del gas de esquisto en Estados Unidos, las emisiones del año pasado fueron 12% más bajas que en la década anterior, aunque no se señala por qué vía se produjo esa reducción, ni si toma en cuenta los efectos ambientales de la fractura hidráulica.

IHS, una firma de investigación, estima que alrededor del 80% del valor de la mayoría de las compañías petroleras que cotizan en la bolsa se basa en reservas probadas que durarán aproximadamente de 10 a 15 años.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La transición a un sector energético más sustentable supone un cambio radical en el sistema económico actual. Muchas de las empresas más importantes del mundo han basado la acumulación de riqueza en la explotación irracional de los combustibles fósiles, por lo que un cambio en este sentido conlleva una confrontación entre gobiernos y empresas que optan por transformar el sector energético y las compañías que continúan viendo en los recursos como el petróleo, el carbón y el gas una gran oportunidad de hacer crecer sus fortunas sin importar el costo social y ambiental que ello trae consigo.

Hoy es evidente que incluso los tímidos intentos de reducir la destrucción del clima chocan frontalmente con los niveles de ganancia de las grandes empresas energéticas.