Democracia, poder y soberanía en la Europa de Hoy

Cita: 

Varoufakis, Yanis [2016], “Democracia, poder y soberanía en la Europa de Hoy”, Nick Buxton y Deborah Eade (editores), Estado del poder 2016: democracia, soberanía y resistencia, Amsterdam, Transnational Institute, Fuhem-Ecosocial, pp. 20-40

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
2016
Tema: 
La construcción de un movimiento transfronterizo para identificar políticas y problemas comunes es la solución a la crisis democrática que existe en la Unión Europea
Idea principal: 

Yanis Varoufakis es economista y fue ministro de Finanzas de Grecia durante siete meses en 2015. Votó en contra de las condiciones del tercer acuerdo de rescate de Grecia impuesto por la Troika en agosto de 2015. Actualmente, participa en la movilización por la democracia en Europa.


A partir de una entrevista que realizó el equipo del Transnational Instituto, el exministro griego de Finanzas da su postura en torno a los problemas que enfrenta la democracia en los países europeos.

Para Varoufakis, la principal amenaza a la democracia siempre se ha encontrado en el desdén que siente por ella el establishment. “Siempre que las urnas dan unos resultados que no gustan al establishment, el proceso democrático se ve invalidado o amenazado”. De esta forma, los enemigos de la democracia son los que tienen poder económico (p. 22).

A partir de su experiencia como ministro, Varoufakis considera que las instituciones de la Unión Europea en Bruselas, el Banco Central Europeo, entre otras, se crearon de forma deliberada como zonas al margen de la democracia (p. 23).

De igual forma, dentro de estas instituciones se argumenta que unas elecciones no pueden modificar la política económica. Que estas instituciones están repletas de la “banalidad del mal”, en palabras de Hannah Arendt, la banalidad de la burocracia (p. 23).

Dentro de la Unión Europa existe un proceso de despolitización de la política, donde las decisiones son arrojadas al ámbito de la tecnocracia que se rige por reglas y por un enfoque matemático. De esta forma, los problemas de las economías europeas son simples problemas técnicos que necesitan soluciones técnicas. Y cuando existen actores que intentan politizar el proceso, se termina con una forma de hacer política especialmente tóxica (p. 23).

La creación del euro como moneda común para la Unión Europea fue un acto de abdicación de la democracia. “El dinero es político y solo puede ser político, y cualquier intento por despolitizarlo y entregárselo a un puñado de burócratas de Frankfurt (donde se encuentra la sede del Banco Central Europeo) a los que nadie ha elegido y que no deben rendir cuentas constituye […] un acto de abdicación de la democracia” (p. 28).

A decir del autor, la eurozona es sumamente poderosa como entidad, pero donde nadie está al mando. Los mercados financieros, por ejemplo, no tienen más poder en Europa que en los Estados Unidos o en cualquier otro lugar (p. 30).

“No existe ninguna diferencia en lo que se refiere a la importancia del sector financiero y su tiranía sobre la democracia en los Estados Unidos o en Europa; la diferencia estriba en que los Estados Unidos cuentan con unas instituciones consolidadas que están en mejor disposición de abordar crisis como estas [2008] y evitar que se acaben convirtiendo en una crisis humanitaria. Los estadounidenses aprendieron la lección en la década de 1930” (p. 32).

Sin embargo, Varoufakis considera que “la idea de que debemos volver al Estado-nación para crear una sociedad mejor me resulta especialmente absurda y poco plausible” (p. 32). “Así que, si volvemos al espíritu del Estado-nación, nos encontraremos con una línea de fractura en algún lugar no muy lejos del río Rin y los Alpes. Todo lo que quedara al este del Rin y al norte de los Alpes se convertiría en una economía deprimida y el resto de Europa se encontraría en una zona de estanflación, de altos niveles de desempleo y altos precios” (p. 34).

El proceso de democratización en la Unión Europea tiene muy pocas probabilidades de éxito, en cuyo caso se tendrá una situación de desintegración y un futuro sombrío (p. 34). Es por ello que, en lugar de buscar las soluciones a “nivel del Estado-nación” debe pensarse en “construir un movimiento europeo transfronterizo, mantener una conversación en ese espacio para identificar políticas comunes, para abordar problemas comunes y, una vez que tengamos consenso sobre estrategias comunes a nivel europeo, ese consenso puede encontrar expresión de ellos en los niveles del Estado-nación, regionales y municipales. […] empezando por el nivel europeo para intentar encontrar un consenso y, después, yendo hacia abajo. Esta será nuestra forma de funcionar” (p. 38).

Nexo con el tema que estudiamos: 

Este texto ofrece un panorama sobre algunas de las ideas que circulan en la Unión Europea respecto a las soluciones para enfrentar la crisis democrática que viven aquellos países, exacerbada a partir de 2008, y donde los organismos financieros han querido imponer ciertas medidas políticas para paliar algunos de los problemas. Es interesante observar la postura que tienen los griegos, particularmente porque han sido las y los que han tenido que enfrentar el poder de los organismos financieros internacionales y de la Unión Europea. Varoufakis apoya la tesis de profundizar la democracia llevándola a un nivel europeo, sin embargo no parece tomar en cuenta el tema que lo llevó a ser apartado del gobierno griego ¿cómo quebrar el poder de la finanza internacional?