Cheaper oil. Both symptom and balm. The oil price is tumbling. Is that good or bad news for the world economy?

Cita: 

The Economist [2014], "Cheaper oil. Both symptom and balm. The oil price is tumbling. Is that good or bad news for the world economy?", The Economist, London, 18 de octubre, http://www.economist.com/news/finance-and-economics/21625819-oil-price-t...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Octubre 18, 2014
Tema: 
Las implicaciones de la caída del precio del petróleo para la economía mundial y los escenarios futuros
Idea principal: 

El artículo es un análisis de The Economist sobre los bajos precios del petróleo y su impacto en la economía mundial, después de la reducción de 4 dólares en el precio del barril en un solo día.

Una idea común es que ante la caída de los precios de los combustibles haya un estímulo al crecimiento mundial. Una reducción de 10 dólares en el precio de los combustibles es equivalente a una transferencia de 0.5% del PIB mundial de los países exportadores de crudo a los importadores y estos últimos tienen una mayor propensión a gastar, por lo que se esperaría un crecimiento mundial.

Sin embargo, se señalan dos tendencias que ponen en cuestión ese escenario: 1) una débil demanda y 2) un repentino aumento de la producción de petróleo.

Si los bajos precios del petróleo se deben a una caída en la demanda, se trata del reflejo de una economía mundial débil. En efecto, Japón y Alemania han mostrado caídas recientes en su PIB y aunque el de Estados Unidos se ha acelerado recientemente, su recuperación sigue por debajo de los niveles históricos. Como resultado, ha habido una caída en la demanda de energía. Recientemente, la Agencia Internacional de Energía estimó en 700 mil barriles diarios la demanda mundial de petróleo, 200 mil barriles diarios menos que el año anterior.

Por otro lado, la oferta de petróleo no ha dejado de crecer. Desde abril 2014 la producción mensual había crecido entre 1 y 2 millones de barriles por día, con respecto al año anterior, pero en septiembre el incremento fue de 2.8 millones con respecto a septiembre 2013. El aumento de la oferta se explica tanto por la mayor producción de países miembros de la OPEP como de aquellos que no pertenecen al cártel. Entre los primeros se encuentran Libia e Irak, que regresaron a sus niveles de producción anteriores a los conflictos armados que enfrentan. Fuera de la OPEP, la producción petrolera de Estados Unidos y Rusia contribuyó a inundar el mercado y a bajar fuertemente los precios.

Otro elemento que refuerza la tendencia a deprimir los precios es la competencia entre los miembros del cártel por el mercado asiático. Frente a la caída de las importaciones estadounidenses y europeas, mercados tradicionales de Nigeria, Venezuela y otros países pequeños del Golfo, Arabia Saudita respondió con un descuento en los precios para Asia y un aumento adicional de su producción en 107 mil barriles por día, dejando fuera a competidores con costos de producción más elevados.

El análisis del semanario concluye que no es fácil esperar que los bajos precios de los combustibles se traduzcan en un estímulo para la demanda mundial.

Datos cruciales: 

Gráfica. Oferta de petróleo, millones de barriles de petróleo por día (enero de 2013 a septiembre de 2014), países de la OPEP y países no miembros de la OPEP.

Gráfica. Precio del petróleo Brent, dólares por barril (enero de 2013 a septiembre de 2014).

Nexo con el tema que estudiamos: 

El petróleo tiene una importancia estratégica en la configuración de la competencia mundial. Los bajos precios llevan a una reestructuración del sector: las empresas con costos de producción superiores al precio saldrán del mercado; situación que se ha corroborado particularmente con los productores de gas shale. En este caso es importante seguir la tendencia de la concentración del capital en pocas corporaciones.

Dada la amplitud de los usos del petróleo y demás energéticos, resulta complicado establecer a quién beneficia la caída de los precios. Al menos para los mayores productores es viable una guerra de precios que desplace competidores; los grandes importadores también se benefician directamente de las reducciones de precios, aunque los energéticos baratos limitan los cambios históricos hacia fuentes de energía más eficientes en términos económicos y ambientales.