In graphics: Britain’s referendum on EU membership. A background guide to "Brexit" from the European Union

Cita: 

The Economist [2016], "In graphics: Britain’s referendum on EU membership. A background guide to "Brexit" from the European Union",  The Economist, London, 27 de febrero, http://www.economist.com/blogs/graphicdetail/2016/02/graphics-britain-s-...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Febrero 27, 2016
Tema: 
Los argumentos a favor y en contra del Brexit, las condiciones en que se daría y las consecuencias que tendría
Idea principal: 

David Cameron, el primer ministro de la Gran Bretaña, convocó recientemente a un referéndum a llevarse a cabo el 23 de junio en el que se decidirá la pertenencia a la Unión Europea (UE). La decisión de convocar al referéndum llevó inmediatamente a que los ministros del gobierno se posicionaran por la pertenencia o por el abandono de la UE. Muchos de los ministros de más alto rango han anunciado su apoyo a la campaña por la salida de la UE. “A inicios de 2015, las posibilidades de un ‘Brexit’ –la salida la Gran Bretaña de la UE– parecía remota. Hoy, debido principalmente a la crisis migratoria en Europa y al interminable desastre del euro, las encuestas se han estrechado. Algunas encuestas recientes incluso muestran que una mayoría de británicos quieren salir”.

El propio Cameron, quien hará campaña por la permanencia en la UE, es en parte responsable de ello. Los euro-escépticos le han exigido que endurezca su línea con Bruselas. Su respuesta en general ha sido postergar las acciones y apaciguarlos. Así, en 2013, Mr. Cameron prometió que si los Conservadores eran reelegidos en 2015, él renegociaría la membresía de Gran Bretaña e impulsaría un referéndum para finales de 2017 en el que se decidiría la permanencia en la UE para 2017. Tras su victoria electoral en mayo de 2015, Cameron anunció que estaba embarcado en una renegociación para solucionar lo que está mal en la UE. El primer ministro fue deliberadamente ambiguo en primera instancia respecto de lo que quería que se cambiara; sin embargo, en la Cumbre Europea de octubre otros líderes gubernamentales le pidieron que produjera una lista de demandas específicas para que la presentara en noviembre, de tal forma que las negociaciones pudieran concluirse en la Cumbre Europea de noviembre. Cameron presentó la lista, pero aún no se genera un acuerdo al respecto.

Las dos campañas, “Gran Bretaña es más fuerte en Europa” y “Vota por la salida”, han fijado sus posturas en torno a los principales temas que serán la base del referéndum. La batalla está en curso.

El comercio de Gran Bretaña con la UE ha aumentado de forma acelerada desde 1973, aunque recientemente, con la desaceleración del crecimiento económico de Europa, su participación en el total está cayendo. Actualmente, las exportaciones de mercancías hacia la UE representan 51%de las exportaciones británicas; la cifra es de 45% si se considera también el comercio de servicios. Independientemente de que Gran Bretaña esté fuera o dentro de ella, la UE es un socio clave. Aun cuando es difícil calcular los efectos de la membresía a la UE sobre los patrones comerciales, se estima que el comercio de Gran Bretaña con la UE es 55% mayor de lo que sería si aquella no perteneciera a ésta.

La regulación es lo que genera mayor malestar a los euro-escépticos, quienes sostienen que Gran Bretaña ganaría mucho al abandonar la UE, pues dejaría de pagar los costos de regulación de la UE –que, dicen, no generan ningún beneficio a Gran Bretaña– y que, tras el Brexit, todo ese dinero podría ser recuperado. No obstante, un estudio reciente de la OCDE muestra que Gran Bretaña es uno de los países con menores regulaciones en Europa en los mercados de productos y de trabajo. Además, todo apunta a que aun dejando la UE, Gran Bretaña tendría que mantener en pie muchas regulaciones. “Más aún, si una Gran Bretaña post-Brexit quisiera mantener el pleno acceso al mercado único europeo, con toda seguridad tendría que adherirse a la mayor parte de las reglas que ello implica”.

La mayoría de las alternativas frente a la salida de la UE son inalcanzables, poco atractivas o ambas. En general, hay cinco posibilidades entre las cuales elegir, en vista de que la UE no desaparecerá como institución ni como un gran mercado:

“La primera es unirse al Espacio Económico Europeo (EEE), una solución adoptada por todos excepto uno de los estados de la Asociación Europea de Libre Comercio que no pertenecen a la UE. Pero el EEE está compuesto ahora sólo por un país pequeño, Noruega, y por dos diminutos, Islandia y Liechtenstein. La segunda opción es tratar de emular a Suiza, el otro país de la AELC. No está en el EEE pero tiene una serie de más de 20 grandes y 100 pequeños acuerdos bilaterales con la UE. La tercera es buscar el establecimiento de una unión aduanera con la UE, como ha hecho Turquía, o al menos intentar un profundo y comprehensivo tratado de libre comercio. La cuarta es simplemente mantenerse en las reglas normales de la OMC para acceder al mercado europeo. La quinta, la preferida por la mayor parte de los euro-escépticos, es negociar un trato especial para Gran Bretaña que mantenga el libre comercio con la UE y evite las desventajas de otros modelos; sin embargo, esto sería extremadamente difícil o incluso imposible de negociar en una atmósfera post-Brexit, que difícilmente sería cálida”.

Gran Bretaña ha fortalecido mucho a la UE. Gracias a su influencia política, la UE es hoy un mercado único liberal, con un fuerte compromiso por ampliar el libre comercio entre sus estados miembros. La UE, “como cualquier club, necesita reformas. Pero la peor forma de llevar a cabo cambios es merodear cerca de la salida”.

Datos cruciales: 

El 51.4% de las exportaciones británicas tienen por destino la Unión Europea. En contraste, sólo 6.6% de las exportaciones de la UE tienen como destino Gran Bretaña.

De acuerdo con información de la OCDE, Gran Bretaña es el país europeo con menos regulaciones en el mercado de trabajo y en el de productos.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Es preciso conocer a profundidad las discusiones del Brexit. El artículo plantea una paradoja: la salida de la UE es para recuperar soberanía, pero una de las vertientes más importantes que lo impulsan buscan acabar con "regulaciones" ¿Cómo construir soberanía sin intervenciones sólidas por parte del estado?

Aún está por verse qué forma adoptarán las relaciones políticas y económicas entre la Gran Bretaña y la Unión Europea tras la salida de aquella –que en el momento en que se escribió la nota que aquí se sintetiza era una posibilidad y que posteriormente se convirtió en realidad tras el referéndum mencionado–. Lo cierto es que el Brexit apunta a debilitar geopolíticamente a Europa y, más aún, a debilitar a Estados Unidos –aliado histórico de Gran Bretaña y de Europa– en la disputa por la hegemonía mundial frente a China, que amenaza con hacer que la hegemonía pase de Occidente a Oriente.