Lunar spaceflight. Two races to the Moon are hotting up. One involves robots. The other involves humans

Cita: 

The Economist [2017], "Lunar spaceflight. Two races to the Moon are hotting up. One involves robots. The other involves humans", The Economist, London, 4 de marzo, https://www.economist.com/news/science-and-technology/21717790-one-invol...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Marzo 4, 2017
Tema: 
La nueva carrera espacial emprendida por la NASA, las corporaciones privadas que ofrecen viajes turísticos al espacio y el gobierno chino
Idea principal: 

En 2007, la fundación XPRIZE y Google pusieron en marcha la competencia Google Lunar XPRIZE. El reto consistía originalmente en poner un robot sobre la superficie lunar a más tardar en 2012; el primer equipo en conseguirlo con financiamiento privado, recibiría un premio de 30 millones de dólares. La competencia no tuvo los resultados que los organizadores esperaban y XPRIZE ha tenido que postergar una y otra vez la fecha límite para llegar a la superficie lunar. Todo indica que el reto propuesto por Google finalmente concluirá: cinco equipos se han propuesto llegar a la Luna a finales de este año. “Y mientras esos exploradores robóticos se acercan a la línea final, una nueva competencia está iniciando”.

Esta nueva carrera es encabezada por SpaceX, empresa fundada por Ellon Musk (también CEO de Tesla) que plantea enviar a dos clientes alrededor de la Luna en su cohete Falcon Heavy antes de que termine 2018, y la NASA, que anunció que planeaba hacer el primer vuelo de su nuevo cohete –el Space Launch System– en un recorrido similar pero tripulado por astronautas, no por turistas. Ninguno de los dos cohetes ha sido probado aún. Las personas que hagan alguna de estas travesías “serían las primeras en viajar más allá de la órbita terrestre baja desde 1972”. La carrera, parece, está en marcha.

“Esta no es, sin embargo, una simple historia del sector privado contra el sector público”. Por un lado, SpaceX ha podido desarrollar su Falcon Heavy y su cápsula espacial Dragon gracias a los generosos pagos que la NASA hace al contratar servicios para llevar carga hacia la Estación Espacial Internacional. Por otra parte, porque es posible que la NASA “termine decidiendo pagar a SpaceX por sus viajes de placer a la luna, así como paga por viajes a la estación espacial”.

Esta competencia entre la vieja y la nueva forma de llevar personas hacia la órbita lunar ha sido incluso planteada por un asesor de Donald Trump a importantes miembros del Partido Republicano interesados en la política espacial. La “nueva opción espacial” tendría mucho sentido en términos presupuestarios, pues abarataría significativamente los viajes al espacio respecto de los proyectos de la NASA. No obstante, existe cierta resistencia en Washington para hacer el programa espacial de los Estados Unidos tan dependiente de las empresas privadas y sus caprichosos dueños.

Las pretensiones de llegar a la Luna no son ajenas a la nueva administración de la Casa Blanca. Recientemente, en un discurso ante el Congreso, Donald Trump hizo alusión a los sueños estadunidenses de “dejar sus huellas en mundos distantes”. El único mundo distante en el cual es posible aspirar a que algún pie deje huella antes de 2026 es la Luna.

La posibilidad de otra carrera espacial la abre el hecho de que China, después de enviar exitosamente vehículos no tripulados a la superficie lunar, ha anunciado su plan de llevar gente a la Luna para 2030 o incluso antes.

En cualquier caso, como muestra la experiencia del XPRIZE, no deben sorprendernos los retrasos que pueda tener esta carrera hacia la Luna.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La nueva carrera espacial en curso marca importantes diferencias respecto de la carrera espacial de la segunda mitad del siglo XX. En el pasado, las travesías espaciales eran financiadas por estados, únicos sujetos capaces de financiar una tarea de proporciones tan grandes. Actualmente, debido al tamaño que han alcanzado las corporaciones trasnacionales estadunidenses, las empresas privadas son también capaces de impulsar y sostener proyectos para viajar al espacio. Y no sólo eso: es posible que las grandes corporaciones privadas sean el sujeto mejor posicionado para ganar esta carrera hacia la Luna.

Más allá de los excéntricos viajes turísticos al espacio a los que sólo podría acceder la clase dominante o de las valiosas oportunidades para ampliar el conocimiento humano sobre el universo, los viajes al espacio son potencialmente importantes para el capital por otras razones, sobre cuya naturaleza se puede especular: las tecnologías desarrolladas para hacer viajes espaciales podrían tener aplicaciones industriales que permitirían apuntalar la acumulación de capital, los viajes al espacio podrían brindar el acceso a recursos materiales con aplicaciones insospechadas, etcétera. Como ha señalado Musk, la exploración espacial es una búsqueda estratégica ante el agotamiento de la Tierra como hábitat del capitalismo...