How to use superpowers. The incoming foreign-policy team has in mind a revolution in great-power relations

Cita: 

The Economist [2017], "How to use superpowers. The incoming foreign-policy team has in mind a revolution in great-power relations", The Economist, London, 14 de enero, http://www.economist.com/news/united-states/21714337-incoming-foreign-po...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Enero 14, 2017
Tema: 
El gobierno de Trump ante los problemas mundiales
Idea principal: 

Según Madeleine Albright, ex secretaria de Estado de Estados Unidos, el mundo es un desastre. Bajo esta idea se llevó a cabo un acuerdo bipartidista en una conferencia organizada por el Instituto Estadounidense de la Paz en Washington, D.C. el 9 y 10 de enero.

Sin embargo, una vez que los participantes reflexionaron sobre la forma en que el desorden se presenta en el mundo, el acuerdo dio paso a algunas divisiones. De un lado estaban ex embajadores, funcionarios, generales y académicos, republicanos y demócratas que contemplan la fragilidad de los pactos internacionales, organizaciones y alianzas y se preguntan si el orden basado en las reglas estadounidenses después de la segunda guerra mundial va a sobrevivir.

Del otro lado se encontraban miembros líderes del equipo Trump que piensan que se debe aprovechar la turbulencia global para remodelar las relaciones internacionales y adaptarlas a las necesidades de Estados Unidos.

Susan Rice, la asesora de seguridad nacional de Obama enumeró algunas amenazas que deben preocupar tanto a su jefe como a Trump, que van desde las ambiciones nucleares de Corea del Norte hasta los ataques de grupos terroristas transnacionales. Además lamentó los esfuerzos infructuosos para ratificar un pacto comercial con las naciones de Asia y el Pacífico: la Asociación Trans-Pacífico (TPP).

Jacob Sullivan, un cercano asesor de Clinton, habló de un acuerdo para frenar las ambiciones nucleares de Irán y del acuerdo de París sobre el cambio climático como ejemplos de cooperación que están en peligro de no llevarse a cabo.

En contraste, los colaboradores de Trump, a pesar de que se preocupan por el terrorismo y las armas nucleares, ven el mundo en un estado estremecedoramente plástico. Expresan completa confianza en frenar la amenaza de Irán mediante una estrategia orientada hacia la presión y las sanciones. Se burlan de la idea de que el ambiente es lo suficientemente frágil como para requerir un pacto en contra del cambio climático.

Mike Flynn, un general retirado elegido como asesor de seguridad nacional de Trump, habló en 2016 sobre su esperanza de que Rusia y Estados Unidos unan fuerzas en contra de su enemigo común: el extremismo islámico.

K. T. McFarland, una asesora de alto rango de Trump, describe un mundo donde las placas tectónicas se mueven constantemente, ofreciendo oportunidades únicas para ejercer influencia y realinear políticas.

El equipo de Trump está haciendo una fuerte apuesta al nacionalismo como una forma de imponer la voluntad de Estados Unidos en un mundo que puede soportar un poco de forcejeo. En ausencia de normas globales claras, Trump puede encontrarse enfrentando su administración orientada a “hacer grande a Estados Unidos de nuevo” contra el nacionalismo chino, por ejemplo, lo cual podría causar serios problemas.

Nexo con el tema que estudiamos: 

En la víspera del inicio de funciones del nuevo gobierno estadounidense, se vislumbran cambios importantes tanto en la política exterior como respecto del cambio climático. A diferencia de la política interna, esos terrenos pueden ser manejados con mayores márgenes de maniobra por la administración Trump, dado que las respuestas externas tomarán más tiempo para manifestarse y surtir efecto. Por el contrario, los efectos de tales acciones pueden resultar de profunda gravedad para la geopolítica mundial y la destrucción del clima.