The silk-silver axis. Averting a Chinese-American trade war. The world’s most important bilateral economic relationship is flourishing—and in deep trouble

Cita: 

The Economist [2017], "The silk-silver axis. Averting a Chinese-American trade war. The world’s most important bilateral economic relationship is flourishing—and in deep trouble", The Economist, London, 1 de abril, http://www.economist.com/news/briefing/21719772-worlds-most-important-bi...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Abril 1, 2017
Tema: 
Co-dependencia entre China y Estados Unidos
Idea principal: 

Desde el pasado las relaciones comerciales de Estados Unidos con China eran deficitarias, actualmente este déficit se caracteriza por la demanda estadounidense de dispositivos electrónicos (Dato Crucial 1 y 2). Con la llegada de Trump muchos creen que la aplicación de tarifas punitivas en contra de bienes chinos desencadenará en una guerra comercial total. Aunque hay otros que creen en la posibilidad de un gran trato para relajar las tensiones entre ambas naciones. Las tensiones se reflejan en el comportamiento de los negocios. Ambas partes están nerviosas.

El argumento central del artículo es que en la realidad tanto Estados Unidos como China están atados mutuamente por bastos flujos transfronterizos –de bienes, dinero, gente e ideas– que benefician la prosperidad de ambas naciones.

En el Consejo Nacional del Comercio de Estados Unidos se concibe al déficit comercial como un freno a la economía estadounidense, además se acusa a China de llevar a cabo prácticas comerciales injustas (desde la intromisión monetaria hasta subsidios a la exportación). Las empresas estadounidenses señalan que existen obstáculos (tarifas al comercio, licencias y aprobaciones) para una competencia en condiciones de igualdad con las empresas chinas (Dato Crucial 3). De hecho, Estados Unidos ha adoptado una postura más firme con China desde antes de la llegada de Trump (Dato Crucial 4 y 5).

En la otra cara de la moneda, China encuentra un señalamiento discriminatorio, poniendo énfasis en el proteccionismo estadounidense y la existencia de estándares desiguales. China señala que su control sobre el yuan no ha impedido que la apreciación de su moneda en casi dos quintas partes a lo largo de la década pasada lo cual supera cualquier apreciación alcanzada por cualquier otra grande economía.

La revista sostiene que en avance del tiempo la relación comercial entre ambas naciones será más equilibrada, pues en la medida en que la clase media de China crece, sus consumidores expanden su consumo al exterior: productos agrícolas –soja–, servicios –educación– (Dato Crucial 6) entre otros, señalando que aumentarían las exportaciones estadounidenses destinadas a la nación asiática.

Líneas de combate

En el escenario de que Trump lleve a cabo su extremista amenaza de implementar una tarifa de 45% a las importaciones de bienes chinos podría marchitar la relación más grande del mundo. En primera instancia China se vería fuertemente afectada en sus exportaciones (Dato Crucial 7), no obstante Estados Unidos también se vería afectado pues no le resultaría fácil sustituir a China como suministrador de productos para las empresas estadounidenses, e incluso podría generarse un brusco cambio a la alza de precios y las empresas estadounidenses con filiales en China tendrían que arreglárselas con trasladar sus instalaciones a otro país o traerlas de vuelta a Estados Unidos (Dato Crucial 8).

De acuerdo con la revista ante el movimiento de Trump, China seguramente contratacaría. Estados Unidos tiene diversas e importantes empresas que se alimentan de la demanda china (Dato Crucial 9). Para la revista esto representa una de las razones por la cual Trump solo se ha mantenido en una confrontación suave con China.

Otra línea de combate es la inversión. En la última década China ha invertido más de 1 billón de dólares en fondos públicos estadounidenses –siendo el mayor acreedor de Estados Unidos–. Aun así la Reserva Federal ha demostrado que puede comprar muchísimos más fondos gubernamentales que cualquier otro poseedor, rompiendo con los mitos de que China controla la política monetaria estadounidense. Incluso el dólar es algo que concierne a China ya que muchas empresas chinas han adquirido préstamos externos en dólares, lo que significa que una apreciación del dólar encarece sus deudas en términos de yuanes.

También se considera los enlaces financieros. Dos de los últimos tres episodios más recientes de alto riesgo en los mercados financieros fueron ocasionados por la ansiedad de los portafolios de inversión estadounidense en China –tal como ocurrió con la espera del alza de la tasa de interés de la FED desde 2015 hasta finales del 2016–.

Destrucción mutuamente asegurada

Oficialmente cerca del 1% del stock de la inversión extranjera directa de Estados Unidos (dinero gastado en activos como fábricas, almacenes y tiendas) está en China. Pero otros estudios afirman que esta cifra alcanza los 228 mil millones de dólares entre 1990 a 2015.

Al inicio las empresas estadounidenses se vieron motivadas a trasladarse a China por ser una base de manufactura barata, pero en la medida en que los costos se han ido incrementado, esta ola de inversión se ha reducido. Sin embargo con el crecimiento de la clase media ha renacido el flujo de inversión extranjera que busca acaparar la demanda de los consumidores chinos (Dato Crucial 10 y 11).

El punto más relevante para la revista es que actualmente la mayor inversión fluye de China a Estados Unidos. Anteriormente esta relación solía ser pequeña pero actualmente asciende a 40 mmd y generando 90 000 empleos en esa nación sobre todas las industrias –entretenimiento, manufactura, informática, entre otros– (Dato Crucial 12).

Otra cuestión de poder es la seguridad nacional. Tanto China como Estados Unidos se han vuelto más activos en la restricción de tecnología y el bloqueo de tratados que creen que pueda comprometer su seguridad nacional.

Para The Economist la competencia entre ambas naciones es cada vez más áspera. China se ha puesto como objetivo ser líder en sectores estratégicos –desde la siguiente generación en TI hasta desarrollo de maquinaria agrícola– disputando en industrias anteriormente dominadas completamente por Estados Unidos y otras naciones (“Made in China 2025” http://www.cittadellascienza.it/cina/wp-content/uploads/2017/02/IoT-ONE-...).

Otras motivos bélicos

Estados Unidos mantiene actitudes contrastadas hacia China. Por una parte algunos en el Congreso apoyan las medidas proteccionistas de aranceles comerciales y prohibir las inversiones de empresas paraestatales chinas en Estados Unidos. Otros enfatizan los límites de las medidas intervencionistas del gobierno chino –que han logrado funcionar en ciertas industrias como la energía solar y los ferrocarriles– pero se les ha visto fallar en otras industrias –bienes para el consumidor como la automotriz.

Las posturas optimistas ven en la competencia un motor que impulsa innovaciones en ambas naciones. Existen clusters estadounidenses (de software y hardware) en Beijing y Shenzhen al sur de China. Empresas estadounidenses están presentes en diversas industrias en China e incluso en actividades de investigación –GE gran conglomerado industrial y Amgen, un gigante biotecnológico. China también mantiene importantes inversiones en Estados Unidos para busca de talentos y nuevas patentes (Dato Crucial 13), importantes empresas chinas –como Huawei, Alibaba, Baidu, BGI, Lenovo entre otros– se están trasladando a Silicon Valley y a otros puntos importantes en Estados Unidos nodos de desarrollo tecnológico –Seattle, Carolina del Norte, etc.

Otra vía posible es que este tipo de operaciones transfronterizas entre ambas naciones continúen expandiéndose y solidifiquen su relación bilateral: China - Estados Unidos. Para el artículo esta opción aún queda lejos, sugiriendo que la diplomacia necesita dirigir la multitud de sus vínculos económicos. Sin embargo mientras las empresas chinas continúan adueñándose del corazón de la economía estadounidense la fricción seguramente seguirá creciendo.

Datos cruciales: 

1. Gráfica 1. Comercio de bienes de Estados Unidos con China, 1985 – 2016 (miles de millones de dólares). Desde el inicio del periodo el balance muestra una relación negativa la cual alcanzó una cima grande en 2008 y un punto máximo en 2015, superando los 300 mil millones de dólares.

2. Antes de la incorporación de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001, la nación asiática acumulaba menos de un cuarto del total del déficit estadounidense; en los últimos cinco años se ha elevado a dos tercios.

3. Las automotrices estadounidenses enfrentan una tarifa a la importación de 25%. Los fabricantes de dispositivos médicos requieren procedimientos de licencias onerosas y las empresas de semillas lentas aprobaciones.

4. La administración de Barack Obama intensificó la presión mediante la OMC. De las 25 quejas presentadas por Estados Unidos después de 2008, 16 fueron en contra de China. La administración también inició 99 investigaciones antidumping y de derechos compensatorios contra China.

5. Gráfica 2. Casos compensatorios y de antidumping en contra de China a nivel mundial, 1995-2016. En la gráfica se muestra el total de los casos presentados contra China y que parte corresponden a Estados Unidos, en general estos se han incrementado desde 2006 con fuertes picos en 2009 y 2013, y en particular Estados Unidos representa en la mayoría de los años, una tercera parte.

6. El número de estudiantes chinos en Estados Unidos ha alcanzado cerca de los 330 000, casi una tercera parte de todos los estudiantes foráneos, cinco veces más que la década pasada.

7. Cerca de una quinta parte de las exportaciones chinas van a parar a Estados Unidos, equivalentes a 4% del PIB chino. Menos de una décima parte de las exportaciones de Estados Unidos tienen como destino China, menos de 1% del PIB estadounidense.

8. Se estima que si las empresas estadounidenses trajeran de vuelta sus fábricas que actualmente operan en el exterior los costos de producir ropa se incrementarían 46% y la producción de teléfonos inteligentes 37% (Goldman Sachs).

9. Gráfica 3. Compañías estadounidenses con los ingresos más altos generados en China para 2016 (miles de millones de dólares, mmd). Apple ocupa el primer lugar con 48.5 mmd (22% de sus ingresos totales), Intel con 14 mmd (24% de sus ingresos totales), Qualcomm con 13 mmd (53%), Boeing con 10 mmd (11%), Broadcom con 7 mmd (54%), Texas Instruments con 6 mmd (45%) y entre otros se encuentran: Micron Technology, Protecter & Gamble, Nike, Western Digital, Skyworks Solutions, Applied Materials, Lear, DuPont.

10. En 2016 China fue el principal mercado emergente en el que las empresas estadounidenses colocaron su IED.

11. Se estima que la clase media en China crezca de 6% de los hogares urbanos en 2010 a más de la mitad en 2020 (McKinsey).

12. Gráfica 4. Inversión Extranjera Directa de China en Estados Unidos y de Estados Unidos en China, 2000 - 2016 (miles de millones de dólares). La IED de Estados Unidos a China sobrepasó 10 mil millones de dólares (mmd) desde 2005 con una cima en 2008 de más de 20 mmd, posteriormente mantuvo un promedio superior a los 10 mmd y en 2016 llegó a ser de 13 mmd. A inicios del periodo la IED de China en Estados Unidos era casi nula, tuvo un claro despegue desde 2010, pasando los 10 mmd en 2013 y con un salto sorprendente en 2016 alcanzando 46 mmd –casi tres veces su valor de 2015, 16 mmd.

13. Tencent un gigante tecnológico chino invirtió 1.8 mil millones de dólares para adquirir 5% de Tesla, un fabricante de carros.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El interés creciente en China muestra que el eje de la geopolítica mundial es la relación China - Estados Unidos. El pensamiento liberal mientras se enorgullece del carácter ´innovador´ que desata la competencia económica deja de lado la disputa hegemónica que se mantiene de fondo por el control de la producción estratégica –tecnología de punta, recursos naturales, espacios geopolíticos vitales, etc.

Por otro lado a pesar del innegable hecho de que China efectivamente sigue creciendo y expandiéndose, Nolan, en su obra, ¿Está China comprando el mundo?, hace una importante distinción cualitativa que habría que considerar: Estados Unidos sigue encabezando los puntos más estratégicos de la economía mundial.

El balance de estas relaciones requiere del establecimiento de los terrenos esenciales en que se da la competencia entre ambos sujetos, tarea en la que este artículo aporta importantes avances.