Crime’s new geography. Why murder in Mexico is rising again. Gangs get smaller, and diversify

Cita: 

The Economist [2017], "Crime’s new geography. Why murder in Mexico is rising again. Gangs get smaller, and diversify", The Economist, London, 11 de mayo, http://www.economist.com/news/americas/21721973-gangs-get-smaller-and-di...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Jueves, Mayo 11, 2017
Tema: 
El robo de hidrocarburos en México
Idea principal: 

El artículo analiza el robo de hidrocarburos como parte de un patrón novedoso del crimen en México.

El robo de combustibles se ha concentrado en México, particularmente en Puebla. En San Salvador Huixcolotla y otros municipios poblanos, extraer la gasolina de los ductos es más sencillo que en otros estados.

En los últimos diez años esta actividad ha crecido rápidamente y se ha constituido como la forma más novedosa del crimen organizado.

Los estados donde se registra el mayor número de robos también se han convertido en los más violentos. Por ejemplo, en Puebla, donde 25% de los robos ocurren, se han registrado 50% más asesinatos en los primeros tres meses de 2017 que en 2011, el mayor número que se tiene.

La distribución geográfica de la violencia también ha cambiado. Mientras en el sexenio de Calderón el mayor número de homicidios se registró en los estados del norte y fue asociado a aparatosos enfrentamientos entre grandes bandas, actualmente, pequeñas batallas están estallando en muchas regiones del sur del país.

Las razones para el cambio de ubicación son:

1) El cambio en la forma de operar de las bandas criminales. Las detenciones o asesinatos de los grandes capos ha llevado a una reorganización en la jerarquía criminal, debido al surgimiento de pandillas de bajo nivel que luchan entre sí por el control.

2) La falta de manejo en el negocio de las drogas de las pequeñas pandillas. Debido a que no tienen las capacidades para operar el tráfico de drogas, las nuevas bandas se concentran en otro tipo de delitos, como la distribución local de drogas, el secuestro, la extorsión y el robo de combustibles.

Otras razones para entender el aumento de la violencia son: el crecimiento de la demanda de opio en Estados Unidos y la poca experiencia de los jefes policiacos que llegaron con los nuevos gobernadores en 12 estados de la república.

Para The Economist esta tendencia no se revertirá en el corto plazo. Por un lado, porque no hay una estrategia para enfrentar el tipo de violencia desatada por las pequeñas pandillas, como lo muestra el uso de la fuerza militar en Palmarito. Por el otro, porque no se han resuelto los problemas de capacitación, confianza e información de las policías locales.

Finalmente, se reconoce que aunque falta tiempo, el gobierno tiene información fundamental para empezar un programa contra el crimen, cómo los lugares donde se realizan los robos de gasolina.

Datos cruciales: 

En Puebla, el precio por litro de combustible robado es menos de la mitad de lo que cuesta en las gasolineras (6 o 7 pesos).

En 2006, había 213 tomas ilegales en los ductos de Pemex, diez años después el número se había elevado a 6,800. En 2016, el costo de los robos y las reparaciones fue de 30 mil millones de pesos.

El mayor nivel de violencia se registró en 2011, con 22 852 asesinatos. Bajo la administración de Peña Nieto, los homicidios están repuntando pues en lo que va de 2016, hay 6% más asesinatos que en el mismo periodo de 2011.

Mapa. Cambio porcentual de los asesinatos en México por estado, 2011-2017
El mapa muestra el cambio que ha habido en los asesinatos por entidad federativa. A excepción de Baja California y Sonora, el norte del país presenta las mayores disminuciones en el número de asesinatos, notablemente, Chihuahua, Coahuila y Nuevo León. En contraste, el centro y el sur del país -sin contar a Chiapas, Tabasco y Quintana Roo- han registrado tasas de crecimiento de entre 25 y 250% entre 2011 y 2017.

Gráfica. Tasa de asesinatos por cada 100 mil habitantes
La gráfica muestra la tendencia de la tasa de asesinatos de México y Estados Unidos desde 1930 hasta 2016. Mientras que en Estados Unidos la tasa de homicidios se ha mantenido cerca del 10% en todo el periodo, en México se distinguen cuatro etapas: 1) una reducción vertiginosa de la tasa de asesinatos entre 1930 y 1970, cuando pasó de más de 60 homicidios a casi 10 por cada 100 mil, 2) un periodo de relativa estabilidad entre la década de los años setenta y la de los años noventa con alrededor de 20, 3) una nueva reducción entre los años noventa y 2008 a cerca de 10 por cada 100 mil, y 4) un repunte desde 2009 que alcanza más de 20 asesinatos por cada 100 mil.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El robo de hidrocarburos en México, y su operación por bandas criminales, puede ser leído desde dos perspectivas:

Por un lado, el ascenso de una actividad ilegal que llena el vacío que deja una economía estancada por años, cuyos sectores estratégicos han sido desmantelados y/o entregados al capital privado y extranjero, y que desde hace casi años ha servido a parte de la población y a una pequeña cúpula como estrategia de supervivencia.

En segundo lugar, como una muestra más de la impunidad y corrupción de las instancias estatales: aquellas que colaboran con los bandas que extraen el hidrocarburo y de aquellas que ante la falta de mecanismo verdaderos de ejecución de la ley, aplican el autoritarismo y la violencia directa contra la población en general.

En mayo de 2017, resulta estremecedor el pronóstico del aséptico The Economist para México: no hay mejora de la situación de México a la vista.