A boss’s guide to fending off an activist attack. Activist funds have moved on from being the gobby bad boys of markets

Cita: 

The Economist [2017], "A boss’s guide to fending off an activist attack. Activist funds have moved on from being the gobby bad boys of markets", The Economist, London, 13 de mayo, http://www.economist.com/news/business/21721953-activist-funds-have-move...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Mayo 13, 2017
Tema: 
Las estrategias ejecutivas para hacer frente de forma exitosa a los “fondos activistas”
Idea principal: 

Los modernos jefes ejecutivos son un grupo selecto que puede hacer frente a todo: desde ataques en las redes sociales hasta adquisiciones empresariales. “Hay, sin embargo, una cosa que los enfurece: los fondos de cobertura activistas [activist hedge funds], que compran participaciones en las compañías y hacen lobby para generar cambios en las mismas”.*

Los CEO (chief executive officer, jefes ejecutivos) de las grandes corporaciones sienten que son acosados por los activistas y en muchas ocasiones han sucumbido a ataques de furia por las pretensiones y las presiones de los activistas. “Desde 2010, en promedio 8% de las firmas que están en el índice S&P500 han sido objeto de un ataque cada año […]. Mientras que alguna vez fueron los chicos malos de los mercados de capitales, los activistas se han vuelto más inteligentes y más difíciles de ignorar”, pues han dejado de hacer simples amenazas y cuentan ya con un análisis más detallado y sofisticado de las empresas.

“En vez de molestarse, los CEO necesitan vengarse”. Es por eso que The Economist ha preparado un “adiestramiento de batalla sobre cómo lidiar con los activistas. Tiene cuatro elementos: conoce al enemigo; prepárate para su ataque; sofócalos con sinceridad; y haz concesiones si tienes que hacerlo”.

Conoce al enemigo. Comienza por comprender a los activistas, quienes tienen un rol útil. Ellos hacen análisis de las empresas, buscan formas rentables de invertir el dinero y pueden tener buenas ideas para mejorar el funcionamiento de la empresa (incluso, pueden tener “una buena idea con la cual ganen apoyo para sustituir a la junta directiva de una gran firma”). Los fondos activistas tienen también debilidades. Sus jefes suelen ser egocéntricos e impacientes y buscan constantemente impresionar a los inversionistas del fondo mostrando que pueden influenciar el funcionamiento de una gran empresa; además, piensan que pueden proponer estrategias significativas para el funcionamiento corporativo pero habitualmente lo único que proponen son “demandas banales para la recompra de acciones, que no alteran el valor subyacente de la empresa”.

Prepararse para la posibilidad de un ataque activista es esencial. Esto no sólo significa tener un adecuado manejo de la empresa, sino también guardar cercanía con los otros accionistas para mantener la estabilidad de la junta directiva.

Toma con seriedad a los activistas y sofócalos con sinceridad. Es importante reunirse con los jefes de los fondos activistas y conversar con ellos, aun cuando se vaya a rechazar su petición. “Incluso los jefes más poderosos se involucran: en 2013, Tim Cook, el CEO de Apple, sobrellevó una cena con Carl Icahn, un saqueador irascible […]. Apple ignoró su solicitud de una recompra de acciones por 50 mil millones de dólares”.

Haz concesiones si es necesario. Cuando el fondo activista tenga razón parcialmente, esto debe ser reconocido. En algunas ocasiones se pueden desechar algunas de las demandas de los activistas pero es necesario al mismo tiempo ser más flexible y hacer caso a algunas de sus solicitudes. Por ejemplo, la minera BHP estuvo bajo el asedio del fondo Elliott Management, que le hizo una “crítica de tres dientes”. BHP “descartó correctamente dos de sus demandas”, modificar a su personal ejecutivo en Sidney y Londres, y la usual solicitud de hacer una recompra de acciones, “pero tuvo que ser más flexible acerca de la tercera demanda de convertir en filial su área de energía shale, la cual tiene muy pocas sinergias con el grupo. Al mostrar apertura, la firma se libró del picotazo que representaba el ataque”. Por otra parte, si la crítica del fondo activista es completamente correcta, un CEO debe hacer concesiones. “Idealmente, esto significa adular el ego del activista sin darle demasiada influencia”. Esto puede suceder dando a los fondos activistas información anticipada o consultándoles sobre decisiones por tomar. “La máxima concesión es dar a los activistas representación en la junta a cambio de que se mantengan en silencio”. No obstante, permitir que los egos del tamaño de Wall Street participen al interior de las compañías no es siempre la mejor idea.

Adherirse a estos consejos no es garantía de que se podrán evitar todos los problemas. Lo opuesto es también verdad. Las firmas que tienen una buena gestión deben ser capaces de defenderse por sí mismas e incluso pueden beneficiarse de esta nueva era de activismo, que obliga a sus ejecutivos en jefe a refinar sus estrategias y a permanecer más cercanos a todos sus accionistas. “El principal costo es que los activistas pueden masticar una infinidad de horas de un CEO. Aun así, eso es mejor que desaparecer de la cima y terminar tu carrera en un momento de locura”.


* Se utiliza el calificativo de "activistas" para definir a ciertos fondos de cobertura que se caracterizan por emplear estrategias de inversión poco convencionales, con un rol más activo para elevar el valor de sus inversiones.

Datos cruciales: 

Desde 2010, en promedio 8% de las firmas que están en el índice S&P500 han sido objeto de un ataque cada año.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La capacidad de negociación es una de las aptitudes más importantes que deben tener los ejecutivos en jefe de las grandes corporaciones. En una era en la que los intermediarios financieros son muy diversos y poderosos, ya que pueden desestabilizar significativamente el funcionamiento de las corporaciones –por medio de corridas bursátiles, por ejemplo–, la habilidad para convertir las potenciales debilidades –detectadas por los fondos activistas u otros inversionistas institucionales– en fortalezas que potencien a la corporación es parte de una estrategia que puede salvar a la corporación de la quiebra y posicionarla ventajosamente en la competencia.

Aunque sus alcances son limitados, incluso el capitalismo de las grandes corporaciones guarda reservas de flexibilidad y capacidad de adaptación frente a sus críticos, en especial si éstos quieren mejorar el sistema sacando provecho de ello.