El capitalismo y las guerras climáticas

Cita: 

Vega, Renán [2016], “El capitalismo y las guerras climáticas”, Revista Herramienta , Buenos Aires, 58, otoño. http://www.herramienta.com.ar/revista-herramienta-n-58/el-capitalismo-y-...

Fuente: 
Artículo científico
Fecha de publicación: 
Septiembre, 2016
Tema: 
El artículo llama la atención sobre un tema central en el mundo contemporáneo: las guerras climáticas provocadas por el capitalismo
Idea principal: 

Renán Vega es profesor titular de la Universidad Pedagógica Nacional de Bogotá, Colombia y es considerado un crítico del capitalismo. Entre sus últimos trabajos se encuentra el titulado: Los economistas neoliberales, nuevos criminales de guerra: El genocidio económico y social del capitalismo contemporáneo, publicado en 2010.

El objetivo del artículo es analizar las guerras climáticas desde la crítica marxista y la ecológica. El ensayo consta de tres secciones. En la primera se reflexiona en torno a las guerras climáticas y sus relaciones y diferencias con otros tipos de guerras generadas por el capitalismo. Posteriormente, se habla de algunos de los principales efectos que el calentamiento global, producido por el capitalismo, origina sobre la lógica de funcionamiento del sistema. Finalmente, se exponen las conclusiones.

Guerras climáticas: una aproximación conceptual

Esta sección del artículo inicia con la aseveración de que en el capitalismo contemporáneo existen cuatro tipos de guerra: ambientales, hídricas, climáticas y por los recursos naturales. Todas ellas relacionadas y complementarias.

1. Las guerras ambientales:

En este tipo de guerras se incluyen los efectos violentos de tipo militar que generan aspectos directamente ligados con el medio ambiente, tales como: la degradación de los suelos, la desertificación, las inundaciones, la sequía, la destrucción de ecosistemas, la reducción de la biodiversidad, y la deforestación entre otros.

En las guerras ambientales, la población afectada por la degradación ambiental se ve obligada a recurrir a la violencia para acceder a los recursos básicos de subsistencia o para defenderlos. Se provoca el estallamiento de conflictos armados en los territorios en proceso de degradación. Por ejemplo, la guerra ambiental de Ruanda en 1994.

El autor señala que las guerras ambientales pueden darse cuando un Estado o una clase destruyen en forma consciente y premeditada la base natural de otro Estado o de otras clases, con la finalidad de expulsarlo, doblegarlo o lograr su rendición. Aquí, el ejemplo más contundente es la política que Estados Unidos como potencia agresora emprendió en contra de Vietnam en la guerra de los diez mil días.

Las guerras ambientales tienen como móvil el afectar o destruir las bases biológicas de la existencia humana.

2. Guerras hídricas :

La escasez de agua, provocada principalmente por la privatización y mercantilización de los recursos, es la principal causa de este tipo de guerras. Además de que son el resultado del trastorno climático que aqueja a todo el planeta.

De acuerdo con el autor, la escasez del recurso en algunas regiones del mundo es el complemento y resultado del despilfarro de agua que existe en los grandes países capitalistas, empezando por Estados Unidos.

Para ejemplificar este tipo de guerras se recurre a los casos de Palestina, Líbano y Siria, subrayando que el agua desempeña un papel central en la geopolítica de Israel.

3. Guerras por los recursos naturales (bienes comunes de tipo natural)

En este apartado, el autor señala que la producción material y el proceso de acumulación capitalista traen aparejada una lucha por el control de los recursos naturales. La apropiación de recursos estratégicos, petróleo y minerales, ha provocado conflictos armados por todo el planeta. Muestra de ello han sido las agresiones imperialistas en contra de Irak y Libia, o las guerras de baja intensidad y de cuarta generación inducidas en Venezuela.

Los conflictos internos en países con recursos naturales, petróleo y minerales, forman parte de la guerra imperialista por los recursos naturales. Ejemplo de ello son los conflictos provocados en República Democrática del Congo.

El autor sostiene que en la fase actual del capitalismo existe una disputa más feroz y sangrienta que en anteriores guerras, debido al acelerado agotamiento de los recursos naturales.

4. Guerras Climáticas

Las guerras climáticas se producen cuando conscientemente un sector de la sociedad -una clase dominante o un estado imperialista- incide en la alteración del clima, mediante el uso de armas, como estrategia de guerra, con la finalidad de destruir sistemas agrícolas, ecosistemas, o recursos hídricos en un determinado territorio, donde residen personas que pertenecen al que se consideran como bando enemigo.

En este apartado, el autor subraya la necesidad de enfatizar la existencia de guerras que no son causadas simplemente por el calentamiento global, sino que son una consecuencia directa del neoliberalismo y de la competencia global por las reservas de petróleo o minerales.

Las modificaciones climáticas alteran los ritmos de funcionamiento de una sociedad, incrementan las desigualdades, acentúan la pobreza, desertifican los terrenos, destruyen ecosistemas, dificultan la obtención de alimentos y agua, fomentan la expulsión de una mayor cantidad de personas, entre muchos otros efectos negativos.

Para ejemplificar las guerras climáticas se alude al Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia (HAARP por sus siglas en inglés), proyecto militar estadounidense que altera el clima en los territorios enemigos. En palabras de Chossudovsky (2007), HAARP es un arma de destrucción masiva, que opera desde la atmósfera exterior y es capaz de desestabilizar sistemas agrícolas y ecológicos en todo el mundo.

El autor cierra esta sección señalando la estrecha relación entre las guerras climáticas, ambientales, hídricas y por recursos naturales. Además de mencionar que el móvil de cada una de ellas es: la apropiación y/o destrucción del medio ambiente, del agua o de la tierra u otro recurso natural.

II. Capitalismo y calentamiento global

El calentamiento global que genera el capitalismo tiene consecuencias, que están relacionadas en forma estrecha con su lógica destructiva y explotadora, como se examina a continuación.

1. Explotación laboral y calentamiento global: dos por el precio de uno

En esta sección se señala que la explotación de los trabajadores está ligada al aumento de la temperatura en el planeta. Para ilustrar esta situación el autor recurre al caso de China, señalando que en este país asiático las emisiones de gases de efecto invernadero han coincidido plenamente con la pérdida de derechos de los trabajadores.

Vega señala que la producción capitalista de China se sustenta en dos premisas: 1) la existencia de fuerza de trabajo barata, abundante y explotada al máximo, y 2) la destrucción de ecosistemas, contaminación y uso intensivo de combustibles fósiles.

2. Calentamiento global y desigualdad social extrema

La acumulación de la riqueza en manos de unos cuantos individuos y el calentamiento global están íntimamente conectados. Tal es el caso de Colombia, donde se registraron las temperaturas más altas en el último medio siglo, por encima de los 40°C, y la desigualdad económica del país es una de las más altas en el mundo. El autor establece una relación entre concentración de riqueza y calentamiento global a través de la producción de mercancías.

Se sostiene que la búsqueda insaciable de nuevas reservas de energía y materiales, en un planeta con recursos limitados, tiene efectos devastadores sobre los ecosistemas y la base natural del planeta. Todo ello, empobreciendo a millones de seres humanos y enriqueciendo a una exigua minoría, formada por los mismos dueños de las empresas de los sectores que contaminan el mundo.

Conclusión: el calentamiento global refuerza el anticapitalismo

El autor cierra el artículo citando a Naomi Klein (2015) quien afirma que el calentamiento global debe generar un poderoso relato anticapitalista, porque el capitalismo cuestiona la misma existencia de los seres humanos sobre la tierra.

Al respecto, el autor señala la necesidad de articular todas las luchas de todos los sujetos que sufren y soportan la explotación y la opresión del capitalismo. Convoca a consolidar un proyecto anticapitalista-ecosocialista con soluciones colectivas y democráticas, que busque cambiar las actuales relaciones sociales dominantes.

Algunas de las propuestas enunciadas para este plan son:

• imponer normas de durabilidad a los productos.

• reducir el transporte en automóvil privado, tanto en las ciudades como fuera de ellas, concentrándose en sistemas de transporte colectivo y público (producir menos y transportar menos).

• restringir al máximo el transporte y consumo de actividades inútiles y dañinas (publicidad, producción de armas).

• una reducción de la jornada de trabajo semanal, sin disminución de salario; gratuidad de los servicios básicos (educación, salud, cultura).

• preservar los bosques, las selvas, los glaciares, los páramos.

• un nuevo sistema energético, que se base en fuentes renovables y de carácter público.

• expropiación de los bancos y del sistema financiero.

Por último, se subraya el hecho de que “La cuestión climática marca el principio de una nueva era, no sólo para el capital, sino también para sus adversarios: debido a que no hay proyecto emancipador que valga si no se tienen en cuenta los límites e imperativos naturales” (Tanuro, 2011a: 170).

Datos cruciales: 

A lo largo del trabajo se encuentran datos que ilustran los diferentes tipos de guerras climáticas provocadas por el capitalismo.

1. El uso del agente naranja, creado por Monsanto, que se esparció mediante bombardeos aéreos durante varios años destruyó el 36% de los manglares del entonces Vietnam del Sur.

2. En Indonesia han desaparecido 25 islas por el saqueo de arena de su superficie (Riechmann, 2015: 50).

3. La ocupación colonial de Palestina por parte de Israel ostenta la mayor proporción de explotación de los recursos acuíferos disponibles en el mundo: 95 por ciento, que incluye los recursos acuíferos de los territorios ocupados de Cisjordania, el Golán y Gaza, así como el agua que se origina de los ríos en Siria, Jordania y Líbano.

4. 80% del agua que consume Israel proviene de Cisjordania.

5. En República Democrática del Congo el contrabando de minerales alcanza la cifra de seis millones de dólares diarios.

6. El Proyecto Popeye en Vietnam, fue desarrollado por Estados Unidos entre 1967 y 1972, y fue el primer uso sistemático y hostil, conocido en la historia, de las técnicas de modificación ambiental, en el marco de la guerra del Sudeste Asiático.

7. Colombia es uno de los países más desiguales del mundo: el 10% de la población más rica del país gana cuatro veces más que el 40% más pobre; 32% de la población es pobre, con ingresos inferiores a 200 mil pesos mensuales y solamente el 2.4% de personas tienen ingresos superiores a 2, 7 millones de pesos mensuales.

Trabajo de Fuentes: 

Chossudovsky, Michael [2007], “Guerra del clima: Atención a los experimentos militares de EE.UU.”, Global Research, 20 de diciembre, http://www.globalresearch.ca/guerra-del-clima-atenci-n-a-los-experimento...

Klein, Naomi [2015], Esto lo cambia todo. El capitalismo contra el clima. Barcelona, Paidos

Riechmann, Jorge [2012], El socialismo puede llegar sólo en bicicleta, Madrid, Los Libros de la Catarata..

Tanuro, Daniel [2011], El imposible capitalismo verde. Del vuelco climático capitalista a la alternativa ecosocialista, Madrid, La Oveja Roja.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El texto invita a reflexionar sobre los efectos del capitalismo en el ambiente. La distinción entre distintos conflictos ilustra el grado de depredación del modo de producción capitalista. Además de la necesaria crítica de la destrucción del ambiente es preciso imaginar acciones concretas que nos permitan hacer frente a la crisis climática.