Business and bureaucracy. Most of India's state-owned firms are ripe for sale or closure. Privatisation and politics sit poorly together

Cita: 

The Economist [2017], "Business and bureaucracy. Most of India's state-owned firms are ripe for sale or closure. Privatisation and politics sit poorly together", The Economist, London, 3 de junio, http://www.economist.com/news/business/21722860-privatisation-and-politi...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Junio 3, 2017
Tema: 
La situación de las empresas de propiedad estatal en India y las tentativas privatizadoras en ciernes
Idea principal: 

La diversidad de ramas de la producción en que participan las empresas de propiedad estatal en India es tal que avergonzaría incluso a los más grandes conglomerados: estas empresas producen desde té hasta aviones de combate, pasando por los fertilizantes y los juguetes sexuales. Los 244 “proyectos del sector público” (en adelante, PSUs, por sus siglas en inglés), como llama el gobierno indio a las empresas de propiedad estatal, son un legado de los años en que India tuvo gobiernos socialistas, desde 1947 hasta la década de 1990.

Muy pocos de estos PSUs son un ejemplo de alta productividad. No obstante, “los planes para adelgazar su barriga colectiva, y así dejar mayor espacio para el sector privado en la economía de India, son tan tentativos como esperados”.

Una de cada seis rupias que gasta el gobierno indio tiene como destino los PSUs; esta proporción sólo es superada por China comunista y sus empresas de propiedad estatal. Los PSUs indios obtienen ganancias principalmente en industrias donde el gobierno garantiza monopolios altamente lucrativos. En el resto de las industrias, aun cuando la economía india es boyante, uno de cada tres PSUs opera con pérdidas (en el año fiscal que concluyó en 2016) y uno de cada cinco acumula tres años consecutivos con pérdidas. Si se excluyen las cuatro empresas que son altamente lucrativas porque tienen monopolios garantizados por el estado, los retornos sobre el capital del resto de los PSUs es de un magro 8%, que además tiende a disminuir. Los rendimientos de los activos financieros de los PSUs en India también han disminuido de forma sostenida desde 2007.

Aproximadamente 80% de las ganancias de las empresas de propiedad estatal en India –esto es, 18 mil millones de dólares– provienen de los PSUs que producen carbón, petróleo, derivados del petróleo y energía eléctrica y que reciben protección regulatoria frente a los rivales del sector privado por parte del estado. Pero las grandes ganancias acumuladas por estas empresas de propiedad estatal no son sinónimo de que estas empresas sean eficientes. Por ejemplo, el producto por trabajador de Coal India, el mayor PSU según distintas medidas, es ocho veces menor que el de Peabody Energy, un competidor estadounidense. Esta historia se repite en todas las industrias.

Los problemas para los PSUs se agravan cuando se enfrentan al mercado. El proceso de liberalización económica que comenzó en la década de 1990 en India introdujo la competencia en muchos sectores. Esto ha traído como resultado que muchas de las empresas de propiedad estatal pasen de ser agentes monopólicos a jugadores marginales. Por ejemplo, Air India ha tenido pérdidas continuas desde 2007 aun cuando el precio de los combustibles ha disminuido y como consecuencia de ello las ganancias de las aerolíneas privadas se han elevado sustancialmente. Los puertos públicos, por otra parte, han venido en decadencia: hace menos de una década tres cuartas partes de las mercancías que entraban y salían de India pasaban por ellos; hoy día, menos de la mitad de las embarcaciones parten de o llegan a ellos.

En el sector bancario, una red de 21 bancos de propiedad estatal controla el 70% de los activos bancarios del país. Es poco probable que una buena parte de los préstamos que hacen estos bancos sean pagados. Esto hace que los bancos tiendan a operar con pérdidas y sean altamente ineficientes. En este escenario, la participación de la banca privada ha venido aumentando constantemente en los últimos años, dando lugar a una “privatización por la negligencia” en el manejo de los bancos. Los bancos privados son responsables de casi todo el crecimiento del sector financiero en India.

Esta negligencia no está presente sólo en el sector bancario; por el contrario, tiende a ser el común denominador de los PSUs indios. Los malos resultados de las empresas de propiedad estatal en India no son sorprendentes si se toma en consideración la forma en que son administradas. “Un reporte de las autoridades en 2011 describió cómo ‘la sobre-gobernanza promueve una cultura organizacional conservadora, cautelosa y con aversión al riesgo, en la que los procedimientos son primordiales y los resultados son secundarios’”. Todo indica que para los altos directivos de los PSUs indios es mejor no tomar decisiones que tomar una que pueda atraer la atención –y las reprimendas– de quienes auditan el gasto público.

Tras la declaración de Narendra Modi en 2014, mientras hacía campaña para ser primer ministro, en el sentido de que creía que el gobierno no tiene nada que hacer en lo que a las empresas respecta, muchos creyeron que la era de las empresas estatales en India estaba concluyendo. La primera ola privatizadora comenzó a inicios de la década de 2000, cuando un gobierno derechista privatizó unos cuantos PSUs. Poco después de las privatizaciones, este gobierno fue echado de las oficinas. Actualmente las ventas de empresas estatales han sido largamente debatidas pero aún no se han materializado. “Las elogiadas ‘desinversiones de los PSUs han consistido hasta ahora en cotizarlas en bolsa o en vender inversiones en las que ya cotizan, a la vez que se asegura que el gobierno mantenga la propiedad mayoritaria. Ninguno de estos mecanismos consigue mucho”. Muchas de las ventas de acciones de los PSUs suceden en la recta final del año financiero, cuando el gobierno está desesperado por mantener el balance en sus libros contables. Cuando se sigue este mecanismo se hace muy poco por reducir el excesivo tamaño del estado, pues los activos de los PSUs se venden a otras empresas de propiedad estatal o a fondos de pensiones de propiedad estatal.

Muchos creen que, en realidad, el primer ministro Modi está siendo muy “tibio” en la venta de las empresas estatales. Esta impresión es reforzada por el hecho de que en abril de 2016 el llamado “Departamento de Desinversiones” fue rebautizado como “Departamento de Inversiones y Manejo de Activos Públicos”. No obstante, ha habido algunos avances. Los reformadores piensan que las inversiones minoritarias por parte de privados en las empresas estatales que cotizan en bolsa podrán dar pie a mejoras en la gobernanza corporativa. Asimismo, “una docena de PSUs ‘enfermos’, un eufemismo que las autoridades emplean para referirse a las empresas profundamente disfuncionales, están en proceso de ser cerradas”. Algunas de estas empresas tienen años sin producir pero siguen pagando salarios a sus trabajadores.

“Avanzar de la discusión a la desinversión ha mostrado ser una tarea difícil”. Todo indica que sacar a los burócratas de las salas de juntas directivas será un proceso largo y complejo. No obstante, el gobierno indio no quita el dedo del renglón: “‘la privatización es el arte de lo posible’, ha dicho Arun Jaitley, el ministro de finanzas”.

Datos cruciales: 

Aproximadamente 1.2 millones de indios trabajan en empresas estatales; comúnmente esto es visto como algo favorable, pues el sector es uno de los pocos donde prepondera el empleo formal.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Las privatizaciones, junto con otras reformas de mercado y desregulaciones que se han impulsado –al igual que en la mayoría de los países del mundo–, abrirán la puerta a que las grandes corporaciones trasnacionales entren a operar en gran escala en India, uno de los países más grandes del orbe y que en las próximas décadas será el país más poblado del mundo. La disputa por los mercados –de fuerza de trabajo, de capitales y de mercancías– en India será clave en la disputa por la hegemonía mundial en los años por venir.

Aun cuando las privatizaciones han tenido efectos sumamente cuestionables en muchos países, desde el discurso liberal se continúa impulsando y legitimando una dinámica en la que la riqueza de la nación –en manos del estado– es rematada y convertida en una fuente de riqueza privada. En el caso de India –como señala The Economist– la primera oleada privatizadora tuvo como resultado la destitución del gobierno que la puso en marcha. Está por verse cómo avanzará y cuáles serán los resultados de esta segunda intentona.

Agotado el neoliberalismo, otra posible lectura de las privatizaciones es la búsqueda de ganancias en un capitalismo estancado y en franco declive. El crecimiento de India tiende a reducirse y estos "ajustes" pueden traer periodos, así sean cortos, de acumulación de capital, que al agotarse, dejarán una economía postrada...