América Latina: Fin de ciclo y populismos de alta intensidad

Cita: 

Svampa, Maristella [2016], "América Latina: Fin de ciclo y populismos de alta intensidad", Rescatar la esperanza. Más allá del neoliberalismo y el progresismo, Barcelona, Entrepueblos, pp. 63-88, http://www.entrepueblos.org/files/RescatarEsperanza_web.pdf

Fuente: 
Libro electrónico
Fecha de publicación: 
2016
Tema: 
Contexto del populismo y sus transformaciones frente a la globalización y el extractivismo
Idea principal: 

Maristella Svampa, Investigadora Principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), Universidad Nacional de La Plata. Profesora Titular de Teoría social Latinoamericana. Debates y categorías en disputa en la Universidad Nacional de La Plata. Directora del programa Modelos de Desarrollo. Actores, disputas y escenarios en la Argentina contemporánea, financiado por CONICET.


Este capítulo nos habla sobre el populismo en América Latina, y sus variantes. El populismo de alta y baja intensidad y cómo es afectado por la globalización, así como su relación con la democracia, además de analizar los cambios que sufre el populismo ante el extractivismo.

Fue hace quince años, por medio de los movimientos sociales que se oponían al ajuste neoliberal, a la relación entre globalización y neoliberalismo, etc. Aunado a la emergencia de gobiernos de izquierda y centroizquierda, que inician con un periodo de transición para poder entrar dentro del progreso.

El populismo se destaca en tres planos, el primero; visto desde la religión y la política con una perspectiva despectiva, reduciendo el populismo a una política macroeconómica. El segundo plano desde la perspectiva teórica, varios investigadores del tema han aportado diferentes definiciones del populismo, como es el caso en Argentina con Ernesto Laclau en apoyo al populismo el cual lo ve como una ruptura, “a partir de la dicotomización del espacio político y de una articulación de las demandas populares por la vía lógica de la equivalencia”(p. 65). Es decir, que es visto como estas demandas subalternas, como algunos movimientos sociales importantes como el zapatismo en México, el MTS en Brasil o las organizaciones piqueteras en Argentina. “el populismo es una cuestión de grado, de la proporción ruptura de la que la lógica equivalencial prevalece sobre la lógica de la diferencia” (p. 66).

Lejos de la condena ética impulsada por la visión heterónoma, Laclau propone pensar el populismo como último punto, visto desde el carácter bicéfalo del populismo; el politólogo Benjamin Arditti define el populismo como, “un rasgo recurrente de la política moderna, posible de ser encontrado en contextos democráticos y no democráticos” (p. 66). De igual forma, Arditti piensa el populismo como un espectro y de ahí es que se le da el concepto de “visitación” viendo al populismo como esto que acosa a la democracia. Sin embargo, Laclau propone su visión del populismo como la interacción y coexistencia entre dos tendencias que son contradictorias, la primera, como una ruptura fundacional la cual habla de la inclusión y la segunda, la pretensión hegemónica de ver a la comunidad como un todo.

Otra definición del populismo la da el politólogo Benjamin Arditti, el cual dice que tiene características de la política moderna dentro de un contexto democrático y no democrático.

Gerardo Aboy Caréls, propone ver el populismo como, “la coexistencia de dos tendencias contradictorias, la ruptura fundacional y la pretensión hegemónica de representar a la comunidad como un todo” (p. 67).

La venezolana López Maya, estudia el populismo rentista en Venezuela, tomando características de Laclau, analizando las formas directas de relación entre las masas y el líder. Por otra parte el ecuatoriano Carlos De la Torre, relacionando el populismo con la democracia no lo ve como una amenaza, pero tampoco como su salvador.

El populismo en el siglo XXI, fue adquiriendo mayor valor en el ámbito político e interpretativo y fue a principios de los años noventa del siglo pasado, que las ciencias sociales en Latinoamérica buscaban un nuevo parámetro y definición para el populismo pero, fue el sociólogo Aníbal Viguera quien propuso la distinción entre dos parámetros; el primero, de acuerdo al tipo de participación. El segundo, según las políticas sociales y económicas aplicadas. De esta forma el neopopulismo se ve deslindado de un programa económico determinado. A este populismo la autora lo denomina como, “populismo de baja densidad”.

El populismo de alta intensidad, se define a partir de la reivindicación del Estado, del bloque popular contra la oligarquía regional y la centralidad del líder. Este populismo de alta intensidad está ligado al desarrollo de cierto tipos de hegemonías que tienen como base la inteligibilidad de la política y la diversidad. La autora asocia las experiencias de los gobiernos en Ecuador, Bolivia, Venezuela y Argentina al populismo de alta intensidad "a partir de la reivindicación del Estado —como constructor de la nación, luego del pasaje del neoliberalismo—, del ejercicio de la política como permanente contradicción entre dos polos antagónicos (el nuevo bloque popular versus sectores de la oligarquía regional o medios de comunicación dominantes), y, por último, de la centralidad de la figura del líder o lideresa" (pp. 69-70).

Lo que propone la autora acerca del populismo se enfoca principalmente hacia los gobiernos latinoamericanos los cuales tuvieron un proceso de reactivación en el movimiento populista hasta llegar a ser una construcción hegemónica. Este proceso fue distinto para cada país latinoamericano, por ejemplo en Venezuela el proceso fue rápido, ya que en las condiciones en las que se encontraba era un espacio polarizado social y político.

A diferencia de Argentina o Bolivia que la polarización se dio en diferentes periodos pero lo que impulsa el populismo son los movimientos y organizaciones sociales contestarías lo cual la inflexión populista. Con esto se dan rupturas en distintos sectores, recordando que “el populismo es una tensión ineliminable entre la aceptación de lo propio de la legitimidad democrática y la búsqueda de una fuente de legitimación que la excede; suplemento de sentido o exceso que se halla, de alguna manera, en el seno de todo proyecto democrático, pero por lo general no logra sustituir completamente a la democracia procedimental y representativa” (p. 72). El populismo lo que trata es de reducir la brecha que hay entre los representantes y los representados.

El populismo en términos de polarización implica la construcción de un espacio dicotómico y por otro lado implica el reordenamiento en el ámbito político el cual implica la selección de ciertos antagonismos. “Los procesos de polarización implicaron una reactualización de la matriz populista, que en la dinámica recursiva fue afirmándose a través de la oposición y, al mismo tiempo, de la absorción y el rechazo de elementos propios de otras matrices contestatarias” (p. 74).

La autora propone la distinción entre los populismos que existen, como es el populismo de los plebeyos el cual contiene un proceso más radical e innovador generando una redistribución del poder social hacia abajo como es el caso de Bolivia y Venezuela.
El populismo de clase media que está ligado al empoderamiento y fragmentación entre los sectores medios el cual no generó un cambio en la distribución del poder, como es el caso de Argentina y Ecuador.

El extractivismo en América Latina tiene que ver con la relación entre la democracia y los gobiernos progresistas, lo cual trajo modelos de desarrollos insustentables generando un efecto de reprimarización. Tal es el caso con China y su ingreso a la región latinoamericana con Chile y Brasil y sus relaciones de exportaciones. Con el neoextractivismo se da pies a la violación de los derechos humanos, lo que genera mayor fuerza al extrativismo y deja una democracia pobre.

Es por ello que, “el retorno de un populismo de alta intensidad viene asociado a una política confrontativa que engloba, en su lectura conspirativa, a las organizaciones ambientalistas y a sectores indígenas que hoy luchan contra el avance del extractivismo” (p. 80).

Cápitulos relevantes para el proyecto: 

7. Bolivia: La década dorada del extractivismo - Marco A. Gandarillas G

Trabajo de Fuentes: 

Aboy Carlés, Gerardo (2005). “Populismo y democracia en la Argentina contemporánea. Entre el hegemonismo y la refundación”, Revista Estudios Socia - les , 28, http://bibliotecavirtual.unl.edu.ar/ojs/index.php/ EstudiosSociales/article/viewFile/2553/3641.

Nexo con el tema que estudiamos: 

América Latina ha sido escenario de muchos cambios pero sobre todo, cuando se habla de populismo involucra muchos aspectos, empezando por la democracia frente a la globalización y con esta al extractivismo que va adquiriendo mayor poder. Impulsado por los países hegemónicos para asegurar sus intereses, dejando a los países latinoamericanos en una posición de desigualdad, no solamente en el aspecto económico sino también social y político.