Fidelity’s lessons for the asset-management business. The rise of passive investing need not sweep away the incumbents

Cita: 

The Economist [2017], "Fidelity’s lessons for the asset-management business. The rise of passive investing need not sweep away the incumbents", The Economist, London, 24 de junio, http://www.economist.com/news/business/21723843-rise-passive-investing-n...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Junio 24, 2017
Tema: 
Las transformaciones en el sector de la administración de activos frente a los avances tecnológicos. El caso de Fidelity como uno de resiliencia empresarial
Idea principal: 

Fidelity es la cuarta empresa administradora de activos más grande del mundo y es una de las marcas mejor conocidas de la industria. La empresa goza de una excelente salud y es muy dinámica. Esto es una verdadera sorpresa porque “es de pensarse que el negocio convencional de administración del dinero esté al borde del aniquilamiento frente al avance tecnológico, junto con otros anacronismos como las tiendas, los taxis, los agentes de viajes, los relojes, los hoteles y los programas de televisión”.

Grandes cambios están teniendo lugar en la administración de activos. La forma clásica de inversión (“activa”), en la que la selección de los activos la lleva a cabo una persona, está siendo amenazada por el auge de los programas computacionales que administran los activos y el dinero de forma “pasiva”. Estos programas computacionales son de dos tipos: unos siguen el comportamiento de los índices bursátiles; otros, conocidos como “Smart beta”, “aprenden” de las decisiones tomadas por los humanos y las replican. En ambos casos, la inversión pasiva representa apenas una fracción de los costos de la activa. “Desde el año 2000, los clientes han removido aproximadamente 2.5 billones de dólares de los fondos activos y han colocado una magnitud similar en fondos pasivos. Aproximadamente dos quintas partes de los activos globales se administran de forma pasiva; en 2000 la administración pasiva era de cero”. De esta forma, el “capital intelectual” de muchas de las administradoras de activos consiste principalmente en el software que utilizan para llevar adelante la administración pasiva.

Esto ha representado una fuerte sacudida para la industria del manejo de activos, pues el pago por el manejo de fondos pasivos es aproximadamente 80% inferior. Esta es una de las razones por las que las administradoras convencionales de activos se están fusionando para reducir costos (en los últimos seis meses, ha habido tres grandes fusiones de administradoras de activos).

No obstante, esta sombría historia debe reconsiderarse y complejizarse si se echa una mirada a lo que ha sucedido con Fidelity durante la última década. En los últimos diez años, los activos que maneja esta empresa –que es controlada familiarmente– han aumentado en 52%, sus ingresos en 42% y sus ganancias operativas en 62%. Las ganancias operativas que obtuvo durante el año pasado alcanzaron su nivel máximo de 3.5 mil millones de dólares. Las ganancias de Fidelity han aumentado más rápido que las de BlackRock –la mayor empresa administradora de activos del mundo– y ha tenido un mejor desempeño recientemente que el gigante del sector. Fidelity ha logrado hacer frente a los menores márgenes de ganancia atrayendo más clientes. Una quinta parte de los inversionistas en Estados Unidos está relacionado de alguna forma con Fidelity.

Aun cuando el éxito de Fidelity –fundada en 1946 bajo la idea de que “seguir la intuición humana es la mejor manera de navegar los mercados”– se debe principalmente a su manejo “activo” de los fondos de inversión, la empresa se ha adaptado rápidamente al cambio. Fidelity se ha convertido en un comerciante de activos que ayuda a las personas y a las empresas a interactuar con los mercados de capitales vendiendo los fondos de inversión de otras empresas –tanto fondos activos como pasivos– y vendiendo sus propios productos –entre los que se cuentan sus propios fondos de inversión que cotizan en bolsa [exchange-traded funds]– a individuos y empresas. Los fondos pasivos representan hoy el 63% de los activos que Fidelity administra.

Paradójicamente, aunque hay una cantidad cada vez mayor de inversionistas individuales que buscan fondos de inversión que sean baratos y por ello optan por los fondos pasivos, hay también un número cada vez mayor de estos que desea que sus activos sean supervisados y consolidados por asesores en “cuentas administradas”. Es probable que así luzca el futuro de la industria: “habrá un grupo de mega-administradores ofreciendo una amplia gama de productos –activos y pasivos, independientes y empaquetados– a escala masiva y a bajos costos. Incluso BlackRock, el emperador de la inversión pasiva, está adentrándose en el negocio de los fondos activos”.

Aunque habrá más clientes que deseen que sus fondos sean administrados de forma activa, la ola de los fondos pasivos seguirá creciendo, pues únicamente entre el 15% y el 20% de las acciones en Estados Unidos están en manos de fondos pasivos, y la proporción es aún menor para los bonos. Por esta razón, se espera que los ingresos de las administradoras de fondos se reduzcan aún más. Por ejemplo, por cada 100 dólares que Fidelity administra para sus clientes, sus ventas han caído de 39 a 28 centavos desde 2006. Esto se explica en gran medida por la introducción de los fondos pasivos. En el caso de Fidelity, su riguroso control de los costos le ha permitido sortear esa caída, de tal forma que las ganancias operativas únicamente se han reducido ligeramente, de ocho a seis centavos. Pero los márgenes de ganancias continuarán reduciéndose. “Si los márgenes de las 20 principales empresas administradoras de activos se redujeran al nivel de los de BlackRock, sus ganancias caerían a aproximadamente la mitad”. Además, la tecnología plantea otras amenazas para el sector.

Aun si estas dificultades son superadas, es probable que numerosas empresas de otros sectores entren a disputarse los clientes de las administradoras de activos. Algunas de estas pueden ser bancos (como JPMorgan Chase); otras pueden ser Alphabet o Facebook, que hasta el momento no lo han hecho pero podrían entrar al negocio. “En medio del cambio tecnológico es fácil suponer que muchas empresas de la mayor parte de las industrias serán barridas. Sin embargo, Fidelity muestra un punto importante: esos grupos pueden ser más resistentes de lo que uno podría esperar. La historia, la cultura y la marca, combinadas con la apertura hacia la tecnología y la voluntad de adaptación, son una poderosa mezcla”.

Datos cruciales: 

"Desde el año 2000, los clientes han removido aproximadamente 2.5 billones de dólares de los fondos activos y han colocado una magnitud similar en fondos pasivos. Aproximadamente dos quintas partes de los activos globales se administran de forma pasiva; en 2000 la administración pasiva era de cero”.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Debido a los acelerados avances de la microelectrónica y el internet, la asesoría financiera y el manejo de activos –otrora actividades prestigiosas y con elevadas remuneraciones– se han vuelto prácticamente prescindibles y están en peligro de desaparecer, al igual que está sucediendo con los taxis y los hoteles.

Ante la previsible caída en los márgenes de ganancia de las administradoras de activos, es probable que la competencia asuma nuevas formas en el sector: desde la agudización de las ya observadas fusiones entre grandes administradoras –lo que hace que la competencia se dé entre un puñado de gigantes– hasta la incorporación de nuevos sujetos provenientes de otras industrias. En ambos casos la lógica parece ser la misma: frente a un capitalismo poco dinámico, la disputa no es principalmente por la expansión sino por la redistribución de la riqueza ya existente.

En estos ejemplos vemos desplegarse la abstracción del capital: capital que se "invierte" casi sin intervención humana directa, a través de cálculos automatizados, aumentando los riesgos de un quiebre sistémico de la finanzas mundiales.