Unnatural selection. China's state enterprises are not retreating but advancing. That is bad for China and the world

Cita: 

The Economist [2017], "Unnatural selection. China's state enterprises are not retreating but advancing. That is bad for China and the world", The Economist, London, 22 de julio, https://www.economist.com/news/leaders/21725295-bad-china-and-world-chin...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Julio 22, 2017
Tema: 
El crecimiento y consolidación de las empresas chinas de propiedad estatal
Idea principal: 

Durante los últimos cuarenta años la economía china ha sido objeto de un constante proceso de reforma cuya trayectoria ha tendido hacia una mayor liberalización, en la que las fuerzas del mercado tienen una importancia cada vez mayor. Este proceso ha tenido, por supuesto, algunos retrocesos ocasionales. No obstante es claro que "desde inicios de la década de 1980, las empresas privadas han crecido mucho más rápido y han sido mucho más rentables que el sector estatal". En ese entonces, las compañías de propiedad estatal daban cuenta de cuatro quintas partes del producto total; hoy representan menos de una quinta parte del mismo.

El objetivo declarado de Xi Jinping cuando asumió la presidencia de China en 2013 fue dar continuidad a este proceso y dar a las fuerzas del mercado un papel decisivo en la asignación de los recursos. Sin embargo, contrario a lo que se dijo, el retiro de las empresas de propiedad estatal se ha estancado y, en algunos aspectos, incluso se ha revertido. China tiene aún más de 150 mil empresas de propiedad estatal, cuya participación en los activos industriales del país es de alrededor de 40%. Por otra parte, los bancos de propiedad estatal dan cuenta de la mitad del crédito bancario. Desde 2015, la inversión de las empresas estatales ha sido mayor que la de las empresas privadas, como consecuencia de que cuando la economía se desacelera el estado presiona a aquellas para que gasten más.

Aun cuando Xi Jinping continúa insistiendo en la necesidad de reformar este estado de cosas, en particular en lo que respecta al endeudamiento de las empresas estatales, muy pocas de sus iniciativas están destinadas a adelgazar el sector estatal. En particular, dos medidas que se están impulsando apuntan en la dirección contraria. Una consiste en fusionar las empresas de propiedad estatal que compiten entre sí o cuyas actividades son complementarias; esta medida, lejos de disminuir el tamaño del sector estatal en la economía y de eliminar la sobrecapacidad apunta a generar nuevos gigantes nacionales que echarán mano de las economías de escala. La otra tendencia preocupante es la proliferación de compañías de "inversión y operación de capital estatal", que funcionan como fondos de inversión en acciones privadas operados por el estado que extienden la influencia de este a otras áreas de la economía.

Este crecimiento y consolidación de las empresas estatales es peligroso y nocivo no sólo para China sino para todo el mundo. En lo interno es negativo porque, como demuestra la evidencia, las empresas de propiedad estatal tienen un peor desempeño que las empresas privadas, por lo que su crecimiento sólo "significará mayor ineficiencia y un crecimiento más lento en el largo plazo". Asimismo, esta tendencia es negativa porque las empresas estatales son uno de los principales culpables del crecimiento de la deuda corporativa en China (que el año pasado representó el 170% del PIB de ese país); si su crecimiento continúa, es probable que la deuda aumente también. En lo externo, la consolidación de las empresas estatales chinas es negativa porque el aumento de sus ventas al exterior puede provocar una reacción negativa por parte de los países hacia los que exportan: "con sus finanzas turbias y sus privilegios internos, las empresas estatales chinas son fácilmente acusadas de tener ventajas injustas cuando se lanzan al exterior. Eso podría alimentar el espíritu proteccionista o podría provocar que otros países aumentaran el apoyo estatal hacia sus propias empresas".

Algunas personas creen que el patrón se repetirá y que esta etapa de consolidación de las empresas estatales será seguida por una etapa de reformas liberalizadoras. Desafortunadamente, este optimismo es infundado, pues el fortalecimiento de las empresas de propiedad estatal es consistente con el deseo mostrado por Xi Jinping por ejercer un control cada vez mayor de todos los aspectos de la sociedad. "Los líderes previos han manejado la tensión entre una economía que se liberaliza y una obsesión con la estabilidad a través de una mezcla de crecimiento acelerado y represión política. El señor Xi no desea cambiar esa receta. Sin embargo, está haciendo algo más radical: está revirtiendo la retirada del estado de la economía".

Datos cruciales: 

A inicios de la década de 1980, las compañías de propiedad estatal daban cuenta de cuatro quintas partes del producto total; hoy representan menos de una quinta parte del mismo.

En 2017, China tiene más de 150 mil empresas de propiedad estatal.

La participación de las empresas chinas de propiedad estatal en los activos industriales es de alrededor de 40%.

Los bancos chinos de propiedad estatal dan cuenta de la mitad del crédito bancario en aquél país en 2017.

Nexo con el tema que estudiamos: 

En contraposición al credo liberal, el liderazgo chino sigue estimulando la concentración y el sector estatal fuertemente controlado. Frente al estancamiento global y las tendencias proteccionistas, ésa parece una estrategia eficiente, en particular si las empresas estatales logran expandirse internacionalmente. El desafío de controlar las ineficiencias propias de las grandes organizaciones administradas estratégicamente y no con una lógica estrictamente de producción de ganancias, se complementa con el estímulo a la corrupción y la burocratización. En esos ejes transcurre la construcción del capitalismo chino y su internacionalización.

En escala mundial, el eventual éxito del sector estatal en China puede estimular imitaciones en otras economías, fortaleciendo la ola proteccionista encabezada por el gobierno de Trump en Estados Unidos.