The human cumulus. Artificial intelligence will create new kinds of work. Humans will supply digital services to complement AI

Cita: 

The Economist [2017], "The human cumulus. Artificial intelligence will create new kinds of work. Humans will supply digital services to complement AI", The Economist, London, 26 de agosto, https://www.economist.com/news/business/21727093-humans-will-supply-digi...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Agosto 26, 2017
Tema: 
Las transformaciones en el proceso de trabajo que traerá consigo la inteligencia artificial
Idea principal: 

Desde hace más de 500 años, las innovaciones tecnológicas han traído periódicamente consigo un miedo en cuanto a su impacto sobre el empleo. La más reciente de estas oleadas de miedo y ansiedad está relacionada con la llegada de la inteligencia artificial (IA). “Una vez más, sin embargo, la tecnología está creando demanda de trabajo. Por ejemplo, cada vez más personas están proveyendo servicios digitales en línea a través de lo que a veces se llama la ‘nube humana’ [human cloud]. En contra de lo que la intuición podría indicar, muchos lo están haciendo en respuesta a la IA”.

Según el Banco Mundial, actualmente más de 5 millones de personas trabajan ya de forma remota en mercados en línea como Freelancer y UpWork. Estos empleos van desde el diseño de páginas web hasta la elaboración de documentos legales, y comúnmente reciben pagos de al menos unos cuántos dólares la hora. También hay otro tipo de servicios como Mechanical Turk –operado por Amazon– en el que aproximadamente 500 mil personas llevan a cabo tareas como transcribir audios y reciben unos cuantos centavos de dólar por cada tarea realizada.

Algunas de las grandes empresas tecnológicas (como Google o Microsoft) emplean a miles de personas –comúnmente mediante empresas subcontratadas– para que controlen el uso y calidad de sus propios servicios o para que trabajen con algoritmos de búsquedas. Diversas tendencias apuntan a que el número de personas empleadas en este tipo de actividades aumentará. Una de estas causas es la creciente demanda de “moderar el contenido” disponible en línea, como sucede en Alemania. En estas circunstancias, Facebook ha anunciado que aumentará el número de sus moderadores de contenido en el mundo de 4 mil 500 a 7 mil 500.

Aunque el uso de IA eliminará algunos de estos trabajos (como el de transcribir audios, tarea en la cual ha mostrado ser más eficiente que los humanos), creará también una amplia demanda de otros tipos de trabajos digitales. Esta tecnología requerirá de complejos algoritmos y de información que serán hechos por humanos. Por ejemplo, para que un auto sin conductor pueda funcionar es necesario que reconozca señalamientos viales y a los peatones; para ello, se requiere de algoritmos que hagan que este “vehículo autónomo” reconozca a las señales viales y a los transeúntes como tales. Una vez que el algoritmo es puesto a funcionar, es necesario que los humanos revisen si funciona bien y que hagan algunos ajustes para mejorar su funcionamiento. Miles de personas se encuentran ya ocupadas haciendo este tipo de labores.

Otro ejemplo de estos “trabajos digitales” está dado por la startup CrowdFlower, cuyos trabajadores se dedican a clasificar las consultas hechas por correo electrónico por los usuarios según su contenido u otros criterios. Esta información alimenta un algoritmo que puede hacer frente a la mayor parte de las consultas. No obstante, las preguntas más complicadas son direccionadas para que las responda un humano. Se podría pensar que la constante mejora en los algoritmos terminará por desplazar a los humanos, pero “es poco probable que esto suceda pronto, si es que alguna vez sucede”. Aunque los algoritmos se volverán “más inteligentes”, podrán llevar adelante exitosamente tareas rutinarias y serán capaces de “aprender por sí mismos”, los humanos serán necesarios para entrenar a los algoritmos, para hacer frente a las excepciones que no puedan ser manejadas por éstos y para desarrollar tareas más complicadas.

Incluso, algunos estudiosos prevén el surgimiento de empresas virtuales cuyo personal es contratado en línea para proyectos específicos como el desarrollo de aplicaciones para smartphones. “Trabajar en ‘organizaciones instantáneas’ [flash organizations] como esas podría ser divertido. No obstante, muchos temen que la nube humana creará un proletariado global digital”. La experiencia muestra que los moderadores de contenido padecen de agotamiento tras revisar contenido sospechoso en las redes sociales por periodos prolongados. Por otra parte, si bien es cierto que estas plataformas online crean nuevas fuentes de empleo, particularmente en los países pobres, no es menos cierto que “estos servicios traen consigo bajos salarios”. Por ello, los gobiernos deben ser cuidadosos sobre cuándo y en qué condiciones promover programas para el empleo digital (en Kenia, el gobierno está entrenando a más de un millón de personas para que tengan uno de estos empleos en línea).

Aún no es claro cómo será el mundo con la llegada de la inteligencia artificial. Lo que sí es claro es que ésta traerá consigo grandes cambios.

Datos cruciales: 

“De acuerdo con el Banco Mundial, más de 5 millones de personas ya ofrecen trabajos remotos en mercados en línea […]”.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Desde sus orígenes, la tecnología puesta al servicio del capital, lejos de tener como finalidad el mayor disfrute humano y de permitir una mayor disponibilidad de tiempo libre, ha sido puesta en función de la maximización de las ganancias. No es claro si la irrupción de la inteligencia artificial traerá consigo una destrucción absoluta o (sólo) relativa de puestos de trabajo. Lo que es inocultable –y de hecho hay un reconocimiento explícito por parte del semanario liberal The Economist al respecto– es que los empleos que crearán las nuevas tecnologías con la llegada de la inteligencia artificial serán en general empleos en los que los salarios serán bajos y las prestaciones laborales nulas. Frente a la crisis civilizatoria, la promesa la modernidad capitalista no es ya la generalización del bienestar material para el conjunto de la sociedad planetaria. Esa promesa –una de las justificaciones ideológicas de la ampliación del capitalismo– ha quedado en el olvido.