Rise of the Aramcons. Behind the veil of Saudi Aramco. The biggest oil company has a good story to tell—if it can disentangle its image from that of the kingdom

Cita: 

The Economist [2017], "Rise of the Aramcons. Behind the veil of Saudi Aramco. The biggest oil company has a good story to tell—if it can disentangle its image from that of the kingdom", The Economist, London, 23 de septiembre, https://www.economist.com/news/briefing/21729429-industries-and-consumer...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Septiembre 23, 2017
Tema: 
La situación de Aramco, la empresa petrolera más grande del mundo, frente a su posible oferta pública inicial
Idea principal: 

En las profundidades de la instancia llamada Planificación y Programación de la Oferta de Petróleo (OSPAS, por sus siglas en inglés) de la empresa saudí Aramco se ubica su “centro nervioso”. Con más de 100 mil sensores y puntos de información en pozos petroleros, ductos, refinerías y plantas, desde ahí se monitorea y dirige cada gota de petróleo y cada pie cúbico de gas que sale de la empresa petrolera más grande del mundo (que produce el 10% de la oferta mundial de petróleo). En Aramco justifican semejante inversión en tecnología y en capacidad de cómputo porque –al contrario de empresas como ExxonMobil, que operan en más de 40 países y para las cuales hacer inversiones de este tipo sería inviable– tienen todas sus operaciones en un solo país y eso les permite ahorrar costos.

Este tipo de comparaciones se volverán cada vez más comunes y pertinentes conforme Aramco se prepara para una oferta pública inicial. Hasta hace muy poco, la empresa estaba completamente cerrada al escrutinio por parte del exterior, lo que creaba sobre ella “más una mística que una buena reputación”. Ahora, el velo que cubría su rostro se va levantando parcialmente. Sin embargo, algunas cuestiones clave como sus finanzas son desconocidas para todos excepto para el gobierno, su único accionista.

A pesar de su hermetismo, Aramco tiene mucho por decir. En un contexto en que sus rivales han hecho recortes por los bajos precios del petróleo, la petrolera árabe se ha apegado a sus planes de largo plazo, “haciendo grandes inversiones en tecnología, capacitaciones y en el futuro del petróleo”.

La gran inversión en tecnología que ha hecho Aramco le permite tener un mejor aprovechamiento de las reservas de petróleo (reservas, que, dicho sea de paso, equivalen a más de 260 miles de millones de barriles de petróleo, y son doce veces mayores que las de ExxonMobil, el rival más cercano a Aramco en este indicador). Así, mientras otras empresas tienen que hacer grandes inversiones en lugares lejanos para ampliar sus reservas, Aramco puede mantener constantes sus enormes reservas y mejorar el aprovechamiento y administración de los campos existentes. Por ejemplo, la “tasa de recuperación” promedio de la compañía (esto es, la cantidad de petróleo que se obtiene en relación al petróleo disponible en los pozos) es de 50% y alcanza máximos de 70%, comparado con un promedio mundial de aproximadamente 33%. Esto se consigue manteniendo la presión al interior de los pozos mediante la re-inyección de gas y otros medios. “La elevación de las tasas de recuperación a un promedio de 70% elevaría las reservas en 80 mil millones de barriles, dice un ejecutivo. Esto equivale a cuatro veces el total más reciente de ExxonMobil”.

Al contrario que el resto de las empresas petroleras, que redujeron sus planes de crecimiento con la caída en los precios del petróleo, Aramco ha podido seguir invirtiendo debido a sus bajos costos de producción. La prioridad de las nuevas inversiones ha sido aumentar la producción de gas natural, pero también se ha aumentado la producción de petróleo en algunas áreas. La segunda prioridad en la estrategia de la empresa ha sido la inversión en tecnología. A diferencia de las empresas petroleras occidentales, que desperdiciaron la oportunidad de invertir en tecnología durante el boom en el precio del petróleo previo a 2014, Aramco invirtió en capacidad de cómputo y en el desarrollo de técnicas de perforación remota. En tercer lugar, a pesar de que Aramco es el empleador más atractivo de Arabia Saudita y de que tiene menos problemas que sus pares occidentales para atraer a los millenials a sus filas, la inversión en becas internacionales para los jóvenes estudiantes no ha cesado a pesar del desplome en los precios del petróleo. Además, en Aramco hay planes para elevar la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo de la empresa de 25% a 40%.

Los trabajadores de Aramco –conocidos como Aramcons– están orgullosos de su cultura empresarial occidental, que viene desde sus predecesores estadounidenses previos a la nacionalización. Su historia les hace sentirse confiados ante los retos que plantea su futura incorporación a las bolsas de valores. Incluso el director ejecutivo de Aramco, Amin Nasser, considera que lo único que cambiaría en la empresa al cotizar en bolsa sería que tendrían que entregarse estados financieros de manera trimestral.

Obviamente esa afirmación es una infravaloración de los retos por venir. Algo que es necesario tener en cuenta es que el destino de Aramco no depende de la empresa en sí si no de su principal accionista, el gobierno saudí, representado por el príncipe heredero Muhammad bin Salman. La tensión política interna y las fricciones con Qatar amenazan con postergar la oferta pública inicial de Aramco hasta 2019 y, por tanto, con enturbiar el panorama para la empresa.

Otro tema polémico gira en torno a la valuación potencial de la empresa. El príncipe bin Salman ha dicho que Aramco vale 2 billones de dólares, pero algunos analistas consideran que esa cifra es demasiado ambiciosa, particularmente porque las divisiones de refinería y petroquímica de la empresa ofrecen márgenes de ganancia reducidos y eso afecta negativamente la valuación. La definición del mercado en el que la empresa emitirá sus acciones es también un tema contencioso; es probable que la empresa cotice en la bolsa de New York porque en el mercado estadounidense hay mayores sumas de capital, pero la idea de atraer inversionistas chinos está haciendo que el reino considere la emisión de algunas acciones en Hong Kong.

Para The Economist, “en suma, la oferta pública inicial es más para el beneficio del reino que para el de Aramco”. La incorporación en las bolsas de valores traerá consigo desventajas que Aramco no conoce: la participación de inversionistas con horizontes temporales limitados y de “inversionistas activistas” hostiles a los combustibles fósiles. A pesar de ello, los Aramcons tienen la determinación de sobreponerse a las dificultades. Y los ejecutivos sostienen que a pesar de la emergencia de los autos eléctricos y de fuentes de energía más limpia, “el futuro del petróleo es brillante”.

Datos cruciales: 

Las reservas declaradas de petróleo de Aramco equivalen a más de 260 miles de millones de barriles de petróleo, y son doce veces mayores que las de ExxonMobil, el rival más cercano a Aramco en este indicador.

La “tasa de recuperación” promedio de Aramco (esto es, la cantidad de petróleo que se obtiene en relación al petróleo disponible en los pozos) es de 50% y alcanza máximos de 70%, comparado con un promedio mundial de aproximadamente 33%.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Aramco apuesta por la tecnología y la occidentalización para mantener su posición como primer productor de petróleo del mundo. Esta empresa cuenta con una situación única en la competencia mundial pues sus reservas están concentradas territorialmente y sus costos de producción están entre los más bajos del mundo. En el horizonte no se ven desafíos a su liderazgo por la alianza de Arabia Saudita con Estados Unidos.