Firms under fire. The big companies caught up in South Africa's 'state capture' scandal. Doing business with the Guptas can seriously damage your reputation

Cita: 

The Economist [2017], "Firms under fire. The big companies caught up in South Africa's 'state capture' scandal. Doing business with the Guptas can seriously damage your reputation", The Economist, London, 7 de diciembre, https://www.economist.com/news/briefing/21732087-doing-business-guptas-c...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Jueves, Diciembre 7, 2017
Tema: 
Grandes compañías envueltas en escándalos en Sudáfrica
Idea principal: 

En Sudáfrica, varias firmas globales han visto dañada su reputación. Por ejemplo, Bell Pottinger, una compañía británica de relaciones públicas, fue destruida por su trabajo sobre los Guptas. Los Guptas son una familia de negocios sudafricana, con raíces de India, quienes son dueños prominentes de la mayoría de negocios de informática, medios y minería en Sudáfrica. Bell Botinger atacó a los Guptas diciendo que estaban motivados por “capital monopolista blanco” en vez de concentrarse en cuestiones morales e íntegras. La firma,abandonada por los clientes, ahora ha sido llevada ante la justicia.

De acuerdo al discurso en el parlamento de Peter Hain, un noble británico, 84 millones de rands (8 millones de dólares) garantizados por el Estado y destinados para invertir en una granja diaria, fueron transferidos hacia la cuenta Standard Chartered de una firma de los Gupta, después se transfirieron hacia la cuenta de otra compañía de los Gupta llamado Accurate Investments (ambas cuentas han sido cerradas desde entonces); 2.6 millones de dólares regresaron a Sudáfrica a través de una empresa llamada Linkway Trading, la cual se usó para pagar una boda de los Gupta. El dinero fue registrado como un gasto de negocios. El auditor de Linkway era KPMG, y la empresa desde entonces ha dicho que el trabajo de su auditor en el caso Linkway “se encontró por debajo de las expectativas de calidad”.

Un reporte de KPMG también dio crédito a las reclamaciones de que la unidad de búsqueda e investigaciones del Servicio de Ingresos Sudafricanos (SARS por sus siglas en inglés) se “volvieron rebeldes”, lo que condujo a cargos en contra de Pravin Gordhan, ex primer ministro sudafricano. KPMG ha dicho desde entonces que la evidencia no dio soporte a la conclusión de que Gordhan sabía de la existencia de una unidad “rebelde”, y de que se arrepentía del impacto de su reporte. Aún así, Gordhan no está en paz, ya que la disculpa, escribió en un artículo de periódico, no fue suficiente. “El escrito y la colaboración sobre-entusiasta del personal directivo de KPMG… y su colusión con nefastos personajes en SARS, de hecho contribuyeron a la 'captura de estado' y dieron legitimidad a la victimización de buenos, honestos profesionales y administradores.”

Como resultado de esto, el directivo, jefe ejecutivo, jefe operativo en Sudáfrica y cinco socios han salido de la empresa; KPMG está devolviendo 23 millones de rands por el reporte SARS, y están donando 40 millones de rands. Además de que han perdido muchos clientes en Sudáfrica.

Otro ejemplo es la empresa Mckinsey, quien obtuvo un contrato para proveer a Eskom de servicios de consultoría, junto con Trillian, una firma que en ese tiempo era mayoritariamente de Salim Essa, un asociado de negocios de los Guptas. El trato se cayó después de seis meses, después de que Eskom le pagara a McKinsey mil millones de rands y a Trillian 564 millones de rands. McKinsey dijo que su trabajo justificaba los precios; pero la pregunta principal no es si se debió de haber pagado tanto dinero, la pregunta es si Trillian fue una subcontratadora para Mckinsey bajo el “programa de desarrollo del proveedor” (SDP por sus siglas en inglés), que requiere de las grandes compañías de comprometerse con las empresas locales; y si esto es cierto, la siguiente pregunta es si Trillian hacía un trabajo real. Si no era cierto, sus costos son exagerados.

El ex director de Trillian le pidió a Geoff Budlender, un abogado sudafricano, producir un reporte sobre el tema. McKinsey le dijo Budlender que Trillian no era una subcontratadora, pero un socio de McKinsey escribió en una carta al presidente de Eskom diciendo que “McKinsey ha subcontratado una porción de los servicios para trabajar bajo el consentimiento de Trillian.”

David Finde, director de los sectores públicos y sociales de McKinsey a nivel mundial, le dijo a un comité parlamentario sudafricano que investigaba la captura de estado por Eskom, que la carta diciendo que Trillian era una subcontratadora era inexacta. Pero el Sr. Budlender concluyó, “que la negativa de McKinsey [de que Trillian es una sucontratadora] es falsa. El por qué hicieron una negativa falsa es lo que tienen que explicar.”

Corruption Watch, una ONG, pronto presentará este caso al Departamento de Justicia de Estados Unidos. Su queja es que “el acto de McKinsey de aceptar la sociedad con Trillian con el propósito de obtener el contrato con Eskom, disfrazado como un plan de desarrollo, representa un acto de corrupción bajo el Acta de Prácticas de Corrupción en el Extranjero (FCPA por sus siglas en inglés). McKinsey rechaza “cualquier afirmación de que estemos involucrados en sobornos o corrupción relacionados con nuestro trabajo en Eskom”.

De acuerdo a Lord Hain, HSBC falló en cerrar las cuentas ligadas a los Gupta, aunque personal en Sudáfrica alertara de transacciones sospechosas. HSBC dice que “ha cerrado las cuentas de compañías asociadas con los Gupta en cualquier parte en que se encontraran”. El problema ha tenido repercusiones particularmente importantes en Estados Unidos, en donde una persecución de cinco años, resultado de acusaciones contra HSBC por no prevenir lavado de dinero, concluirá en diciembre de 2017; si HSBC rompió la ley estadounidense de nuevo se enfrentará a un nuevo proceso legal.

Después de las revelaciones en #Gutpaleaks, SAP, una firma de software alemán, lanzó una investigación interna y encontró que había pagado 6.6 millones de dólares en comisiones a compañías ligadas a los Gupta para contratos con empresas gubernamentales. Se reportó a sí misma al Departamento de Justicia de Estados Unidos y a la Comisión de Valores e Intercambio para posibles infracciones del FCPA, ha disciplinado a tres empleados, y no pagará más comisiones a empleados que han asegurado contratos en países que están mal evaluados por el Indicador de Percepciones de Corrupción de Transparencia Internacional.

Datos cruciales: 

De acuerdo al discurso en el parlamento de Peter Hain, un noble británico, 84 millones de rands (8 millones de dólares) garantizados del Estado, designados para invertir en una granja diaria, fueron transferidos hacia la cuenta “Standard Chartered” de una firma de los Gupta

Como resultado de esto, el directivo, jefe ejecutivo, jefe operativo en Sudáfrica y cinco socios han salido de la empresa; KPMG está devolviendo 23 millones de rands por el reporte SARS, y está donando 40 millones de rands.

Nexo con el tema que estudiamos: 

África es uno de los principales feudos del "capitalismo de amigos" y Sudáfrica es uno de los principales exponentes. La aparente paradoja que representa el impulso de las políticas liberalizadoras desembocando en escándalos de corrupción muestra que la lógica de la acumulación capitalista pasa por encima de todas las leyes. Ante el estancamiento secular, incluso las grandes corporaciones apuestan por las prácticas fraudulentas y obtienen grandes ganancias gracias a la "benevolencia" de las autoridades: la proporción de empresas castigadas por sus fraudes es muy baja en relación a las enormes ganancias obtenidas, como lo muestran los casos citados en el artículo.