Can China’s Companies Conquer the World? The Overlooked Importance of Corporate Power

Cita: 

Ghemawat, Pankaj y Thomas Hout [2016], "Can China’s Companies Conquer the World? The Overlooked Importance of Corporate Power", Foreign Affairs, New York, marzo-abril, https://www.foreignaffairs.com/articles/united-states/can-chinas-compani...

Fuente: 
Artículo científico
Fecha de publicación: 
Martes, Marzo 1, 2016
Tema: 
¿Puede China convertirse en la potencia líder de la economía mundial?
Idea principal: 

Muchos economistas y analistas piensan que China se encuentra en un periodo en el cual logrará superar a Estados Unidos y tomará el lugar de éste, como principal potencia económica del mundo. Aunque esta creencia ha generado un grado de consenso amplio en ambos lados del Pacífico, aquellos que la difunden descuidan la relación entre el poder económico y el poder empresarial, los cuales están estrechamente relacionados y donde China, en cuestión del poder empresarial está aún muy por detrás de Estados Unidos.

Si se inicia el análisis desde los datos macroeconómicos estos resultan ser impresionantes. Algunos ejemplos de esto son: el Producto Interno Bruto (PIB) de China tiene posibilidades de superar al PIB de Estados Unidos, aunque quizás esto se logre hasta 2028. También, el gobierno chino tiene más de 3 billones de dólares en reservas de divisas, esto lo convierte con facilidad en la mayor tenencia del mundo. Además, si se compara el volumen de comercio de China con el de Estados Unidos nos daríamos cuenta que de las 180 naciones de las cuales son socios comerciales, China es el mayor socio comercial de 124, entre las que se encuentran aliados estratégicos de Estados Unidos. Por último, para muchos países, China representa el mayor inversionista, constructor de infraestructura y banquero, en especial en el mundo en desarrollo.

Los sólidos datos macroeconómicos chinos solo representan parcialmente la realidad. Su proceso de recuperación puede ser más largo de lo que se cree y su éxito económico no representa en realidad su victoria sobre Estados Unidos el el plano económico. El problema es que los datos macroeconómicos reflejan el poder económico, pero no en su totalidad. Estos datos no reflejan al mundo de las empresas y las industrias quienes son creadoras de crecimiento y riqueza, un análisis del desempeño de éstas arroja cuáles son los obstáculos que China debe enfrentar.

Como en Estados Unidos, las empresas en China representan aproximadamente tres cuartas partes del PIB. En este sentido las empresas multinacionales controlan 80% de las exportaciones mundiales y de la inversión extranjera directa, esto nos habla de la importancia que tiene el poder empresarial dentro del poder económico.

La fuerza de la economía china es producto del crecimiento explosivo de los fabricantes a bajo costo. A esto se suma que el estado chino creó condiciones beneficiosas para el mercado a través de la construcción de infraestructura, políticas de atracción de inversión extranjera directa y manteniendo relativamente bajo el valor del yuan. Sin embargo, para tener éxito los fabricantes chinos tendrán que superar en algunos rubros a la competencia en otros países. Si China pretende superar a la economía de Estados Unidos y transformarse en la economía más poderosa del mundo tendrá que superar a éste en los sectores de bienes de capital y en alta tecnología.

En un inicio el fortalecimiento comercial chino se basó en la subcontratación laboral que muchas empresas de Europa y Estados Unidos realizaron en China, sin embargo estas empresas se dedican a la producción de bienes de baja tecnología. Para lograr un éxito en bienes de capital y alta tecnología es necesario que las empresas chinas desarrollen capacidades para conocer mejor al cliente, dominar las diferentes gamas de tecnología y administrar una cadena de suministro global. A diferencia del sector manufacturero donde China compite, el sector de bienes de capital y alta tecnología aún se encuentra dominado por las grandes multinacionales con sede en Japón, Corea del Sur, países de la Unión Europea o Estados Unidos. Frente a estos competidores, algunas grandes ventajas como la gran disponibilidad de fuerza de trabajo, importan menos.

En ese sentido el poder económico de China y el lograr vencer a Estados Unidos dependerá menos del crecimiento de su Producto Interno Bruto y más del progreso que logren las empresas chinas en la producción y venta de bienes de capital y alta tecnología. China se enfrenta a la dependencia tecnológica que tiene con los estados de Occidente.

China en los últimos años ha tenido un logro significativo para el aumento de su participación en el campo de los bienes de capital y de alta tecnología. Teniendo una gran participación en sectores como son las grúas portuarias, los equipos de energía de carbón, las turbinas para la generación de energía eólica, etc. Junto con esto la Iniciativa para la construcción del tren de la Ruta de la Seda ofrecerá a los productores chinos ventajas que se complementarán con las ayudas que el gobierno chino le ha dado a las empresas locales a través de políticas de restricción de venta de bienes capital y servicios a compañías occidentales, y a las políticas de exigencia de transferencia de tecnología a empresas chinas. Aún con este panorama, China todavía no es un gran competidor en este sector.

El problema radica en el bajo perfil que tienen las empresas chinas, estas absorben tecnologías, simplifican la producción y adaptan los diseños avanzados para generar otros más básicos y a menor costo. Mientras tanto las empresas occidentales mantienen un perfil alto basándose en un desarrollo del conocimiento profundo de las necesidades de los clientes, realizando diseño que incorpore nuevas tecnologías y dominando las cadenas de suministro global.

China representa un lugar de interés para observar cómo se lleva a cabo la competencia directa ya que representa el mercado más grande del mundo para la mayor parte de los productos del mundo y que en su territorio convergen las empresas más importantes del mundo. Las muestras de este mercado denotan que las empresas chinas aunque son líderes en la mayor parte de las industrias, no lo son en aquellas que involucran desarrollo tecnológico, marketing e inversiones en Investigación y Desarrollo superior al 6%. Otra cosa que delata el mercado chino es el poco movimiento que hay en los líderes de la industria, en la misma muestra de 44 sectores industriales, en los últimos 10 años China solo ha superado a las empresas extranjeras en dos.

Aunque China lidera actualmente la exportación de celulares y computadoras portátiles no existe un argumento sólido para considerarlo el primer exportador de dispositivos de alta tecnología. Del total del valor del celular solo 15% como máximo corresponde al valor agregado en China, ya que las empresas extranjeras se encargan del diseño y producción, y las empresas chinas solo del ensamble y empaque de estas partes.

El lugar predominante de los corporativos multinacionales en bienes de capital y alta tecnología está basado en en los sistemas abiertos de innovación y en la inversión extranjera directa en operaciones de escala global, pero que responden a necesidades localizadas. Para que las empresas chinas disputen un lugar a las empresas estadounidenses tendrán que desarrollar estas cualidades en sus propias versiones.

Ante esta problemática el gobierno chino ha lanzado el programa “Made in China 2025”, el cual busca transformar al país en un centro de fabricación mundial, con características innovadoras y responsable con el medio ambiente. El objetivo principal representa crear 40 centros de innovación en diez sectores industriales. Si el gobierno cumpliera las pautas del plan, en los próximos diez años el gasto público y privado chino en Investigación y Desarrollo podría superar al de Estados Unidos.

Sin embargo, el gasto de Investigación y Desarrollo no es único factor importante. Para que China pueda tener éxito en la producción de bienes de capital y alta tecnología necesita producir una larga cadena de apoyo institucional, social y legal, a través, principalmente, de programas de posgrado de calidad, flujo abierto de información en revistas especializadas y políticas de protección intelectual confiables. A esto se suma el diseño avanzado, la ingeniería innovadora y la colaboración con clientes.

En cuanto a los posgrados, Estados Unidos ofrece excelentes programas en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, los cuales crean flujos de migración en busca de calificación de todo el mundo. Los estudiantes chinos de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas en este sentido son más propensos de permanecer en Estados Unidos. En lo que respecta a las revistas, en Estados Unidos el flujo se da de manera constante y en tema de propiedad intelectual las regulaciones crean condiciones en las cuales los científicos pueden beneficiarse mucho.

En este sentido no existen motivos reales para creer que Estados Unidos perderá pronto su ventaja tecnológica, sin embargo si esta llegara a desacelerarse los competidores chinos podrían sacar ventaja a través de los bajos costos de producción. Inclusive, China no perderá sus ventajas con el aumento de los salarios y la apreciación del yuan.

Otra de las claves económicas de Estados Unidos es un capacidad de invertir en los mercados extranjeros. Actualmente la inversión externa directa de las empresas de Estados Unidos, pero también de la Unión Europea y Japón va a la alza. De lado chino con un ingreso tardío, los corporativos chinos empiezan a seguir este modelo. Aunque para 2019 se prevé que la inversión china llege a 2 billones de dólares de inversión extranjera directa acumulada, esta cifra solo representa un tercio de la cifra de inversión extranjera directa de Estados Unidos.

Frente a las dificultades, China ha llevado a cabo una estrategia de inversión extranjera directa más arriesgada que la que llevan los países de Occidente. China destina sus inversiones a países en desarrollo en África, Asia, América Latina y el Medio Oriente. Ante mayores riesgos, parece que los chinos están más dispuestos a negociar. Frente a las críticas del politólogo David Shambaugh que considera a China como un “poder solitario”, debido a la carencia de China de aliados cercanos, las inversiones representan una estrategia para el cambio de imagen.

De esta manera, mientras los defensores de la opinión de que China dominará próximamente la escena económica ven en Estados su movimiento lento, mercados desordenados y estancamiento político, en China ven una potencia que va en rápida carrera producto de la planificación y la estrategia. Sin embargo esta visión que se torna simplista deja de lado el poder de las empresas. El poder empresarial y financiero no pueden dejarse de lado, ya que representa el área de competitividad, de productividad universitaria, etc. Aunque existen factores internos en Estados Unidos, los cuales amenazan el poder empresarial su posición parece aún sólido.

El argumento de la inevitabilidad del dominio chino en este sentido representa un argumento que aún carece de fundamentos. Aunque China va ganando fuerza, el proceso de ascenso aún es largo. El futuro en este sentido es incierto y depende de las acciones de las multinacionales y los gobiernos, para saber usar de manera asertiva sus ventajas.

Datos cruciales: 

Es probable que el Producto Interno Bruto chino supere al de Estados Unidos, sin embargo esto no se logrará por lo menos hasta el 2028, un promedio de entre cinco y diez años más tarde de lo que los analistas habían propuesto antes del proceso de desaceleración de la economía china en 2014.

China es el mercado más grande del mundo en cientos de productos, entre los que destacan los automóviles, las centrales eléctricas y los pañales.

El gobierno chino tiene 3 billones de dólares en reserva de divisas, la mayor tenencia de reservas del mundo.

Al hacer una comparación entre 180 países que son socios comerciales de Estados Unidos y China, resulta que China representa el mayor socio comercial para 124 países, algunos de estos son aliados de importancia estratégica en cuestiones políticas y militares para Estados Unidos.

Entre 1990 y 2013 el PIB Chino creció en un aproximado de 10% anual.

Alrededor de 75% del Producto Interno Bruto, tanto de China como de Estados Unidos, lo representan las empresas.

En 2014 los productores chinos controlaban entre 50 y 75% de los mercados mundiales (incluyendo a China) para contenedores de transporte, grúas portuarias y generadores de energía de carbón. Además controlaban entre 15 y 30% de los mercados de telecomunicaciones, turbinas para la generación de energía eólica y trenes de alta velocidad.

En 2014, las exportaciones de bienes de capital y alta tecnología representaban 25% de las exportaciones de China

A pesar del aumento salarial y de los costos de la energía, las empresas chinas han logrado simplificar los procesos de manufactura para mantener una ventaja en costos que va del 10 al 30% frente a sus competidores.

La competencia que representa las empresas occidentales golpeó las exportaciones de equipos de telecomunicaciones fabricados en China, cuyo crecimiento pasó de 25% en 2010, a solo 10% en 2014.

Entre 2004 y 2011 las exportaciones chinas crecieron a un ritmo anual de 17%, mientras que con la desaceleración el promedio anual bajó a 5%

La participación de las exportaciones de bienes de capital, con la desaceleración, se han estabilizado en 25% de las exportaciones totales.

En una muestra de 44 industrias en China, las empresas chinas dominan 25 industrias (entre las que se encuentran las de paneles solares, equipo para construcción y grúas portuarias móviles). Los 19 sectores que lideran las empresas extranjeras, tienen como característica que para el éxito se necesita un desarrollo tecnológico y de marketing.

Las empresas extranjeras que operan en territorio chino son líderes en 10 de las 13 industrias en las cuales el valor de los costos en Investigación y Desarrollo son mayores al 6% de los ingresos, entre las que destacan la aeronáutica a reacción, la producción de software empaquetado y los semiconductores.

En la última década las empresas chinas, dentro del mercado chino, solo han podido desplazar en dos sectores de cuarenta y cuatro a las empresas extranjeras: hardware de Internet y turbinas eólicas.

Del valor total de los celulares inteligentes y de las computadoras, solo 15% representa el valor agregado de origen chino. Esto se debe a que las empresas chinas se dedican solo al ensamblaje y empaque de los semiconductores, software, cámaras, etc. que se fabrican en el exterior.

En 2014 el gasto en semiconductores (218 mil millones de dólares) fue superior al gasto en petróleo crudo.

En 2014 China pagó 21 mil millones de dólares por pago de regalías de tecnologías extranjeras, esta cifra es el doble del pago realizado bajo el mismo concepto en 2008.

En Estados Unidos, las corporaciones financian 75% del total del gasto de Investigación y desarrollo, los cuales han tenido aumentos del 3.5% anuales en los últimos 10 años.

En 2014, las empresas estadounidenses invirtieron 337 mil millones de dólares en mercados extranjeros, esto es igual al 10% de lo que invirtieron en el mercado interno.

Las empresas que figuran en el Índice Standard and Poor’s 500 obtienen 40% de sus ganancias de la inversión fuera de Estados Unidos.

Las empresas con sede en Estados Unidos, entre 2004 y 2014, han aumentado su inversión extranjera directa en una tasa anual del 7%, mientras que Japón lo ha hecho de manera más rápida.

A finales de 2014, China había invertido de manera acumulada 730 mil millones de dólares con expectativas a que en cinco años se multiplique a 2 billones de dólares. Esta representa solo el 33.33% de la inversión extranjera directa acumulada de Estados Unidos.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El análisis propuesto aborda una dimensión cualitativa de la competencia por el liderazgo económico mundial: la competencia entre empresas y sus resultados meso y macro económicos. Esta visión trata la complejidad de la disputa hegemónica, descrita erróneamente a partir de las cuentas nacionales y sus grandes agregados nacionales. Son las empresas y sus aglomeraciones las que en el mediano y largo plazo, crean las bases para disputar las fuentes de ganancia en escala mundial.

Como contrapunto al argumento liberal, es preciso tener en cuenta también, las posibilidades que abre el mando centralizado que caracteriza el capitalismo en China: en un escenario de competencia oligopólica, la velocidad y la contundencia en que las empresas gigantes y el estado chino pueden responder para acaparar recursos, puede compensar sus limitaciones en creación de bienes y servicios y en generación de nuevas tecnologías. Sin duda, una dificultad mayor de estas empresas es su gestión burocrática y los controles estatales que las limitan. De ahí que la competencia mundial sea un proceso muy complejo y diverso.