My truth against yours. Waging war with disinformation. The power of fake news and undue influence

Cita: 

The Economist [2018], "My truth against yours. Waging war with disinformation. The power of fake news and undue influence", The Economist, London, 27 de enero, https://www.economist.com/news/special-report/21735479-power-fake-news-a...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Enero 27, 2018
Tema: 
Las “operaciones de influencia” y la desinformación como componentes de los conflictos bélicos
Idea principal: 

La difusión de noticias falsas y de campañas de desinformación por parte de Rusia ocurre desde hacer ya varias décadas. En 1983, en plena guerra fría, un periódico pro-soviético afirmaba tener evidencia de que el Pentágono había creado el SIDA como un arma biológica y estaba listo para exportarlo a todo el mundo como una forma de controlar a los países en desarrollo. Esta historia, publicada inicialmente en un periódico marginal y poco conocido, fue replicada en los medios más importantes de más de 50 países.

En la actualidad, las campañas de desinformación se han vuelto el común denominador. En febrero de 2017, cuando apenas comenzaban las revelaciones sobre la influencia rusa en la elección presidencial estadounidense, el ministro ruso de defensa Sergei Shoigu anunció la creación dentro del ejército de unidades para conducir una “guerra informativa”. “El conflicto de información es esencialmente un componente del conflicto en general. Derivado de ello, Rusia ha hecho un esfuerzo para formar estructuras relacionadas con este asunto”, señaló. Y añadió que estas unidades son más efectivas que cualquier esfuerzo de contra-propaganda que se haya visto con anterioridad. Unas semanas antes, altos mandos de la OTAN revelaron que Rusia diseñó noticias falsas sobre violaciones de soldados alemanes en Lituania.

“El internet y las redes sociales están creando oportunidades completamente nuevas para operaciones de influencia y la manipulación masiva de la información”. Estas tecnologías, que tienen un efecto de “cámaras de eco”, permiten que las operaciones de influencia alcancen directamente a las personas que son más susceptibles a hacer caso a sus mensajes.

Facebook estima que durante y después de la campaña presidencial estadounidense más reciente la Internet Research Agency (una empresa que se especializa en la difusión de noticias falsas a favor del gobierno de ruso) fue responsable por al menos 120 páginas de internet falsas y 80 mil publicaciones que fueron recibidas por 29 millones de estadounidenses y que, tras ser compartidas, alcanzaron a 150 millones de personas (dos terceras partes del electorado). Estas publicaciones buscaban generar inestabilidad y beneficiarse de las “guerras culturales” en Estados Unidos. Otras operaciones de influencia de este tipo han tenido lugar en Europa, donde Rusia busca fortalecer a los movimientos populistas que se oponen a las normas sociales liberales. No sólo Rusia dirige operaciones de influencia contra otros países: también lo hacen los extremistas jihadistas y grupos de hackers contratados por redes criminales.

Aunque las grandes empresas de redes sociales están trabajando en plantear soluciones a este problema –como mecanismos para ubicar con mayor facilidad y rapidez la procedencia de los mensajes y publicaciones–, lo más probable es que los rusos mejorarán sus técnicas. “En otras palabras, es probable que ocurra una carrera armamentista en la guerra informativa”.

En el futuro próximo, con la ayuda de la inteligencia artificial, las “noticias falsas” serán tan realistas que podrán confundir incluso al más informado. “Los sitios web oficiales y las cuentas de redes sociales serán cada vez más vulnerables a los hackers, quienes serán capaces no sólo de provocar disturbios y caídas en los mercados financieros sino incluso de generar crisis entre países que podrían inducirlos a declararse la guerra”.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Las tecnologías digitales y el internet no sólo son uno de los espacios más rentables en el capitalismo contemporáneo; también tienen un potencial inédito para producir y amplificar la polarización social y los conflictos. Este potencial puede ser utilizado por los estados o por otros grupos para producir inestabilidad, revueltas e incluso guerras, así como para alimentar los conflictos ya existentes.

Llama la atención el maniqueísmo del semanario británico al tratar la cuestión de las guerras informativas y de las operaciones de influencia: sólo serían los rusos o los “extremistas yihadistas” quienes podrían emprender semejantes acciones.

Sobre el poder e influencia de las redes sociales y las amenazas que plantean a la convivencia social, véase: http://let.iiec.unam.mx/node/1550.