Hainan aims high. China's ambitions in space are growing. America is keeping its distance

Cita: 

The Economist [2018], "Hainan aims high. China's ambitions in space are growing. America is keeping its distance", The Economist, London, 20 de enero, https://www.economist.com/news/china/21735074-america-keeping-its-distan...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Enero 20, 2018
Tema: 
La carrera espacial en China
Idea principal: 

China tiene objetivos muy claros en la carrera espacial y piensa ser un jugar importante en ella. Su base espacial en la ciudad de Wenchang, en la isla tropical de Hainan, es la nueva plataforma de cuatro que hay en China. Esta base es crucial para las ambiciones espaciales de China ya que es la única que tiene la capacidad para lanzar su último y más grande cohete, el Long March 5, esto porque los estrechos túneles de las carreteras limitan el transporte de los componentes del cohete hacia las otras tres bases. Este cohete puede cargar hacia la órbita 25 toneladas aproximadamente, casi el doble de la máxima carga del cohete chino que se ubica en segundo lugar, y tan solo un poco menos del cohete más grande usado por la NASA, pero mucha menos carga que el Falcon Heavy, el cohete desarrollado por SpaceX, una compañía privada estadounidense.

El lanzamiento inaugural del Long March 5 en 2016 fue exitoso, pero el segundo lanzamiento el pasado verano falló minutos después del despegue. Esa falla, y otra el año pasado en donde otro tipo de cohete Long March estuvo involucrado, afectaron los avances chinos en la carrera espacial. Los oficiales esperaban lanzar cerca de 30 cohetes en 2017, pero sólo se lanzaron 18 (en Estados Unidos se lanzaron 29 y en Rusia 20). Pero prometieron mejorar en 2018, con aproximadamente 40 lanzamientos este año. Dentro de estos probablemente se incluya un tercer despegue para el Long March 5, asumiendo que se pueda corregir sus errores a tiempo, para así poder expandir el número de satélites chinos.

En los próximos dos años se podrá ver un gran progreso en los programas espaciales chinos, los cuales incluyen exploración lunar, y construir una estación espacial. En 2013 China envió robots de exploración a la superficie de la luna, el primer aterrizaje desde que Rusia y Estados Unidos descontinuaron sus esfuerzos en la década de los setentas. Hacia el final de este año China espera poner un robot en el lado más recóndito de la luna, una región nunca explorada, esa misión, planeada para 2019, tendrá como objetivo traer rocas lunares a la Tierra. También tienen a Marte en la mira, planean aterrizar un robot espacial en 2020 o antes, y traer rocas de Marte para los años treinta del presente siglo.

China también plantea el lanzamiento de un módulo central para una estación espacial permanente para 2019, y expandirlo en la próxima década, pero China se quedó sola en esto. En 2011 Estados Unidos pasó una ley que prohíbe a la NASA compartir conocimientos o recursos con sus equivalentes chinos, esto aseguró que China quedará fuera de la Estación Internacional Espacial. La razón de esta prohibición son los usos militares que China hace de su programa espacial. Por esto, China ha experimentado con dos órbitas temporales propias.

Aun así, China sigue estando muy por detrás de Estados Unidos en cuanto a objetivos espaciales, pero no parecen obsesionados por tener una carrera espacial como en la guerra fría, ya que gastan mucho menos en programas espaciales que la NASA, aunque esto no significa que no estén persiguiendo con mucho interés sus objetivos espaciales. Sin embargo, las preocupaciones de Estados Unidos sobre los aspectos militares del programa espacial de China están aumentando. Este pensamiento irrita a los oficiales chinos, ya que notan que las tensas relaciones entre Estados Unidos y Rusia no han impedido que las agencias espaciales de ambos países trabajen de forma conjunta: Estados Unidos ha sido dependiente de los cohetes rusos para mandar astronautas al espacio. Mucha gente en China ve que el comportamiento de Estados Unidos es una confirmación de que quiere crear impedimentos para el ascenso chino.

Jiao Weixin, un experto espacial de la Universidad de Pekin, dice que Estados Unidos está encerrado en su pensamiento de la era de la guerra fría, y menciona que si las autoridades estadounidenses no desean trabajar con China, otros lo harán. Por ejemplo, en Europa están dispuestos a colaborar con el país asiático, científicos de ambas partes lanzaron su primer satélite en conjunto en 2003. Ahora están cooperando en un estudio sobre el viento solar, y astronautas de la Agencia Espacial Europea recientemente entrenaron con sus contrapartes chinas en habilidades de sobrevivencia.

Datos cruciales: 

Los oficiales esperaban lanzar cerca de 30 cohetes en 2017, pero sólo se lanzaron 18 (en Estados Unidos se lanzaron 29 y en Rusia 20). Pero prometieron mejorar en 2018, con aproximadamente 40 lanzamientos este año.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La disputa hegemónica se produce también en la exploración del espacio exterior, situada ya como un campo estratégico por los sujetos dominantes, en sus intentos por revitalizar el capitalismo decadente: al igual que en el caso de la producción artificial de la vida, la expansión espacial de las fronteras de valorización pueden cambiar las coordenadas y la velocidad de la bifurcación sistémica. En otra perspectiva, la carrera espacial es también una carrera contra el tiempo pues está más cerca la catástrofe ambiental que termine por dislocar el sistema que las tecnologías que permitan la explotación rentable de las riquezas en otros planetas; para las élites con posturas catastrofistas, la carrera espacial es una iniciativa de sobrevivencia más que de búsqueda de rentabilidad, al menos en primera instancia, como lo ha manifestado Elon Musk.

En ese contexto, el liderazgo chino invierte recursos importantes sin convertir la carrera espacial en prioridad, al menos en sus expresiones públicas. Más que disputar el liderazgo a Estados Unidos, en este terreno China comienza a construir las bases de una proyección futura...