America's Awesome Military: And How to Make It Even Better

Cita: 

O'Hanlon, Michael y David Petraeus [2016], "America’s Awesome Military: And How to Make It Even Better", Foreign Affaires, New York, septiembre-octubre, https://www.foreignaffairs.com/articles/americas/2016-07-22/america-s-aw...

Fuente: 
Artículo científico
Fecha de publicación: 
Jueves, Septiembre 1, 2016
Tema: 
Los retos del ejército en Estados Unidos
Idea principal: 

Michael O`Hanlon es miembro de "Foreign Policy" en Brookings Institution. Es especialista en temas de defensa, fuerzas militares y seguridad en Estados Unidos. Es profesor adjunto en la Universidad de Columbia, Princeton, Syracusa y Denver. Entre 2011 y 2012 fue consejero externo de Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés).

David Petraeus es un oficial y funcionario público retirado de Estados Unidos, formado en West Point y con un doctorado en Relaciones Internacionales por la Universidad de Princeton. Se le considera uno de los generales de pensamiento conservador mas influyentes de los últimos años. Fue director de la Agencia Central de Inteligencia entre 2011 y 2012.

Resumen

Actualmente, Estados Unidos tiene el mejor ejército del mundo. Este puede presumir tener pocas debilidades y tener un gran alcance en las diferentes áreas que componen el sistema militar (naval, aéreo, inteligencia, etc.) Esta situación no cambiará en un escenario próximo, debido a que Estados Unidos tiene el mayor gasto militar del mundo. Sin embargo, después de 15 años de guerra y 5 años de constantes recortes presupuestales, han creado un escenario en el cual, el ejército tiene características no aconsejables ante las amenazas actuales. El ciclo de recortes presupuestales deberá detenerse e invertirse.

Gran parte de los elementos de seguridad en Estados Unidos se encuentran en terreno estable. Los autores encuentran seis características principales signo de un sistema saludable de seguridad: 1) Los conflictos posteriores al final de la Guerra Fría, tienen apoyo tanto del Partido Republicano como del Partido Demócrata, 2) sigue existiendo un compromiso a futuro en el Este de Asia, Europa Occidental y Medio Oriente, como pilares de la Seguridad Nacional, 3) existe un respaldo sólido a los programas de investigación y desarrollo, 4) el presupuesto del Departamento de Defensa, que en los años 90 fue víctima de austeridad, hoy se encuentra en niveles saludables , 5) los líderes del Pentágono están estimulando la innovación, y 6) las personas de las Fuerzas Armadas muestran altos niveles de profesionalismo y experiencia.

Al mismo tiempo, existen preocupaciones en el ejército (sobre tamaño, presupuestos y proyectos) que plantean evaluación y revaluación, que significan un reto para la administración, la cual debe aprovechar fortalezas, identificar los mayores problemas y crear una estrategia para conservar el poder militar, ante un entorno en constante cambio.

Estados Unidos identifica como parte de sus Intereses nacionales proteger la patria, salvaguardar intereses de sus ciudadanos en el país y en el extranjero, garantizar su seguridad y la de sus aliados; y mantener el orden político y económico de manera estable. Frente a estos, encuentra como mayores enemigos a grandes estados (China y Rusia), a grupos extremistas no-estatales (Al-Qaeda, ISIS, etc.), estados “canalla” (Irán, Corea del Norte, etc.), pandemias, problemas ambientales y desarrollos tecnológicos que incrementen las vulnerabilidades de Estados Unidos. Ante estas amenazas Estados Unidos tiene un gran número de recursos que puede aprovechar, más allá de las fuerzas armadas: sectores innovadores, alta tecnología, economía fuerte, población en crecimiento, un sistema educativo fuerte, sistema financiero formidable, gran posición en el comercio mundial y, como característica más importante, un sistema de alianzas que lidera y que es el más importante del mundo.

Sin embargo, si las políticas de seguridad buscan ser serias, tienen que tomar en cuenta los cambios en la guerra. Aunque las revoluciones en la industria de la guerra son raras (producto de que las modificaciones son escasas) en la actualidad nos encontramos en un proceso de revolución en cuanto a esta, que incluyen los avances aéreos, de vigilancia y de reconocimiento. Bombas guiadas por GPS y drones armados son parte de la manifestación de esta revolución, que los miembros del Pentágono han llamado “Tercera compensación” y que prevén la posibilidad de superioridad frente a los riesgos futuros.

A pesar del progreso de la revolución de la tecnología militar, aún existen límites a la tecnología misma, por ejemplo, el bombardeo a precisión aún es incapaz de alcanzar objetivos ocultos, bajo tierra o en selvas. Otro ejemplo, podría ser la debilidad de las redes de sensores y comunicaciones ante un enemigo con tecnología sofisticada. En este sentido la guerra terrestre plantea un reto especial, ya que en el futuro este podría incluir el uso de armas químicas, armas electromagnéticas, armas nucleares o enfrentamientos en zonas de pandemias.

Algunos consideran que preparar a las fuerzas de tierra estadounidenses resulta un ejercicio contraproducente, es por eso que las próximas operaciones estadounidenses en el exterior ya no tendrán la escala que tienen hoy en día, ni serán tan prolongadas. Sin embargo, este análisis termina siendo defectuoso, ya que aunque Washington muestre desinterés en las operaciones terrestres, terminará involucrándose en ellas. El ejército estadounidense sabe que está ante un mundo complejo, minado por un sinfín de desafíos en el cual sus efectivos deben tener una amplia gama de habilidades en diferentes operaciones.

Durante el primer periodo de Barack Obama, se presentó la importancia de crear un reequilibrio de poder en la zona del Pacífico Asiático, el cual, responde a la importancia que tiene la región para la reproducción de Estados Unidos. La mayor parte de la presencia en esta región se da por parte de la Marina. En un discurso en 2012, Leon Panetta, ex-Secretario de Defensa, declaró que para 2020, 60% de los activos navales estadounidenses se encontrarían en el Océano Pacífico, mientras que solo 40% estarían en el Océano Atlántico. Sin embargo los movimientos del Pentágono sobre esta región aún han sido modestos. Otros servicios trabajan en esta zona, pero su participación también ha sido modesta. Corea del Norte representa la amenaza, en cuestión militar, dentro de la región para Estados Unidos, como producto de la detonación de armas nucleares y el constante desarrollo de las mismas.

El éxito del logro de un equilibrio en la región no dependerá del despliegue de efectivos que se haga en la zona, sino del uso que se haga de éstos. El terreno de operaciones principal se centrará en el Mar de la China Meridional, donde Estados Unidos buscará la libertad de tránsito frente a China y su estrategia de expansión de territorio náutico. El otro tema fundamental son las islas, Diaoyu-Senkaku [1], cuestión de seguridad con Japón.

La acción de Estados Unidos frente a los movimientos de China deberá ser la de dar una respuesta calmada, esto representa no activar la fuerza de manera poco racional, sino seguir una estrategia, como podría ser el reforzamiento de tratados de seguridad, que creen relaciones estrechas entre Estados Unidos y los países de la región. Aunque las respuestas deben ser calmadas, no debe permitirse retrasos en ellas.

En otras latitudes, otro enemigo estatal de Estados Unidos se vislumbra. En 2014, no se consideraba a Rusia como una prioridad en cuanto a la planificación estadounidense. Actualmente, algunos miembros del Estado mayor conjunto consideran a la Federación Rusa como la principal preocupación para los Estados Unidos. Su capacidad militar y las supuestas ambiciones de su mandatario, Vladimir Putin, presentan a Rusia como una potencial amenaza que exige atención. Rusia y Vladimir Putin no son aliados potenciales para los países de Occidente, y plantean un enemigo, para sus vecinos cercanos, que ven con temor la hegemonía regional rusa. Crimea y Siria eran posiciones ventajosas para Rusia, de donde sabía que conseguiría beneficios, y su acción en estos conflictos le permitió mantener sus bases navales en el Mar Negro y en el Mar Mediterráneo respectivamente, así como demostrar su importancia geopolítica.

El gobierno de Obama reforzó su compromiso con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), aunque O’Hanlon y Petraeus consideran que también se debió aumentar la asistencia hacia Ucrania. En este sentido es necesario acentuar la importancia de los miembros de la OTAN frente a una amenaza rusa. Ante Rusia, la firmeza y la prudencia son lo más importante, acciones violentas podrían llevar a respuestas no deseadas.

La estrategia de seguridad que se componga de una estrategia de control del orden mundial, que tome en cuenta Rusia y China, y que se anticipe ante un futuro de amenazas deberá tener un respaldo de presupuesto de seguridad adecuado a la realidad. Se debe evitar el ciclo de recortes, y modificarlo por un ciclo de crecimiento. O’Hanlon y Petraeus justifican su descontento ante los recortes considerando que Estados Unidos tiene responsabilidades globales, porque las capacidades de otros pueden generar una necesidad de inversión para contrarrestar y porque debe disuadir los conflictos. También consideran que los aliados que puedan brindar su propia seguridad deberían hacerlo.


[1] Islas que se encuentran en disputa entre Japón, Taiwán y la República Popular China en el Mar Oriental de China

Datos cruciales: 

El gasto militar de Estados Unidos es casi tres veces mayor que el de su competidor más cercano, China.

El gasto militar de Estados Unidos representa la tercera parte del gasto militar mundial, mientras que otro tercio del gasto militar mundial es aportado por aliados y socios de Estados Unidos.

El sistema de alianzas que lidera Estados Unidos representa dos terceras partes de la producción económica mundial y de la capacidad militar.

Las bombas guiadas de precisión representaron 10% de las municiones de artillería usadas durante la Guerra del Golfo (1990-1991). En conflictos recientes este porcentaje se ha disparado a 90%.

El ejército en servicio activo se ha reducido hasta en 100 000 efectivos, dejando un total de 470 000. Se tiene planeada una declinación en 2018 ha 450 000 soldados, aunque algunas figuras claves del Pentágono abogan por sea a 400 000.

El cambio de activos en Asia-Pacífico ha pasado de 10 mil millones a 15 mil millones, de un presupuesto de 600 mil millones, esto a pesar de la importancia que representa según la administración Obama.

En el discurso, Estados Unidos ha planteado la importancia que ahora representa el Océano Pacífico en el interés nacional, considerando que para 2020, 60% de los activos de la Marina podrían alojarse en esta zona.

En 2013, Chuck Hagel declaró que el 60% de los activos en el futuro se concentran en la región de Asia y el Pacífico.

Estados Unidos solo cuenta con 30 000 efectivos en Europa y no tiene ejército pesado, este proceso se ha dado en los últimos 25 años.

La caída de los energéticos y las presiones económicas exteriores son dos de las primeras causas fundamentales para entender la recesión económica rusa.

El actual presupuesto de defensa de los Estados Unidos (600 mil millones de dólares) supera el promedio del gasto militar durante la Guerra Fría (525 mil millones de dólares) y el promedio posterior al 11 de septiembre de 2011 ( 400 mil millones).

El gasto en seguridad había alcanzado 5% del Producto Interno Bruto en los años posteriores a la administración Bush, este se ha reducido a 3%.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Como parte del momento anterior a los conflictos bélicos estadounidenses está la creación de un entorno de guerra, marcando a las principales amenazas y los principales retos a partir de un interés propio. Esta estrategia se nutre de la múltiple producción en función de una lógica de mercado. Pedir o defender el aumento del gasto militar es parte de un brazo de la industria estadounidense que se beneficia con la guerra, estas pueden ser directamente los corporativos militares, quienes apoyan directamente políticas como la de Donald Trump al del aumento del Gasto militar a los países de la OTAN.

Definir los riesgos del futuro en cuestión militar, planteando aún con el ejército más poderosos del mundo, una necesidad a continuar esta reproducción es una estrategia que implica seguir ejercitando el brazo visible, a costa de los impuestos y de las ganancias del Estado. Es una idea con repercusiones económicas, y de carácter altamente pragmático. Es necesario hacer un balance de que tan reales son los riesgos que Estados Unidos vislumbra, y si los verdaderos riesgos a su reproducción no pasan por un proceso de ocultamiento.