Turning politics up to 11. Russian disinformation distorts American and European democracy. The Mueller indictment reveals some of the Kremlin's tactics

Cita: 

The Economist [2018], "Turning politics up to 11. Russian disinformation distorts American and European democracy. The Mueller indictment reveals some of the Kremlin's tactics", The Economist, London, 24 de febrero, https://www.economist.com/news/briefing/21737297-mueller-indictment-reve...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Febrero 24, 2018
Tema: 
Intervención y alianzas políticas de Rusia en un contexto internacional
Idea principal: 

Robert Mueller un ex-director del Federal Bureau of Investigation (FBI), acusó que Rusia se ha esforzado en intervenir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016 y que las compañías encargadas en operaciones de desinformación y propaganda, entre ellas la Internet Research Agency (IRA), controlada por el empresario ruso Yevgeniy Prigozhin, han conspirado en contra de Estados Unidos.

Rusia a través de la creación de perfiles falsos en las redes sociales intentó disminuir la participación de negros y musulmanes e incentivar el voto de terceros a favor de Bernie Sanders, quien perdió la nominación del partido Demócrata ante Hilary Clinton. Dicho esto, aumentan las posibilidades de que Rusia haya sido el responsable de hackear el Democratic National Committee.

Este método está esquematizado en función de los intereses de la política exterior de Rusia. A través de operaciones encubiertas de propaganda y desinformación se aglutinan personas que afectan, de manera voluntaria e involuntaria, la política interna de Estados Unidos. El gobierno de Putin se ha enfocado en debilitar democracias, sofocar la confianza y la opinión de los ciudadanos respecto a las instituciones del Estado.

De esta forma las redes sociales, diseñadas para capturar la atención de los usuarios, se convierten en dispositivos de difusión y propagación de mentiras utilizadas por los gobiernos. La desinformación es una herramienta clave para la estrategia de Rusia. Durante la década de 1960 la Liberty Book Club, financiada por la KGB (Agencia de inteligencia y agencia principal de servicio secreto de la Unión Soviética), inició una campaña de desinformación difamando que el asesinato de John F. Kennedy fue una conspiración ejecutada por la CIA. En la década de 1970, la KGB diseñó panfletos para comenzar una guerra racial con los negros, de manera similar, inventó la historia que la CIA había creado el VIH en un laboratorio de armas biológicas.

En la actualidad, tras el levantamiento de Maiden en Ucrania, Rusia afirmó que el gobierno de Ucrania estaba dominada por fascistas y que su fuerzas armadas cometían atrocidades. Este trabajo de desinformación fue ejecutado por trolls (persona que publica mensajes provocadores e irrelevantes en una comunidad en línea). En julio de 2014, 298 personas murieron cuando el vuelo MH17 de Malaysia Airlines fue derribado por un misil ruso. El gobierno ruso organizó una conferencia donde presentó datos falsos sobre la trayectoria y los objetivos del vuelo que atentaban con la seguridad de la nación.

La articulación de los elementos cibernéticos y la organización pre-digital nos permiten analizar la organización de espías, organizaciones de desinformación, dispositivos tecnológicos y su impacto favorable en la agilización de la política exterior del gobierno de Putín.

Anton Shekhovtsov, un politólogo ucraniano quien ha estudiado los vínculos que tiene Rusia con diversos partidos políticos en Europa, señala que sus alianzas políticas son con todo tipo de partidos: en Italia desde el pequeño neo-fascista, Forza Nuova, hasta con la derecha, Northern League, partido donde su líder Matteo Salvini firmó un acuerdo de cooperación con el partido del presidente Vladimir Putin, United Russia. En Austria el Freedom Party (FPÖ) tiene un pacto similar, incluso Alemania, el grupo Die Linke, descendiente del partido comunista de Alemania Oriental y la extrema derecha Alternative for Germany (AfD), tienen vínculos con Rusia.

Las visitas patrocinadas por Rusia han fortalecido las relaciones con otros políticos como Nick Griffin antiguo líder del British National Party, Frank Creyelman, miembro del partido de extrema derecha Vlaams Belang y Marton Gyongyosi, un líder del partido Jobbik de extrema derecha en Hungría. Por otra parte, la financiación directa a simpatizantes es parte de la especulación debido a que en muchos países de Europa las leyes de los partidos son muy laxas; un ejemplo es la reelección del presidente checo Milos Zeman, a través de una campaña publicitaria financiada por un grupo conocido como “Amigos de Zeman” (una parte de esta financiación se desconoce).

No obstante, otro actor crucial en este escenario es la media. Medios como RT y Sputnik proporcionan servicios internacionales de noticias y su función responde a estrategias de desinformación, promoviendo los fines de Putin e historias que aumenten la división de la opinión pública. Estas falsificaciones han afectado las relaciones entre los países, Martin Kragh, un sueco experto en seguridad, describe más de 20 falsificaciones que han sido noticia en los últimos años y su principal fuente son las redes sociales. Javier Lesaca, politólogo de la Universidad George Washington, descubrió que las noticias de RT y Sputnik sobre el referéndum de la independencia de Cataluña el año pasado fueron retwitteadas a gran escala por "bots chavistas" (es un programa informático que repite tareas automáticamente a través de Internet) que normalmente twitteaban mensajes simpatizantes del gobierno venezolano. Los “bots” primitivos son programas fáciles de detectar debido a la repetición de sus tweets en horas determinadas, sin embargo, “bots” cada vez más sofisticados generan tweets con un lenguaje cada vez más natural, aparentando ser humanos; otros son híbridos con un operador humano que de vez en cuando publica o responde en la cuenta.

Descubrir el manejo de estas cuentas ha sido difícil. Estados Unidos se ha especializado en identificar a los “bots” y a los “trolls”. La incorporación de empresas privadas especializadas en el rastreo y en detección de patrones han facilitado la identificación de estos programas. El Laboratorio de Investigación Forense Digital del Atlántico (DFRLab), que estudia las operaciones de influencia en línea, identificó una botnet rusa que sirvió de amplificadora de mensajería durante la semana previa a las elecciones alemanas en septiembre (2017), promocionando como hashtag: #Wahlbetrug ("fraude electoral"). Otros países están buscando otras opciones para fortalecerse contra la desinformación en la web. En Italia se está experimentando con la enseñanza de la alfabetización digital, pues recientemente el país ha sido un blanco fácil en las estrategias de desinformación. El movimiento populista Five Star (es un movimiento político italiano que se autodefine como una «libre asociación de ciudadanos» y no como un partido político porque está en contra del sistema político tradicional), sus sitios web y páginas de Facebook se han convertido en placas de Petri para las teorías de la conspiración en el período previo a las elecciones generales. Suecia es otro caso de alfabetización digital, su Agencia de Contingencias Civiles (MSB) se encarga de las comunicaciones durante las emergencias y combate la desinformación, su diagrama de flujo para el manejo de ataques de información analiza las emociones que engendran (miedo, conmoción, desaliento) y las herramientas que emplean (trolls y hacks). Facebook y Twitter son plataformas que deberían estar en función de rastreo y contraataque. Por un lado Facebook ha prometido que tendrá 20,000 personas monitoreando el contenido abusivo, mientras que Twitter ha identificado a bots vinculados con la Internet Research Agency (IRA). Países como Francia, Italia y los Países Bajos están diseñando leyes y otras medidas para combatir las noticias falsas.

The Economist considera que las estrategias de los gobiernos pudieran ser contraproducentes. En su primera reunión con Putin, el presidente Macron acusó públicamente a RT y Sputnik de ser canales de propaganda estatal. Mientras que la canciller de Alemania, Angela Merkel, le advirtió explícitamente sobre la interferencia en las elecciones de Alemania en una reunión en Sochi. En Estados Unidos la situación fue distinta, el director de inteligencia nacional, James Clapper, emitió un informe en el que exponía gran parte de la evidencia de una posible conspiración después de las elecciones en 2016, sin embargo, Trump asumió el reporte como un intento de dañar su imagen y su presencia en el cargo presidencial. En consecuencia el FBI inició una serie de investigaciones, la cual al poco tiempo de haber iniciado queda interrumpida por el despidió de James Comey, jefe del FBI, por el ahora presidente Trump. En el mismo caso se especula la posible destitución del fiscal Robert Mueller, pues se espera que acuse a los responsables de intervenir en los servidores demócratas, para demostrar el boicot en contra de la candidata Hilary Clinton (y quizás se nombre a Rusia). El 20 de febrero, Alex van der Zwaan, un abogado involucrado en la política ucraniana, se declaró culpable de hacer declaraciones falsas sobre sus comunicaciones con un trabajador en la campaña de Trump. No obstante los esfuerzos parecen diluirse para dar forma a una acusación de carácter legal, en cambio, la situación se encuentra en manos de la política estadounidense, el Congreso y la democracia definirán la situación.

Sin embargo, Michael Sulmeyer, jefe del Proyecto de Seguridad Cibernética del Centro Belfer en Harvard, considera que la interferencia rusa es factible al momento de emitir un voto a favor de los republicanos. Los jefes de inteligencia de Trump también esperan que Rusia intente influir en las elecciones de mitad de período, presumiblemente para beneficiar a los republicanos, ya que los demócratas del Congreso están más ansiosos por investigar la intromisión de los hackers.

La espera de una posible intervención rusa en las elecciones se ha convertido en un asunto internacional que no solo preocupa a Estados Unidos sino también a países de Europa y América Latina.

Datos cruciales: 

El Centro de Excelencia Stratcom de la OTAN en Riga, que estudia la desinformación, descubrió que el 70% de las comunicaciones en medios sociales rusas sobre la OTAN en los estados bálticos parecían ser generadas por bots.

Un estudio de las redes sociales durante la campaña Brexit realizada por 89Up, una consultoría, descubrió que los bots rusos entregaban 10 millones de impresiones potenciales de Twitter, aproximadamente un tercio del número generado por la cuenta de Twitter de la campaña Vote Leave.

The Department of Homeland Security descubrió que los hackers rusos intentaron violar los sistemas electorales en 21 estados en 2016.

Una encuesta (no menciona que encuesta) publicada en enero halló que el 49% de los republicanos no cree que Rusia haya intentado influir en las elecciones de 2016.

Nexo con el tema que estudiamos: 

En el siglo XXI las redes sociales y los dispositivos tecnológicos son también armas de guerra. Creando desinformación, confusión y polarización en la opinión pública. Rusia se ha convertido en un sujeto importante en el uso de nuevos mecanismos desinformativos de guerra propagandista.

Agencias como el IRA, se han esforzado en debilitar las democracias occidentales, han capturado la atención de los usuarios para socavara las instituciones del Estado. Como podemos observar, el uso de nuevas tecnologías ha invadido con mayor profundidad su confrontación con otra nación, el daño es directamente a la estructura, modifica el sistema, en esta caso al Estado y los sitúa en función propia.