The new power superpowers. Clean power is shaking up the global geopolitics of energy. Energy transitions change the world, writes Henry Tricks. So who will be the winners and losers of the green revolution?

Cita: 

The Economist [2018], "The new power superpowers. Clean power is shaking up the global geopolitics of energy. Energy transitions change the world, writes Henry Tricks. So who will be the winners and losers of the green revolution?", The Economist, London, 17 de marzo, https://www.economist.com/news/special-report/21738582-energy-transition...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Jueves, Marzo 15, 2018
Tema: 
La transición de la energía basada en el petróleo a las energías renovables cambiará el mundo y con ello se definirán nuevos ganadores y perdedores
Idea principal: 

El siglo XX estuvo marcado por la geopolítica de los energéticos, definida como "el impacto que tienen los flujos de energía en el poder e influencia de los países". Durante el siglo fue común el esfuerzo por controlar y proteger el petróleo, además de evitar su monopolización.

Por su escasez en el mundo, el petróleo ha tenido que ser racionalizado y frecuentemente ha sido una mercancía oligopolizada por los productores. Por ende, prevaleció una noción de escasez en la mayor parte del mundo, lo que presionó a distintas administraciones del gobierno estadounidense a promover políticas de intervención militar en medio oriente para mantener un suministro estable.

Sin embargo, la noción de escasez comienza a desaparecer gracias a tres grandes desarrollos. El primero es la “revolución del gas de esquisto" [Shale revolution] en Estados Unidos, que convirtió a este país en el mayor productor combinado de este tipo gas y petróleo con alrededor del 16% de la producción total mundial y con una producción de petróleo de 10 millones de barriles diarios. Esto ha permitido a Estados Unidos contrarrestar los grandes volúmenes de importación que tenían y ha hecho que el gas y petróleo sean más accesibles para el resto del mundo.

El segundo gran cambio es el esfuerzo de China por transitar de una economía intensiva en energía a una de servicios. Si bien sigue siendo el mayor importador de combustibles fósiles, las consecuencias de estos niveles de consumo en la calidad del aire y su dependencia energética ha impulsado mayores esfuerzos en la generación de energía solar y eólica. Mantiene un fuerte y decidido proyecto por transitar a energías renovables, incluyendo ambiciosos objetivos en vehículos eléctricos de la mano de subsidios.

Ambos aspectos se suman a una tercera tendencia a más largo plazo: la necesidad de crear un sistema de energía baja en carbono para luchar contra el cambio climático. El Acuerdo de París aún está lejos de cumplir sus objetivos y para alcanzarlos se necesitarán billones de dólares de inversión en energía solar y eólica, baterías, redes eléctricas y más experimentación en fuentes de energías limpias.

La transición energética ha dado inicio a una carrera tecnológica y por el control y acceso a las tierras raras y demás minerales importantes para la producción del equipo necesario. Sobre esto, Francis O'Sullivan del MIT Energy Initiative, dice que "Nos estamos moviendo desde un mundo donde el valor de la energía está integrado en el recurso hasta donde la tecnología es el recurso". En este contexto, es necesario aproximarse a los principales actores -es decir, Estados Unidos, la Unión Europea, China y los petroestados como Rusia y Arabia Saudita- y señalar quiénes serán los ganadores y los perdedores.

Estados Unidos está en riesgo de desaprovechar el temprano liderazgo que le otorgaron sus innovaciones tecnológicas y el uso del gas natural. El auge en la producción de gas de esquisto le permitió quedar mejor parado en los embates energéticos al reducir el precio del gas y combatir el control que tiene Rusia sobre el gas, así como al aliviar las tensiones por la búsqueda china de recursos energéticos.

Si bien ha tenido un éxito inesperado la estrategia de Rusia y la OPEP para cortar la producción y combatir la abundancia de gas de esquisto estadounidense, el principal riesgo de la apuesta estadounidense por el shale es afianzar la dependencia mundial hacia los combustibles fósiles. Las consecuencias pueden ser graves para el clima y si Estados Unidos continúa este camino puede ignorar la necesidad de desarrollar energía más limpia para el futuro.

Las implicaciones geopolíticas de la transición energética pueden ser aún más complejas. En un estudio geopolítico de la Agencia Internacional de Energías Renovables, con sede en Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos, se escribió que se espera que las energías renovables hagan del mundo un lugar "más pacífico, estable y aburrido". La energía renovable está potencialmente disponible en casi cualquier lugar, lo que traería consigo una "democratización de la energía". La colaboración para detener el calentamiento global podría conducir al desarrollo de código abierto (software que permite su edición para una abierta colaboración), y al intercambio de tecnología. A medida que la generación de energía se vuelve más dispersa, las regiones pueden volverse más autosuficientes y mejorar el acceso a la energía hasta de la población más pobre del mundo.

Al igual que todas las transiciones de patrón energético cambiaron al mundo, esta también lo hará. El suministro centralizado de energía tiene una estrecha relación con el Estado-Nación, por lo que la descentralización del suministro que permiten las energías renovables transformará las relaciones entre comunidades y autoridades centrales, dando mayor importancia las regiones, así como mayor poder y control sobre su energía.

Por otro lado, la transición traerá también fricciones geopolíticas, principalmente en las naciones cuyas economías dependen del petróleo. Un nuevo libro, "La Geopolítica de las Renovables”, editado por Daniel Scholten de la Universidad Tecnológica de Delft en los Países Bajos, argumenta que tanto los países dependientes del petróleo como los que no hayan avanzado en políticas que busquen un cambio energético serán las principales perdedoras. Y a diferencia del sistema de energía tradicional, cuya principal limitación es la escasez, con abundantes energías renovables lo será la variabilidad, que podría mitigarse mediante el comercio transfronterizo de energía.

La geopolítica energética conducirá a una competencia por ver qué país produce más energía y cual tiene la mejor tecnología para ello. En ese sentido, se vuelve primordial para los países dirigirse hacia ese objetivo y lograr desarrollar la tecnología necesaria o serán los perdedores del próximo patrón energético.

Ya la Unión Europea tiene un plan para el 2025 descarbonizar toda su energía, China también está comprometida con la energía limpia, y Estados Unidos a pesar de que tiene grandes avances tecnológicos para estas fuentes renovables de energía, aún existe división al interior entre fundamentalistas del petróleo, principalmente republicanos, y entusiastas de energía limpia, mayormente demócratas, que no logran construir un plan bien definido.

Datos cruciales: 

1- Estados Unidos produjo 10 millones de barriles de petróleo diarios el pasado noviembre.

2- Estados Unidos es el mayor productor combinado de este tipo gas y petróleo con 16% del total mundial. Rusia está en segundo lugar con 14% y Arabia Saudí en tercero con 9%.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El mundo del siglo XX se construyó en torno al petróleo y al patrón tecnoenergético fosilista. El necesario tránsito hacia otra matriz energética debido al cambio climático traerá consigo importantes transformaciones económicas y geopolíticas. ¿En qué medida ello transformará también toda la civilización material y la cultura del capitalismo? ¿Cuánto trastocará al capitalismo una eventual transición hacia energías "limpias"?

La competencia está por entrar a un nuevo terreno que es el de las energías renovables y con esto el control de tecnología, tierras raras y minerales que les son imprescindibles. En este sentido, se abre la posibilidad a nuevos ganadores y perdedores y en consecuencia más fricciones geopolíticas.