Capital and punishment. How convict labour increased inequality. Forcing prisoners to work lowered wages and increased unemployment

Cita: 

The Economist [2018], "Capital and punishment. How convict labour increased inequality. Forcing prisoners to work lowered wages and increased unemployment", The Economist, London, 14 de abril, https://www.economist.com/news/united-states/21740468-forcing-prisoners-...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Abril 14, 2018
Tema: 
Trabajo forzado de los presos en Estados Unidos
Idea principal: 

En la Constitución de Estados Unidos se establece que las cárceles pueden usar a sus presos como trabajo forzado, especialmente desde que se les permitió a las empresas privadas contratarlos nuevamente en 1979. La mayor parte de este trabajo se realiza por mucho menos que el salario mínimo federal de 7.25 dólares. Según el Imitative Policy, un grupo de defensa, algunos presos que trabajan en la industria ganan a penas cinco centavos de dólar por hora.

Muchos se preocupan por el impacto en los mercados laborales locales de la subvaloración de los salarios libres. Pero poca investigación se ha hecho para cuantificar esto. Un documento presentado el 6 de abril en la conferencia anual de la Sociedad de Historia Económica en la Universidad de Keele busca hacer exactamente esto.

Michael Poyker de UCLA ha recopilado datos de las cárceles estadounidenses y de los mercados laborales de los condados de los alrededores entre 1850 y 1950. Al analizar los datos se dieron cuenta que la introducción del trabajo penado en un condado en 1870-1886 representó 16% de crecimiento más lento en los salarios manufactureros en 1880-1900, una participación de 20% en la fuerza de trabajo y una menor proporción de empleo en las fábricas. Poyker reconoce que el uso del trabajo penitenciario dio como resultado 6% del crecimiento en patentar nuevas tecnologías en industrias que se vieron afectadas.

La innovación ayuda a la economía en general, pero las ganancias no se comparten igual. Los propietarios de las empresas que usaban convictos se beneficiaron. El documento concluye que cuanto mayor es la exposición de un condado al trabajo penado en el siglo XIX, menos es el nivel de movilidad social entre generaciones, incluso en los años ochenta. Esto se debe a que hubo menos oportunidades para los trabajadores menos calificados frente al trabajo forzado por prisioneros.

El desplazamiento de mano de obra barata por parte del trabajo forzado por prisioneros todavía ocurre hoy. En 2012, Tennier Industries, una empresa estadounidense de ropa militar, despidió a 100 trabajadores porque no podía competir con rivales que empleaban a presos.

Datos cruciales: 

-La 13ra Enmienda a la constitución estadounidense ha prohibido la esclavitud y la servidumbre por contrato desde 1865. La única excepción es como castigo por crimen.
-El año pasado, alrededor de un tercio de la población penitenciaria de Estados Unidos trabajaba 2.3 millones.
-Las tareas regulares de la prisión no se pagan en Alabama, Arkansas, Florida, Georgia, Carolina del Sur y Texas.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El trabajo esclavo en el siglo XXI sigue siendo una realidad en el propio centro del capitalismo contemporáneo: Estados Unidos. El trabajo forzado representa un ventaja de costos para aquellas empresas que sacan jugo de esta técnica de superexplotación mediante el uso de presos. Lo cual, en medio de una crisis global, agudiza la competencia sobre aquellas empresas que no pueden competir con tales costos tan bajos y en términos generales comprime los salarios a la baja, principalmente de aquellos trabajos menos calificados.